Actualizado 06/02/2013 10:07

Susanna Oliver, de World Vision: "En el mundo hay más de 100 millones de mujeres y niñas que han sufrido ablación"

Responsable de Proyectos de World Vision, Susanna Oliver Palazón
ONG WORLD VISION

La responsable de Proyectos de World Vision, Susanna Oliver Palazón, habla sobre la Mutilación genital femenina con motivo del el Día Mundial de Tolerancia Cero a la Ablación, que se conmemora este 6 de febrero.

.- ¿Cuántas niñas sufren mutilación genital femenina en el mundo?

Cada año, tres millones de niñas sufren la extirpación total o parcial de sus genitales externos en África. Se calcula que en el mundo hay más de 100 millones de mujeres y niñas que han sufrido la ablación, siendo los países donde más se practica Somalia (donde el 98% de las mujeres han sufrido este abuso), Guinea (96%), Sierra Leona (94%) y Malí (92%). Por supuesto, dentro de estos países hay zonas donde se practica más o menos, pues éste precisamente es un ritual que sirve para distinguir a las mujeres (y niñas) de determinados grupos étnicos.

.- ¿Se tiene constancia de casos en España?

Sí, principalmente entre población inmigrante que proviene de países en los que se practica la mutilación genital femenina. En nuestro país la práctica está prohibida, por lo que lo más frecuente es que se practique la ablación a las niñas en los viajes que éstas hacen a sus países de origen --por ejemplo, durante las vacaciones--, pero también se han detectado casos en los que se ha practicado aquí.

Para evitar estos casos es vital coordinar esfuerzos de prevención entre escuelas, centros de salud, servicios sociales, ONG que trabajan con inmigrantes y ONG que trabajamos en países de origen y policía.

.- ¿Qué supone esta práctica para las menores?

Teniendo en cuenta que la mayoría de veces se practica en condiciones higiénicas muy precarias, las consecuencias directas más frecuentes son infecciones y hemorragias, que en el peor de los casos pueden llegar a la muerte de la niña. Pero eso no es todo: a largo plazo, tienen consecuencias que van desde dolores durante las relaciones sexuales a fístulas obstétricas, pasando por problemas psicológicos y, lo más común, complicaciones en el parto que pueden derivar en la muerte de la madre, del bebé o de ambos.

.- ¿Qué llamamiento hacen por el lanzamiento de su campaña 'Stop Ablación'?

Lo que queremos hacer entender a los españoles que la ablación es una realidad que tienen al lado de casa, ofrecerles información para que entiendan porque esta práctica se perpetúa y animarles a actuar ante esta situación de violación de derechos contra las mujeres. Por eso, este mes de febrero hemos relanzado la web 'www.stopablacion.es' con mucho más contenido, junto a una campaña a través de las redes sociales que tiene como objetivo recaudar 10.000 euros para luchar contra la ablación en Kenia y Malí. La contribución de los donantes es imprescindible para continuar trabajando en estos países. También es posible donar con un SMS enviando ABLACION al 28013.

.- ¿Cuál es el grado de concienciación de la sociedad española en este tema?

Afortunadamente, cada vez hay más gente sensibilizada sobre el problema, pero a veces la información que reciben se centra en el "horror" de la práctica y no va más allá, al porqué de su perpetuación; y después de 4.000 años de práctica todavía hay personas que tienen ideas erróneas como que está vinculada al Islam u otras religiones o que es una práctica impuesta por los hombres a las mujeres, por lo que les animo a visitar la web 'www.stopablacion.es' y leer los artículos al respecto.

.- ¿Qué grado de concienciación existe en los países afectados?

Como comentaba anteriormente, dentro de los países practicantes podemos encontrar grandes diferencias entre etnias, pero por ejemplo, en Malí, después de muchos años de trabajo, los datos que tenemos son de que, en 2001, el 80% de las mujeres y el 73% de los hombres consideraban que había que mantener la práctica de la ablación; en 2006, opinaban igual el 76% de las mujeres y el 69.5% de los hombres (estamos a la espera de los datos de la encuesta demográfica y de salud 2012 que se llevó a cabo a finales de 2012). Es decir, avanzamos, pero muy lentamente. Además, se ven pocos cambios por grupo etario, lo que indica que las nuevas generaciones están muy influenciadas por las creencias y prácticas de sus familias y comunidades.

.- ¿Qué balance hacen de los proyectos realizados hasta la fecha?

Los mejores resultados los hemos obtenido en Kenia, allí, en el Distrito de Baringo, concretamente en las circunscripciones de Marigat y Mukutani, hemos conseguido pasar de un 94,3% de mujeres que sufrían la ablación en 2005 a un 64,3% en el 2009 y a un 58,1% en el 2010.

En Malí, los avances están siendo más lentos, en parte porque en Kenia la legislación prohíbe la ablación a menores de 18 años y eso nos ayuda, porque trabajamos en las escuelas para explicar a las chicas las consecuencias de la práctica y que existen ritos alternativos de paso a la edad adulta que no incluyen la escisión y ellas mismas deciden no ser mutiladas. En Malí, la ley sólo prohíbe la práctica en los centros de salud, lo que más bien es contraproducente, pues se acaba realizando en condiciones higiénicas precarias con graves consecuencias para la salud.

.- Ha destacado los resultados obtenidos en Kenia. ¿Podría profundizar un poco más esta campaña?

Además de las acciones de información en las escuelas, en Kenia trabajamos con las comunidades y familias proponiéndoles los nuevos ritos de iniciación sin ablación, para que apoyen las decisiones de las niñas. También trabajamos con los líderes religiosos, el personal de salud y, muy importante, con las comadronas, que son quienes suelen practicar la escisión, para que se comprendan las graves consecuencias de la práctica y la abandonen; como esta es su principal fuente de ingresos, les ofrecemos la oportunidad de formarse en otros oficios.

.- ¿Ha influido la crisis en el número de casos de ablación o es algo independiente?

Los resultados de las acciones que llevamos a cabo para prevenir la ablación no se dan a corto plazo, con lo que no podemos dar cifras al respecto. Lo que sí es verdad es que desde que empezó la crisis las ONG que trabajamos en la lucha contra la ablación hemos visto disminuir tanto las subvenciones como las donaciones de empresas y particulares, con lo que hemos tenido que recortar actividades y en un proyecto como este que requiere de tantas intervenciones complementarias para tener éxito eso significa, como mínimo, aplazar resultados, y cada día que pasa son más de 8.000 niñas las que sufren la mutilación de sus genitales.

Además, en el caso de Malí, el proyecto no tiene subvenciones, por lo que es especialmente importante el apoyo de todas las personas que, enviando sus sms al 28013 con la palabra ablación, nos puedan ayudar a trabajar en la erradicación de esta práctica.

.- De cara al futuro, ¿tienen previsto potenciar los programas ya establecidos o van a poner en marcha nuevas iniciativas?

Entendemos que lo más importante es que las comunidades practicantes y las mujeres en particular lleguen a la convicción de la necesidad de abandonar esta práctica que atenta contra su integridad física y su salud, por lo que vamos a continuar con las acciones descritas, pero también tenemos previsto trabajar por una legislación que condene la ablación, pues, aunque la condena debe ser el último recurso, ayuda en la lucha contra la práctica.

.- ¿Qué ha supuesto la resolución de condena de la ONU del pasado 27 de noviembre? ¿Se han visto resultados reales o aún es demasiado pronto?

Lo que hace esta resolución es ayudarnos en este nuevo enfoque adicional de cambio en la legislación, de presión política para que se decreten leyes contra la práctica y se castigue a los que las incumplan; pero en las comunidades rurales, dispersas y paupérrimas en las que trabajamos, a las que sólo vagamente llegan los cambios legislativos, lo más efectivo es el trabajo de información, concienciación y acompañamiento a las personas que deciden abandonar la práctica.