El alcalde de Mérida dice que el Teatro Romano "pierde un hijo" con la muerte del actor emeritense Paco Maestre

Paco Maestre
EP
Actualizado: viernes, 28 enero 2011 13:20

MÉRIDA, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -

El alcalde de Mérida, Ángel Calle, ha dicho que el teatro "está de luto" y en concreto el Teatro Romano de la capital extremeña "pierde un hijo" con el fallecimiento del actor emeritense Paco Maestre.

En un emotivo escrito titulado 'Morir en tiempos revueltos', el regidor de Mérida da una sentida despedida al intérprete, quien murió este jueves durante el rodaje de precisamente la serie 'Amar en tiempo revueltos', de ahí el encabezamiento escogido por el primer edil para su carta.

"Paco pasó su niñez en la calle Sagasta de Mérida, estudió en el colegio Covadonga y, como a todos los niños de su edad y que vivían en las cercanías del Teatro Romano, saltaba entre las piedras milenarias cuando su tía le llevaba a jugar al anfiteatro", comienza Ángel Calle su recorrido por la biografía y periplo artístico de Maestre.

"Cuando su padre se queda sin trabajo en La Corchera (un barrio de Mérida), Paco se traslada a Madrid, donde no tiene más remedio que trabajar en una oficina hasta que el sobrepeso le libra de la mili y decide entrar en la Escuela de Arte Dramático", prosigue el alcalde, quien recuerda que en tiempos de la 'movida madrileña', el inicio de Paco Maestre en el teatro "viene de la mano de una obra punk, 'Del laberinto al treinta', y es el teatro quien le devuelve a Mérida en 1983, como actor de Golfus de Emérita Augusta".

Para Ángel Calle, aunque era en el teatro donde la "poderosa voz" de Maestre le hizo ganar más premios (el Max de interpretación, el Premio Unión de Actores o el Premio Ágotra), éste "bordaba también sus papeles en el cine", donde trabajó con Almodóvar, con Fernando León, con Vicente Aranda, con Carlos Saura o con Alex de la Iglesia.

"Paco murió interpretando, como quieren hacerlo los buenos actores, y como otros actores quiso volver a Mérida y a su Teatro a descansar por siempre. Y Mérida lo recibirá con los brazos abiertos, como recibe siempre a sus hijos retornados, orgullosa de acoger entre sus columnas de mármol y sus piedras sin tiempo las cenizas de un soberbio actor y la memoria de un hombre (en el más amplio sentido de la palabra) bueno", concluye el regidor emeritense su carta.