Publicado 07/10/2022 13:05

"Comercio Justo, la clave para que todos los días sean Día Mundial por el Trabajo Decente". Por Fairtrade Ibérica

Alvaro Goicoechea, Director De Fairtrade Ibérica
Alvaro Goicoechea, Director De Fairtrade Ibérica - FAIRTRADE IBÉRICA

   Tener unos medios de vida dignos es un derecho humano innegociable que toda persona debería tener garantizado pero muchas personas trabajadoras viven por debajo del umbral de la pobreza. En este sentido, de los 736 millones de personas que viven en la pobreza extrema en todo el mundo, cerca del 80% vive en zonas rurales y depende de la agricultura para sobrevivir. Es decir, las personas que cultivan y cosechan gran parte de los alimentos que consumimos no reciben un salario suficiente para alimentarse a sí mismas y a sus familias.

   Este 7 de octubre, celebramos un año más el 'Día Mundial por el Trabajo Decente' y desde Fairtrade Ibérica, representante en España y Portugal de Fairtrade, el sello líder mundial que certifica productos de Comercio Justo, reivindicamos el derecho de todas las personas a un trabajo decente. Esto significa el empleo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad, y dignidad humana, en el que los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social, tal y como lo define la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

   Y es que un empleo digno es esencial para el bienestar de las personas. Por ello, trabajamos para asegurar medios de vida mejores y sostenibles a todos los agricultores y trabajadores al mismo tiempo que protegemos la sostenibilidad del planeta. En concreto, los Estándares Fairtrade combinan una serie de criterios económicos, medioambientales y sociales auditados de forma independiente en toda la cadena de suministro. Fairtrade es el único sistema de certificación que establece un Precio Mínimo obligatorio que actúa como una red de seguridad en momentos de precios bajos y una Prima adicional que se paga por encima del precio mínimo acordado y que los productores deciden democráticamente invertir en proyectos destinados a mejoras en sus negocios y comunidades.

   En Fairtrade tenemos claro que no hay medios de vida dignos sin precios justos, por lo que el pago de un precio mínimo obligatorio y de una prima garantizada es un paso esencial y no negociable hacia unos ingresos decentes para los trabajadores. Sin ingresos y salarios dignos, persistirán los problemas sistémicos relacionados con la pobreza, como el trabajo infantil, la deforestación o la migración económica. Por este motivo, nuestro enfoque se centra en que las personas trabajadoras puedan obtener ingresos dignos y, de esta manera, impulsamos cadenas de suministro más sostenibles.

   Además de los beneficios del Precio Mínimo y de la Prima Fairtrade, hemos desarrollado una estrategia holística de ingresos dignos Fairtrade para cerrar la brecha de ingresos que se fundamenta en tres líneas. La primera se centra en apoyar a los agricultores y a sus organizaciones para que logren rendimientos sostenibles y mejoren la e?ciencia de las explotaciones, de modo que puedan maximizar sus ingresos. La segunda establece precios de referencia de la renta vital para mostrar los precios sostenibles que los agricultores necesitan para obtener una renta vital de sus explotaciones. Y la última tiene por objetivo sensibilizar a empresas, gobiernos y sociedad civil para que los ingresos dignos sean la norma.

   En este sentido, Fairtrade también es el único sistema de certificación que establece requisitos de suelo salarial como forma de proteger a los trabajadores y asegurarles unos salarios que cubran sus gastos de producción y les aseguren a ellos y sus familias el acceso a una alimentación nutritiva, vivienda digna y otras necesidades esenciales como la educación y la sanidad, entre otras. La estrategia de salario digno de Fairtrade para 2021-2025 establece una combinación inteligente de enfoques, que seleccionamos según sea apropiado en cada circunstancia, en estrecha consulta con los productores, ya que certificamos una amplia gama de productos en 72 países diferentes y cada caso se enfrenta a retos y realidades diferentes.

   Y es que el respeto a los derechos humanos y a la dignidad de todas las personas está en el corazón de nuestras acciones. Así, las organizaciones de productores con las que trabajamos son cooperativas gestionadas democráticamente, donde las personas trabajadoras disponen de mejores espacios físicos, horas extras pagadas, descansos adecuados, cursos de formación, protección a la salud y seguridad, así como mecanismos de negociación y representación para la toma de decisiones democrática. Además, Fairtrade es la única organización en la que los productores están integrados formalmente en los órganos de gobierno y tienen el 50% del voto en cualquier decisión que se tome en la Asamblea General de Fairtrade.

   En esta línea, desde Fairtrade también hemos lanzado recientemente la guía 'Aplicación de la debida diligencia en materia de derechos humanos y medio ambiente: Por qué y cómo alinear tus políticas y procesos con la DDDH', que pretende reforzar la posición de los agricultores y trabajadores en las cadenas de suministro mundiales y dotarles de los conocimientos necesarios para influir en las prácticas de la Debida Diligencia en materia de Derechos Humanos (DDDH) de las empresas e influir en la redacción de las leyes en esta área.

   Trabajamos para mejorar la desigualdad persistente y los datos evidencian nuestro impacto. Un ejemplo de ello es el caso de los productores de cacao de Comercio Justo certificados por Fairtrade en Costa de Marfil, quienes han aumentado sus ingresos en un 85% durante los últimos 5 años, según un estudio realizado en 2020 y 2021 por el Impact Institute para Fairtrade. Del mismo modo, entre 2017 y 2019, más de 25.000 trabajadores de flores certificados en Etiopía, Uganda y Tanzania vieron mejorar sus salarios entre un 35 y un 120% gracias a la introducción del requisito del salario mínimo Fairtrade.

   También es el caso del sector cafetalero de Perú: un reciente estudio realizado por Mainlevel Consulting muestra que los ingresos de las familias productoras de café certificadas por Fairtrade son hasta un 50% más altos que los de aquellos agricultores no certificados. Asimismo, otro informe reciente revela que durante la crisis del café de 2019 el Precio Mínimo Fairtrade fue un 40% más alto que los precios del mercado y mantuvo a muchos productores en el negocio, lo que demuestra una mayor resistencia económica en comparación con sus homólogos sin certificación Fairtrade y resiliencia para afrontar tiempos de crisis.

   Pero no podemos acabar con esta realidad desigual solos. Todos tenemos un papel que desempeñar, desde las empresas hasta los gobiernos, desde los agricultores hasta los consumidores. Cada actor de la cadena de suministro tiene el poder de contribuir al cambio y los agricultores y trabajadores no pueden estar excluidos de los procesos de toma de decisiones. Es inaceptable e insostenible que las personas que alimentan el mundo no tengan garantizada una vida digna ni voz en los acuerdos que les afectan. Necesitamos estrechar alianzas entre productores, empresas y consumidores, y el Comercio Justo es la herramienta que establece relaciones económicas y comerciales basadas en el beneficio mutuo, para que todos los días sean 7 de octubre.

   Son importantes desafíos a los que nos enfrentamos, como la mejora de las oportunidades de empleo, especialmente para jóvenes, la reducción del empleo de calidad, las desigualdades en el mercado laboral o la discriminación de género. Solo lograremos crecer como sociedad si las economías se transforman y promueven el trabajo decente, como clave para mejorar la productividad.

   Álvaro Goicoechea es director de Fairtrade Ibérica.