Actualizado 18/01/2008 16:25

Japón.- Los ecologistas avisan de más confrontaciones y los balleneros japoneses intentan que agoten su combustible

CANBERRA, 18 Ene. (Reuters/EP) -

Activistas ecologistas han advertido de que habrá más confrontaciones con los balleneros japoneses que operan en la Antártida, mientras los barcos nipones trataban de gotar el combustible de los barcos de protesta para obligarles a marcharse de la zona.

La pesca de ballenas tenía previsto reanudarse hoy después de que fueran devueltos a su barco los dos activistas de la Sea Shepherd Conservation Society (Sociedad de Conservación Pastor del Mar), que fueron detenidos después de subir al ballenero japonés el pasado martes.

El australiano Benjamin Potts y el británico Giles Lane fueron recogidos por un rompehielos australiano a primera hora de esta mañana y recibidos posteriormente a su embarcación, el Steve Irwin, como héroes.

"Han estado en huelga de hambre desde que fueron capturados", explicó a la agencia Reuters el portavoz de Sea Shepherd, Jonny Vasic. "Mereció la pena por salvar la vida de las ballenas", añadió.

Según Potts, el Sea Shepherd continuará sus protestas mientras el ballenero Yushin Maru volvía junto al resto de los seis barcos japoneses para reanudar la pesca hasta finales del mes que viene. Los activistas persiguieron al ballenero tras la liberación de sus dos compañeros e intentaron dañar sus hélices.

"Continuaremos acosando a la tropa japonesa e impidiendo que pesquen ballenas", declaró Potts a la radio australiana. Pero un portavoz de la flota ballenera, embarcaciones de observación y un buque factoría dijeron que los japoneses querían obligar a los activistas a quedarse sin combustible haciéndoles perseguir a la flota, y conseguir así que vuelvan a Australia.

"Al final se quedarán sin combustible y tanto Greenpeace como el Sea Shepherd tendrán que volver a Melbourne", declaró a Reuters Glenn Inwood. "Esta es probablemente la opción más segura para todo el mundo, ya que Japón quiere reanudar el programa con seguridad", indicó.

No obstante, Vasic dijo que el Sea Shepherd tenía combustible para unas dos semanas, aunque Greenpeace no ha declarado cuánto podría durar su protesta. "Nos quedaremos aquí todo el tiempo que podamos y volveremos a puerto con los últimos vapores de combustible", confirmó el presidente de Greenpeace, Steve Shallhorn.

DENUNCIAS DE MALOS TRATOS

Con respecto al tiempo de su detención, Potts acusó a los japoneses de usar "tácticas extremas" en las aguas heladas, capaces de matar a una persona en minutos. "Intentaron arrojarme por la borda. Dos tipos me levantaron por los hombros y el cazador, el tipo que dispara a las ballenas, me levantó las piernas y ellos intentaron darme la vuelta", explicó.

Cada parte se acusó mutuamente de comportarse como terroristas, de modo que Australia tuvo que actuar como intermediario, consiguiendo finalmente la liberación de los dos activistas en un buque patrulla y reuniendo pruebas fotográficas para un futuro proceso legal internacional contra la caza científica japonesa de ballenas.

A pesar de la moratoria sobre la caza de ballenas, a Japón se le permite la caza anual "científica", con el argumento de que es una tradición cultural y que es necesaria para estudiar a las ballenas. Su flota ha matado a 7.000 ejemplares minke antárticas durante los últimos 20 años.