Actualizado 18/06/2021 11:30

La nueva industria digital de la salud, un segmento lleno de oportunidades para la telemedicina y las visitas virtuales

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Estar donde estés - TRANSFORMACIÓN DIGITAL

Señalar a estas alturas la importancia que está teniendo la pandemia global para la redefinición de muchas industrias parece una obviedad, pero, en el caso del sector de la salud, las fortalezas de los sistemas sanitarios se han puesto especialmente en cuestión. El sector ha tenido que adaptarse de manera rápida y contundente para atender las nuevas necesidades de la población, algo que ha afectado tanto al ámbito privado como al público. La aparente falta de recursos y de capacidad de gestión, sobre todo en la primera etapa de la crisis sanitaria, provocó una serie de problemas estructurales que el sector está sabiendo solucionar con éxito y celeridad.

Gracias a la integración de las nuevas tecnologías, el segmento sanitario está utilizando con fluidez los canales digitales, que permiten soportar el incremento en la demanda de atención asistencial, mientras favorecen una mayor racionalización de los recursos. En paralelo, otros agentes relevantes de la cadena de valor de la industria, como las farmacias o los centros médicos, también están siendo capaces de apoyarse en la telemedicina, tanto para la atención de los pacientes crónicos como para desarrollar políticas de prevención y de higiene, algo clave para evitar el incremento en el número de contagios por coronavirus. Además, el uso de las herramientas digitales ha servido para proteger a los profesionales sanitarios, un colectivo especialmente afectado por la crisis. Según afirma Jaime del Barrio, consultor senior en temas de salud en EY, en el Podcast de Banco Sabadell, "las consultas médicas han cambiado. Lo que se ha modificado ahora mismo es la tecnología. La capacidad de que las visitas médicas se puedan hacer en tiempo real y en cualquier parte del mundo, es lo novedoso. Las tecnologías ya existían pero sin embargo, no las habíamos incorporado de una manera natural".

Un futuro prometedor

Según el informe de Deloitte 'Predicciones, Tecnologías, Medios y Telecomunicaciones (TMT)', 2021 se cerrará con más de 400 millones de visitas virtuales al médico en todo el mundo, lo que supondrá una facturación de más de 525.000 millones de dólares. Entre otras previsiones, se estima que el mercado de consultas exclusivamente virtuales de telemedicina alcance los 8.000 millones de dólares solo este año. Para hacerse una idea del cambio de paradigma en el sector baste citar el ejemplo de España: en febrero de 2020, justo antes de comenzar la pandemia, nueve de cada 10 visitas al médico, fuera en el ámbito público o en el privado, eran presenciales, mientras que, de las restantes, solo un 10% eran virtuales y el 90% telefónicas. En septiembre, ya con la movilidad reestablecida, solo un tercio de los usuarios se decantaba por acudir de forma física a su centro de salud, en tanto que un 30% reconocía utilizar solo la telemedicina.

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En 2021 se producirán más de 400 millones de visitas virtuales al médico en todo el mundo, lo que supone una facturación de más de 525.000 millones de dólares

Aunque el estado de alarma fue el catalizador para el desarrollo de la atención virtual y la especialización sanitaria, tendencias ambas que ya llevaban años en marcha en el sector, su penetración entre los consumidores es tal que parece un fenómeno imparable. Su uso favorece a todos: los pacientes se ven menos expuestos a cualquier riesgo de contagio, no tienen que perder tiempo en desplazamientos o en salas de espera, les permite solucionar cualquier duda médica en menor tiempo y favorece que exista un mayor espacio de conversación personalizada con el profesional sanitario. Para la industria sanitaria, por su parte, permite que se compartan datos en formato digital, agiliza los trámites internos y evita el posible colapso de sus instalaciones. Además, el desarrollo actual de la tecnología permite que se pueda prestar un servicio de la máxima calidad gracias a las salas de streaming o a las cámaras digitales.

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Un informe de iSanidad bajo el título 'Los retos de la telemedicina' afirma que, para los próximos años, es clave que desde el sector de la salud se evalúe periódicamente la opinión de los pacientes para conocer en qué debe mejorarse la atención virtual y la personalización de los servicios. En concreto, detalla que resulta fundamental discriminar en qué casos no resulta adecuada la telemedicina, por ejemplo, en aquellos en los que el usuario no está especialmente sensibilizado o requiere de un contacto más directo y empático, como puede ser un enfermo oncológico o una embarazada en situación de riesgo.

Tal y como afirma del Barrio, "también se necesita formación de los profesionales e información de los pacientes, así como una regulación y una normativa". Según este experto, "los médicos deben saber sobre gestión de datos, pero también deben tener profesionales en su equipo con conocimientos en esta materia".

Además, el estudio subraya que el uso extendido de la telemedicina en el tiempo permitirá ir desarrollando una nueva experiencia de teleconsulta, que servirá para que el profesional asimile técnicas y mecanismos para suplir la falta de proximidad con un trato más diferencial y personalizado. En paralelo, se mejoran las herramientas que posibilitan compartir información, de modo que el paciente no note en ningún momento que no se encuentra en el despacho de un centro sanitario.

El reto de la especialización en el sector de la salud

En la industria de la salud, la apuesta por la digitalización materializada a través de la telemedicina y de los servicios virtuales sirve, sobre todo, para mejorar la calidad en la prestación de los servicios de los pacientes, agilizando la burocracia, incrementando la transparencia y la fluidez en la relación entre el médico y el usuario. Pero también mejora el manejo de los datos, de tal manera que otros médicos especialistas o los departamentos puedan compartir información relevante sobre el paciente para mejorar su tratamiento en el caso de resultar necesario.

Digitalizarse significa especializarse en la prestación de determinados servicios que, en un contexto como el actual, puede suponer una importante herramienta para fidelizar a los clientes. Todo ello en un entorno de máxima competitividad, pero también de una gran incertidumbre debido a la recesión económica, lo que posiciona a las organizaciones en una óptima situación para aprovechar las ventajas que ofrece el mundo virtual.

"España puede presumir de su sistema sanitario. Pero en cuanto a penetración de la digitalización estamos en tercer lugar como país, por detrás de Finlandia y de Dinamarca. Esto requiere formación, información y una estrategia", concluye el consultor de EY.