Actualizado 23/12/2008 15:13

Ariane Arpa, directora de Intermón: "La crisis nos afecta a todos, pero para muchos es una cuestión de vida o muerte"

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Michael Bisceglie para Save The Children

La organización teme tener que suspender alguno de sus proyectos en el Sur si fracasa la campaña de Navidad


MADRID, 23 Dic. (EUROPA PRESS) -

La directora general de Intermón Oxfam España, Ariane Arpa, alertó hoy sobre la necesidad, "ahora más que nunca", de que la ciudadanía apoye a las organizaciones no gubernamentales para que puedan seguir desarrollando su labor en los países del sur, cuando la crisis económica golpea a los más pobres mientras los países ricos la utilizan como excusa para reducir la ayuda oficial al desarrollo. "La crisis nos afecta a todos, pero para muchos es cuestión de vida o muerte", advirtió.

En una entrevista concedida a Europa Press, Arpa explicó que para el Sur, la situación financiera global es 'la gota que colma el vaso' pues se suma a la vigente crisis alimentaria por la subida del precio de los productos básicos. Así, mientras en Europa se destina de media el 12 por ciento de la economía familiar a llenar la nevera, en el Sur ese porcentaje puede alcanzar el 60 por ciento, lo que implica suprimir gastos de salud, educación y reducir nutrientes hasta el punto, como en Haití, de intentar calmar el hambre comiendo barro.

Asimismo, una segunda crisis latente, la del cambio climático, agudiza la situación de la población con menos recursos, pues según explicó la responsable de Intermón, "mientras en el Norte se ve como una cuestión a futuro, en el Sur ya es una realidad", que se ha traducido, por culpa de fenómenos como las sequías o las inundaciones, en una reducción de la superficie de tierra cultivable y, por tanto, del abastecimiento.

La organización explica que por ello, la crisis económica internacional se convierte en el colofón de la delicada situación en muchos países que ahora ven además, cómo la falta de liquidez del sistema financiero internacional está repercutiendo en forma de "elevadísimas tasas de inflación y dificultades cada vez mayores" que ponen freno a los esfuerzos por gobernar su propio desarrollo.

Si a estas circunstancias se le añaden factores como los conflictos armados abiertos en el África subsahariana, donde cientos de miles de personas se están viendo desplazados de sus hogares, el empobrecimiento de los Estados por las "fugas de capital" que impulsan "las empresas multinacionales" y la descapitalización profesional por la inmigración al Norte, la conclusión que obtiene Arpa es que resulta imprescindible incrementar las ayudas.

RETROCESO DE LA AYUDA

Sin embargo, la directora de Intermón alerta: no es esto lo que están haciendo los países ricos y no es esto lo que hicieron cuando en los años noventa atravesaron una situación económica complicada, como la actual. En aquel momento las ayudas al desarrollo se redujeron una cuarta parte y han hecho falta diez años para recuperar los niveles previos. Según constata la organización en el informe 'La Realidad de la Ayuda' recientemente editado, este es el camino que están tomando muchos Gobiernos, como Italia, "que prácticamente ha reducido a la mitad la ayuda".

"Cuando hay voluntad de resolver las cosas se encuentra el dinero para hacerlo: Cuando los países ricos vimos amenazadas nuestras instituciones financieras, tardamos horas en encontrar millones de dólares. El problema de la lucha contra la pobreza no es la falta de dinero, sino en qué te lo quieres gastar", denunció Arpa.

Y de momento, no parece que los gobiernos lo vayan a gastar en el cumplimiento de los Objetivos del Milenio dentro del plazo estipulado: el año 2015. Las consecuencias de su falta de voluntad "serán trágicas: supondrá llevar a la pobreza a millones de personas, cientos de millones", advierte la responsable de la organización, quien incide en que "estas no son cifras abstractas", son mujeres que no tendrán con qué alimentar a sus hijos, son campesinos que no tendrán tierra que arar, familias enteras desplazadas, niños fuera de las escuelas, enfermos.

LA IMPORTANCIA DE LA SOCIEDAD CIVIL

Quienes pueden llevar la ayuda al terreno, las organizaciones no gubernamentales, también se están viendo afectadas por la crisis en dos sentidos. En primer lugar, Arpa explica que los conflictos internacionales han cambiado y en las guerras ya no está garantizada la circulación del personal humanitario, de modo que "cada vez es más difícil" llegar a la población civil afectada. "En una situación de inseguridad podemos atender bien a quienes están en campos de refugiados, pero dejamos de atender a quienes más lo necesitan, aquellos que no han podido llegar al campo", lamenta.

Por otra parte, las ONG se han visto afectadas a nivel económico. En el caso de Intermón, Arpa señala que los ingresos privados "no están creciendo al ritmo de años anteriores, ni las ventas de productos de Comercio Justo ni los fondos públicos, en algunos casos", de modo que la organización se encuentra "con unos recursos estancados o en riesgo de disminución" mientras tiene que hacer frente a "unos costes cada vez mayores", tanto por la mayor necesidad que hay en el mundo, como por el impacto de la tendencia inflacionista en los países de actuación.

"Tenemos la preocupación de que si las cosas fueran a la baja al finalizar la campaña de Navidad, tendríamos que plantearnos interrumpir algún proyecto en el Sur", explicó la responsable de Intermón Oxfam. Según afirmó, la ONG ha reducido "drásticamente" sus costes, pero aún así, necesita "más que nunca" el apoyo de socios y donantes porque este es quizá el peor momento para abandonar sus beneficiarios, los verdaderos damnificados de la crisis económica.

"Es muy importante que la ciudadanía entienda que, efectivamente nos castiga la crisis, pero que es una cuestión de vida o muerte para muchísimos millones de personas. Es fundamental que estén más que nunca este año a nuestro lado, para poder garantizar la supervivencia de nuestras actividades en el sur y así, la supervivencia de muchas personas", afirmó Arpa.