Actualizado 21/02/2012 19:18

HRW denuncia que las milicias de Misrata impiden volver a sus hogares a los habitantes de zonas gadafistas

Las milicias queman y saquean casas en localidades cercanas a Misrata


MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -

La ONG Human Rights Watch denunció este martes que las autoridades libias de la región de Misrata están impidiendo que miles de personas vuelvan a sus hogares en algunas localidades que permanecieron leales al exlíder libio Muamar Gadafi y que no han conseguido detener a las milicias locales que han quemado casas y han practicado saqueos en diferentes zonas de Libia.

La organización señaló que alrededor de 30.000 desplazados de la localidad de Tawergha no han podido volver a sus casas desde hace cinco meses, así como los habitantes de Tomina y Kararim, también de la zona de Misrata, por haber mostrado su apoyo a Gadafi.

"Tomina y Kararim son pueblos fantasma porque las autoridades de Misrata están bloqueando a miles de personas que huyeron de sus hogares para que no vuelven a sus casas", explicó Peter Bouckaert, director de emergencias de Human Rights Watch. "Los grupos armados de Misrata están saqueando de forma y destruyendo estas casas, como llevan haciendo desde hace meses en Tawergha", añadió.

La organización pidió a las autoridades que detengan los abusos de las milicias y desplieguen a sus efectivos para proteger a los ciudadanos desplazados, especialmente en la zona de Misrata. Además, indicó que los abusos cometidos deben ser investigados y sus autores deben ser procesados.

A pesar de que el Consejo Nacional de Transición, el Ejecutivo libio desde la caída de Gadafi, parece no controlar a la cientos de milicias que actúan en el país, HRW aseguró que las autoridades en Misrata sí que tienen influencia sobre los 250 grupos que actúan en la zona.

"Las autoridades de Misrata pueden hacer mucho para permitir que vuelvan los desplazados y proteger las propiedades de los civiles", explicó Bouckaert, que visitó la zona hace unas semanas. "Deben tomar acciones para detener estos crímenes basándose en el Derecho internacional", indicó.

Ramadan Zarmuh, jefe del Consejo Militar de Misrata, comentó a principios de febrero que los problemas en Kararim y Tomina se debe a los problemas "entre vecinos", y que las disputas se acabarían si los habitantes de las localidades entregaban a los "criminales". El líder del Consejo Nacional de Transición, Mustafá Abdeljalil, explicó también que las familias procedentes de los alrededores de Misrata podrían volver a sus casas "tan pronto como aquellos a los que se les buscaba se sometieran a la justicia".

Sin embargo, HRW instó a las autoridades a permitir que los desplazados vuelvan a sus casas sin necesidad de que se juzgue a individuos implicados en crímenes, ya que impedir a las comunidades volver a sus hogares supone un "castigo colectivo, arbitrario y horrible".

ATAQUES CONTRA MISRATA

En mayo del pasado año, las fuerzas de Gadafi obligaron a los habitantes de Tomima y Kararim a abandonar sus hogares, mientras que los ciudadanos de Tawergha abandonaron su localidad en agosto con la retirada de las fuerzas gadafistas. Varios residentes entrevistados por HRW señalaron que las fuerzas leales a Gadafi realizaban ataques contra Misrata desde estas localidades antes de que los rebeldes avanzaran sobre esta zona en mayo.

Los habitantes de estas localidades denunciaron que actualmente las milicias de Misrata realizan controles en la zona para detener a las personas que figuran en una lista por su apoyo a las fuerzas de Gadafi. Sin embargo, los residentes que no figuran en dicho documento no han podido volver a sus hogares y son detenidos en estos controles. Algunos son enviados a una zona de apartamentos fuertemente custodiada por las milicias.

Otros habitantes procedentes de esta zona tienen que refugiarse en campamentos donde son atacados por grupos armados, como algunos habitantes de Tawergha que viven en un campamento en Trípoli y que a principios de febrero fueron atacados por milicias locales, dejando un total de siete muertos, según varios testigos.

HRW señaló que las autoridades deben impedir este acoso a los civiles y la libre vuelta de los desplazados a sus hogares, ya que de no hacerlo, estos hechos podrían suponer crímenes de guerra.

"La nueva Libia no es segura si procedes de Tawergha, Tomina o Kararim", indicó Bouckaert. "Algunas milicias de Misrata tomaron las armas para librarse de la opresión y ahora la están devolviendo oprimiendo a otros", concluyó.