Actualizado 03/12/2007 14:44

La Comunidad de Madrid registró 222 incendios forestales el pasado verano, 51 de ellos intencionados

Dos de cada tres incendios registrados se produjeron por negligencias, muchas ellas por cigarros mal apagados y quemas


MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) -

La Comunidad de Madrid sufrió durante la campaña veraniega un total de 222 incendios forestales (un 30 por ciento menos que el año pasado), de los que 218 ya fueron esclarecidos por los agentes forestales y la Guardia Civil, y otros cuatro están en fase de investigación. Del total de fuegos, 51 fueron intencionados, según datos aportados hoy por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

El director general de Medio Natural del Gobierno regional, Miguel Allúe, presentó, junto al director de Protección Ciudadana, Manuel López, el balance final de la campaña de investigación de incendios forestales, y destacó "el importante esfuerzo de la Comunidad en profesionales y material técnico parta la prevención, vigilancia, extinción e investigación de4 incendios ha permitido, no sólo cerrar la campaña con los mejores resultados desde hace nueve años, sino también por esclarecer las causas de casi todos los fuegos".

Allúe felicitó a los 238 agentes forestales pertenecientes a Las Brigadas de Investigación de Incendios Forestales (BIIF) de la Comunidad de Madrid y a los 80 guardias civiles del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que han participado este año en las tareas de investigación "por su rapidez y eficacia", y reseñó gracias al resultado de estos profesionales es posible ejecutar las acciones necesarias para evitar la posibilidad de futuros fuegos.

"El Ejecutivo regional potencia la eficaz investigación de los incendios de forma que se esclarezcan las causas y se puedan mejorar las acciones destinadas a evitar este grave problema ambiental y, además, poder ejercer acciones administrativas, legales y penales contra los responsables de los fuegos. La propia investigación ejerce en numerosas ocasiones un efecto disuasoria sobre los causantes de los incendios", agregó.

UN TOTAL DE 51 INCENDIOS INTENCIONADOS

Las hectáreas forestales quemadas durante esta campaña ascendieron a 434, de las que 423 pertenecen a superficie desarbolado y sólo 10,97 a superficie arbolada, "lo que constata el descenso de un 85 por ciento cada año", dijo Allúe, que añadió además que la Comunidad de Madrid realizó más de 50 intervenciones en otras regiones.

Las investigaciones de las BIIF y del Seprona concluyeron que el 66 por ciento (148) de los incendios registrados en la región se debieron a negligencias y causas accidentales. En este apartado se incluyen los fuegos originados por fumadores (27), motores y maquinaria (16), líneas eléctricas (8), quemas agrícolas (8), quemas de basuras (11), trabajos forestales (9), quemas de matorrales (3), quema de pastos (6), hogueras (7), rayos (11) y otras negligencias (52).

Del total de 222 incendios, un 23 por ciento (51) fueron intencionados, lo que supone una disminución del 30 por ciento respecto a los datos obtenidos durante el año 2006. Junto a los incendios provocados por pirómanos, en este grupo se incluyen los fuegos motivados por aquellos que buscan mayor expansión de cultivos agrícolas, cuestiones urbanísticas, entre otras, y aquellos que las investigaciones descartan que sean negligencias al no detectar la fuente origen del fuego.

Del balance de investigación de incendios se desprende también que un 5 por ciento de los fuegos fueron provocados por causas naturales, fundamentalmente por rayo, el 1 por ciento reproducidos y el 5 por ciento restante se distribuye entre aquellos en los que no se ha podido determinar la causa (el 3 por ciento) y aquellos cuya investigación se está concluyendo (el 2 por ciento).

El director general de Medio Natural aseguró que el Gobierno regional ha dado una importante impulso a la investigación de incendios formando en la materia a la práctica totalidad de los agentes forestales, "de forma que las tareas para esclarecer las causas y el origen de los incendios comienzan antes, incluso, de que hayan terminado las labores de extinción".

"Otra tarea fundamental es la prevención, algo fundamentan para conocer las razones de los incendios y así saber dónde incidir en las próximas campañas de información y sensibilización, y también como efecto disuasorio para que los pirómanos y negligentes conozcan que ningún fuego queda impunes", añadió Allúe.

Asimismo, indicó que este año se ha mejorado la coordinación entre las BIIFF y los agentes del Seprona a través de reuniones de trabajo prácticamente semanales durante el verano entre los mandos de ambos Cuerpos para intercambiar información, coordinar la remisión a las instancias sancionadores o judiciales y revisar las estrategias y datos estadísticos.

El Cuerpo de Agentes Forestales con formación especializada en incendios forestales se organiza en cuatro Brigadas con dos guardabosques cada una que cubren la totalidad del territorio de la región. En una primera fase acotan el lugar origen de las llamas, recogen las posibles pruebas y recogen las manifestaciones de vecinos y sospechosos. Posteriormente, si no detectan al intervención humana, comprueban posibles causas naturales. Por último, realizan un informe, que han intentado estandarizar con el Seprona, y se pone a disposición de las autoridades.

UN PIRÓMANO PILLADO 'IN FRAGANTI'

Por su parte, el capitán jefe del Grupo Seprona de la Comandancia de Madrid, José Cachinero, destacó las labores de prevención y vigilancia de las masas forestales y de las zonas de recreo para localizar, alertas y evacuar personas en peligro en caso de fuego. Igualmente, concretó que este año la Guardia Civil ha establecido apostaderos o puestos de vigilancia ocultos en el monte para detectar posibles pirómanos.

Según explicó Cachinero, gracias a estos puestos se pudo localizar a un vecino pirómano en una zona boscosa del sureste de la región a principios de agosto cuando pretendía quemarla. "Llevábamos tiempo detrás de él, porque nos había informado que esa zona había sufrido 6 ó 7 incendios en los últimos días, que se había iniciado a última hora de la tarde", aclaró.

Por último, atribuyó a muy diversos los motivos que llevan a una persona a quemar un terreno forestal, entre los que se apuntó causas de caza, intereses urbanísticos, perturbaciones mentales, entre otras. "Los causas urbanísticas son las menos, ya que la legislación madrileña impide la recalificación de los terrenos hasta 30 años después de su quema", puntualizó Allúe.