Actualizado 29/04/2009 14:56

Enterrada la norma de la jornada laboral máxima de 65 horas por la falta de acuerdo entre la Eurocámara y los 27

Seguirá vigente la legislación actual sobre tiempo de trabajo, que permite trabajar hasta 78 horas


BRUSELAS, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

La falta de acuerdo entre los representantes de la Eurocámara y de los Gobiernos de la UE anoche en la ronda final de negociaciones ha provocado que, tras cinco años de debates, se abandone definitivamente la norma que sitúa la jornada laboral máxima en 65 horas semanales, según informaron los negociadores de ambas instituciones comunitarias.

Ello significa que seguirá vigente la legislación actual sobre tiempo de trabajo, que fija una jornada laboral de 48 horas semanales pero que contempla la posibilidad de excepciones ('opt-out') mediante un acuerdo individual entre empresario y trabajador. Estas excepciones, en la práctica, permiten trabajar hasta 78 horas semanales. Si se quiere intentar de nuevo modificarla habría que empezar desde el principio con una nueva propuesta de Bruselas.

Se trata de la primera vez que Parlamento y Consejo no llegan a un acuerdo en conciliación desde la entrada en vigor del Tratado de Amsterdam en 1999, que amplió los poderes legislativos de la Eurocámara.

El principal obstáculo para el compromiso fue la cuestión del 'opt-out'. Los Veintisiete, liderados por Reino Unido, apostaban por mantenerlo indefinidamente, mientras que la Eurocámara exigía fijar en la norma una fecha para su eliminación definitiva, de manera que en ningún caso pudiera superarse la jornada de 48 horas. Esta era también la postura de España, que había quedado en minoría en el Consejo.

Tampoco hubo acuerdo entre el Parlamento y los Gobiernos en la cuestión de las guardias médicas, que también está regulada por la directiva de tiempo de trabajo. La Eurocámara exigía que las guardias se consideraran tiempo de trabajo, tal y como ha dictaminado en reiteradas ocasiones el Tribunal de Justicia de la UE (TUE), algo que no aceptan los Veintisiete.

"Desgraciadamente, tras cinco años de negociaciones, no fue posible alcanzar un acuerdo. El equipo negociador de la Eurocámara hizo varias propuestas sobre el 'opt-out' para que se convierta en algo excepcional y temporal. El 'opt-out' no puede durar para siempre", explicó la jefa del equipo negociador del Parlamento, la socialista alemana Mechtild Rothe.

Por su parte, el eurodiputado socialista Alejando Cercas, ponente parlamentario de la directiva de tiempo de trabajo, lamentó la falta de compromiso pero aseguró que "un mal acuerdo hubiera empeorado la situación de los trabajadores en general y de los médicos en particular". "Hemos dejado el futuro abierto y esperamos encontrar una solución con la nueva Comisión y el nuevo Parlamento", afirmó Cercas.

A su juicio, el acuerdo posible era peor que la normativa vigente porque ni siquiera recogía los derechos que ya ha establecido la jurisprudencia del TUE para los trabajadores que hacen guardias. "Habríamos perdido la esperanza y nuestra dignidad si hubiéramos aceptado un compromiso así", subrayó. "Hemos dado una señal fuerte a la opinión pública europea de que el Parlamento existe y está comprometido con el Tratado de la Unión", remachó.

Por su parte, el grupo popular europeo en la Eurocámara culpó a los socialistas, que según explicaron eran mayoría en el equipo negociador, de la ruptura de las conversaciones por su falta de flexibilidad y rechazo a aceptar compromisos. No obstante, los populares se felicitaron por el mantenimiento del 'opt-out'.

"Millones de trabajadores en toda la UE se librarán del dictado de políticos que dicen conocer mejor que ellos mismos cómo gestionar sus vidas. Sólo en Reino Unido, alrededor de 3 millones de personas han decidido trabajar más horas para sostener a sus familias: su libertad para elegir queda preservada", dijo el conservador británico Philip Bushill-Matthews en un comunicado.

ELECTORALISMO DEL PARLAMENTO

La presidencia checa arremetió contra "falta de flexibilidad" de la Eurocámara y atribuyó el fracaso de las negociaciones a la cercanía de las elecciones europeas. "El Parlamento dio prioridad a la ideología sobre la realidad política y económica", dijo el ministro checo de Trabajo y Asuntos Sociales, Petr Necas. Destacó que en la actualidad 15 de los 27 Estados miembros utilizan ya el 'opt-out', especialmente en sectores con guardias como la sanidad o los bomberos.

A su juicio, el fracaso de las negociaciones provocará que cada vez más Estados miembros recurran al 'opt-out', de manera que esta cláusula "se convertirá en la regla en lugar de ser la excepción".

"Los eurodiputados no quisieron aceptar un compromiso que hubiera mejorado la situación de los trabajadores y, al mismo tiempo, hubiera permitido dar más flexibilidad al mercado laboral. Esto es lo que Europa necesita en un momento de crisis", afirmó.

El comisario de Empleo y Asuntos Sociales, Vladimir Spidla, que compartía el punto de vista de los Gobiernos, se declaró "profundamente decepcionado" por la falta de acuerdo. "La falta de solución no es un buen resultado y no es una buena solución a largo plazo. No hemos dado respuesta a los sectores con mucho trabajo de guardia que se enfrentan a auténticos problemas para respetar las sentencias del TUE", afirmó.

"El probables resultado será que más Estados --y no menos-- empiecen a utilizar el 'opt-out', algo que no me gustaría que ocurriera. Y ni siquiera habrá más salvaguardas para los trabajadores que utilicen el 'opt-out'", declaró Spidla.

El Ejecutivo comunitario examinará ahora cuál será su próximo paso. La portavoz de Empleo, Chantal Hughes, no quiso avanzar si la Comisión llevará ante el Tribunal de Justicia a los países que están incumpliendo la directiva vigente por culpa de las guardias médicas y se limitó a señalar que su intención es presentar en breve un informe sobre la aplicación de la norma.

Fuentes comunitarias consideran que lo más probable es que la Comisión presente una nueva norma que regule exclusivamente la cuestión de las guardias médicas, que resulta problemática para la mayoría de los Estados miembros y sobre la que hay más posibilidades de acuerdo, y deje fuera la cuestión del 'opt-out'.