Actualizado 20/06/2011 13:15

Miguel Ruiz Montañez, escritor: "La falta de clase media condiciona el desarrollo en Haití"

Europa Press
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Miguel Ruiz Montañez, un economista de profesión nacido en Málaga en 1962 ha viajado por todos los continentes en busca del misterio. En su libro 'El país de los espíritus', se propone trasladar al lector al Haití místico, pero también explicar la situación convulsa de aquella sociedad.

.- ¿Por qué es una novela imprescindible para comprender Haití?

Se ha escrito muy poco sobre Haití. Es un país desconocido, aunque ahora está de moda por los terremotos y los huracanes. Considero que es imprescindible porque incluye una parte histórica desde que llegó Colón, la época de los indios que habitaban esa isla y buena parte de El Caribe --los taínos-- de donde nace la espiritualidad del pueblo haitiano, que luego se mezcla con los dioses del vudú importados de África. Y esa mezcla de culturas es lo que construye el Haití moderno. De hecho, fue el primer país libre de América Latina y está en esa situación que todos conocemos, eso es lo que yo he querido reflejar en el libro, de cómo la religiosidad y la espiritualidad, tienen mucho que ver con la situación política. Además, hay una situación muy curiosa: en todos los países de América Central hubo una clase media que propició la revolución y de alguna manera se independizó de la madre patria. Y esa clase media colonial, al igual que en otros países, es la que ha hecho progresar el país.

Sin embargo, la revolución en Haití fue muy distinta: la 'Revolución negra del esclavo' sangrienta, donde se mata, se destruye la clase colonial --francesa en este caso-- y se le expulsa del país y entonces es el esclavo el que toma el poder del país, no tiene nada que ver el colonialismo venezolano, colombiano o dominicano.

Además, lleva 200 años de convulsiones, desde la revolución --a finales del siglo XVIII-- ha tenido dictadores como el famoso Papa Doc, y otros muchos políticos. Todas estas etapas son las que he querido reflejar en mi novela, aunque ante todo, es una novela de misterio, de intriga, de aventura donde al mismo tiempo, he querido explicar la realidad de un país.

.-¿La toma del poder por parte de la masa, quizá no calificada, fue lo que condujo al fracaso del país?

Haití ha sido tan convulso después de la dictadura, no ha tenido estabilidad. Eso no es positivo, porque la estabilidad atrae el capital extranjero, las inversiones, las industrias de los países y eso en Haití no se ha producido. También tiene mucho que ver que es un país muy afectado por los fenómenos naturales.

.- La historia comienza en 1995, ¿es un Haití diferente al actual?

El libro comienza con un episodio real, cuando Bill Clinton llega a la isla, cuando las tropas americanas toman las calles de Puerto Príncipe y otras ciudades de Haití. Hay una anécdota relacionada con el vudú --el pueblo no comprendía lo que estaba ocurriendo, iba a darse un relevo de las tropas americanas por tropas de la ONU-- y una paloma sobrevoló el área en la que Clinton estaba dando una conferencia que nadie entendía, ya que la gente habla francés y creole. Pero empezaron a aplaudir porque consideraron que se trataba de un signo de los dioses del vudú. Eso explica, de alguna manera, ese arraigo tan enorme que tiene y sigue teniendo el pueblo haitiano hacia el vudú, que es una religión, no una práctica maléfica.

.- ¿Intenta desbaratar ese prejuicio?

Sin duda, es uno de los elementos que quiero expresar. El vudú no es malo, hay prácticas malignas que están relacionadas con la brujería, con la magia negra. Todos los españoles piensan que el vudú es un muñeco con alfileres, peso eso es magia negra. Los haitianos creen en sus dioses, tienen ceremonias, como existen en el catolicismo y en tantas otras religiones del mundo.

. - ¿En qué medida ha incidido esa interpretación mágico religiosa de la realidad en el estancamiento de la sociedad haitiana?

Es una sociedad que está muy anclada a la religiosidad, en el vudú. Para ellos es muy importante el poder de los dioses, de los 'loas'. En Puerto Príncipe, Yacmel y en otras ciudades, el vudú lo impregna todo, los espíritus vuelan por doquier, en los templos, en las casas. En ese sentido, creo que puede condicionar también el desarrollo del país. Pero quizá, yo atendería más a la falta de clase media, que es la que mueve el país, porque sus integrantes pueden elegir bien, porque tienen una cierta cultura que se proyecta en las elecciones democráticas.

.- ¿Cómo se destruyó la clase media?

Creo que por las dictaduras de los años 30 a 50, como por ejemplo el régimen de Papa Doc, durante el que mucha gente huyó hacia Estados Unidos.

.- ¿Qué elementos se pueden encontrar en su obra?

Ante todo, el misterio. He querido hacer una novela de misterio e intriga. Yo creo que al lector español medio y en general al lector occidental, le gusta un tipo de novela que se le pegue a las manos, que sea atractiva, con velocidad en los episodios y con mucha acción.

.- También incorpora contenido histórico.

Si, trabajé más de cinco años en esa parte, el libro resulta de una investigación muy importante en los archivos haitianos y dominicanos.

.- En el libro menciona que Haití y Santo Domingo están divididos por una escasa línea fronteriza, pero son tan diferentes. ¿Porqué hace esta comparación?

España abandonó la parte occidental de la isla, lo que hoy en día es Haití, cuando se descubrió tierra firme --México, Guatemala, y después hacia Panamá, Perú y Colombia--. Y esa parte, conocida entonces como Tortugas, fue ocupada por piratas, que después, por un tratado, entre España y Francia, se cedió a Francia y desde entonces una raya ficticia las separa, pero es el mismo pueblo, del mismo origen de los indios taínos. La diferencia es que el pueblo dominicano si tiene clase media, tiene una estabilidad en su clase política, y Haití por distintas razones no ha encontrado esa estabilidad.

.- En perspectiva de sus otros libros ¿Qué significado tiene este trabajo para usted?

Yo estoy muy contento porque es una evolución personal en mi estilo, ya que está escrita en primera persona, mientras que las otras estaban en tercera. Además, tiene varias voces narrativas, son varios personajes que cuentan su experiencia en Haití, pero todo encadenado en la misma historia, de aventura y misterio y eso le da mayor valor literario. Ha sido una experiencia importante como escritor porque he conseguido dar un salto en cuanto a calidad narrativa. Creo que en la novela también se puede ver mi conocimiento del país y la experiencia propia de haber estado allí muchas veces, de conocer muy bien la clase política, al pueblo haitiano, los mercados, las ceremonias vudú, los brujos. Para documentarme he estado en las ceremonias vudú.

.- ¿Qué fue lo que más le impresionó de la ceremonia?

Los sonidos de los tambores, que crean un ritmo muy específico unas vibraciones que empiezan suave, van más rítmicos y acaban de forma frenética, es excitante y crea una situación anímica entre los fieles. Es una liturgia igual que en la religión católica. Hay olores a hierbas, hay ofrecimiento de animales y todo es, bajo mi punto de vista, sobrecogedor.

.- ¿Colabora con una ONG que trabaja en Haití?

Soy miembro fundador de Icodes (Instituto de Cooperación para el Desarrollo Sostenible), una ONG fundada en España desde donde estamos haciendo muchas acciones, algunas de ellas en Haití. Tenemos un proyecto de vivienda y hemos sacado un concurso de ideas con el objetivo de crear viviendas prefabricadas que se puedan importar a bajo costo. Además, algunas ciudades españolas donarán autobuses usados. Es una de las facetas que me tiene muy orgulloso, de hecho, una parte de los ingresos por la venta del libro los voy a dedicar a Haití.