Actualizado 20/06/2007 15:58

Save the Children calcula la necesidad de 9.000 millones de dólares anuales para la educación primaria universal en 2015

MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

Save the Children calcula que se necesita una inversión de 9.000 millones de dólares anuales para cumplir el segundo Objetivo del Milenio de extender la educación primaria de forma universal, gratuita y obligatoria a los niños de todo el mundo en 2015. De lo contrario, unos 30 millones de menores, principalmente de países con conflictos armados, quedarán sin escolarizar para esa fecha.

Esta cifra es similar al gasto de los europeos en helados, a la inversión militar mundial durante tres días o a lo que se destina en Estados Unidos a cosméticos en un año, según explicó hoy la responsable de Calidad Educativa de esta organización no gubernamental, Raquel González, en rueda de prensa para presentar el informe interactivo 'La Historia del Futuro'.

En concreto, se trata de invertir 7.000 millones más de lo que realmente se destinó en 2004 (2.051 millones de dólares) o el doble de lo comprometido para ese año (4.500 millones). Mientras en Europa Occidental el gasto medio en educación primaria por niño es de 5.320 dólares, en países como Eritrea o Burundi es de 18 y 11 dólares, respectivamente, destacó González.

Así, esta organización humanitaria denuncia que la actual tendencia de dar acceso a la educación a 4 millones de niños cada año no es suficiente para alcanzar el objetivo de acceso al sistema educativo en 2015, establecido en el año 2000, a pesar de que el número de menores escolarizados está disminuyendo, pues cada vez es más difícil llegar a los que continúan sin poder ir a la escuela por la situación de su país.

De hecho, más de la mitad de los 77 millones de niños que aún están sin escolarizar, es decir, unos 39 millones, viven en estados "frágiles" al estar afectados por conflictos armados, alerta Save the Children, criticando que sólo el 23 por ciento de la ayuda mundial a la educación básica está dirigida a estas áreas en guerra o post-conflicto.

ESPAÑA SÓLO APORTA EL 16 POR CIENTO DE LO COMPROMETIDO.

Sobre las ayudas de los donantes internacionales, su informe 'La Historia del Futuro' refleja que países como Noruega, Países Bajos y Suecia superan la media comprometida mientras que España sólo aporta el 16 por ciento de lo prometido para extender la educación primaria en estos países. También muestra que Estados Unidos, Japón, Australia e Italia han fallado en proveer los fondos necesarios para lograr el acceso universal al sistema educativo, como se denota en que desde 2004 los compromisos y la ayuda real han disminuido.

La importancia de la educación radica en que protege a los niños de los riesgos, los daños físicos y emocionales y las separaciones familiares derivados de los conflictos, ayuda a la normalización de su vida, mejora su autoestima, reintegra a los niños ex-soldados, da autonomía, puede llevar la paz, transforma la sociedad, reduce la pobreza y establece las bases para un Gobierno sólido, entre otras cuestiones, según González.

A ello, la responsable de la Calidad Educativa de Save the Children ('www.savethechildren.es') añadió que los conflictos provocan efectos en los menores como sufrimiento, traumas, complican la enseñanza, la educación no se convierte en una prioridad y los niños pierden la oportunidad de futuro y presente.

Por todo ello, esta ONG lanzó hoy la campaña 'Reescribamos el futuro' para demandar esa inversión e inauguró la exposición 'Letras para volar', en la que ocho fotógrafos prestan sus instantáneas sobre la situación educativa, realizadas en países como Irak, Tanzania, Vietnam o estados de Sudamérica y en las que se reflejan masificación en aulas del África subsahariana o la falta de idiomas no estandarizados.

Finalmente, coincidiendo con la celebración hoy del Día Mundial del Refugiado, una de las cooperaciones de Save the Children en Ecuador, María Vergez, expuso las dificultades de los niños colombianos refugiados en Ecuador para acceder al sistema educativo, por su situación irregular, de inseguridad y miedo de sus familias o la negativa de los propios centros a integrarlos en sus aulas. Así, el 65 por ciento de ellos no acude al colegio.