Dos ciudadanos australianos han sido secuestrados en el norte, aunque en un ataque separado
UAGADUGÚ, 17 Ene. (Reuters/EP) -
Hasta 28 personas han muerto en el ataque coordinado contra un hotel de lujo de Uagadugú, la capital de Burkina Faso, y otros dos emplazamientos más de las inmediaciones, una acción reivindicada por Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Entre otros, el ataque ha costado la vida a al menos seis canadienses, dos franceses, dos suizos y un holandés. Hay víctimas mortales de al menos 18 países.
Este ataque supone una escalada en el tipo de acciones de los grupos yihadistas en los países del África occidental, cuyos gobiernos cooperan con los países occidentales en la lucha contra el terrorismo.
El presidente burkinés, Roch Marc Christian Kaboré, ha confirmado la cifra de muertos en el hotel Splendid, frecuentado por extranjeros, en el restaurante Cappuccino, situado al otro lado de la calle, y en otro hotel cercano, el Yibi.
Además, ha informado de que hay más de 50 heridos entre civiles y miembros de las fuerzas de seguridad. Kaboré ha comparecido en la televisión pública para explicar que en la operación se ha liberado además a 156 rehenes.
"Ante estos terroristas y sus actos abyectos hemos de movilizarnos para garantizar una respuesta apropiada que los quite de enmedio", ha afirmado Kaboré. "Vamos a salir victoriosos de esta guerra que se ha impuesto a nuestro pueblo y a todos los demás pueblos del mundo que aspiran a la paz y a la libertad", ha asegurado. El presidente ha aprovechado para anunciar tres días de luto.
"SEGUÍAN VINIENDO"
Una de los supervivientes del Capuccino ha relatado que al principio confundió los disparos y las explosiones, que comenzaron a resonar en torno a las 08.30 de la tarde --hora local-- del viernes, con fuegos artificiales, hasta que dos hombres armados vestidos de negro y con fusiles de asalto tipo AK-47 entraron y abrieron fuego de forma indiscriminada.
"Escuchamos disparos, granadas, detonaciones. Resonaba, sonaba muy fuerte. Durante mucho tiempo", ha afirmado la superviviente, una antropóloga social eslovena. "Seguían saliendo y entrando del Cappuccino. Creías que había acabado, pero entonces volvían y disparaban contra más gente. Volvían y miraban si los blancos se movían y entonces, volvían a disparar contra ellos", ha relatado.
Otro superviviente, un arquitecto francés llamado Ludovic que se encontraba en un bar cercano cuando comenzaron los ataques, ha asegurado que vio a tres asaltantes señalando a víctimas blancas antes de correr hacia el hotel Splendid.
Kaboré ha indicado que las fuerzas de seguridad han logrado abatir a tres de los atacantes. Un gendarme los ha descrito como un "árabe" y dos "africanos negros". Otras fuentes de seguridad sostienen que hay un cuarto atacante abatido también.
En un acto separado, el presidente Kaboré ha confirmado que dos ciudadanos australianos, un médico y su esposa, han sido secuestrados en el norte del país, en la frontera con Malí, donde dirigen una clínica desde 1972. En un principio, el Ministerio de Seguridad indicó que se trataba de dos ciudadanos austriacos. Aún se desconoce si su secuestro está vinculado al ataque contra los hoteles de la capital.
NO HA SIDO UNA SORPRESA
Los atacantes trataron de abrirse paso hacia el interior del hotel quemando coches y disparando al aire antes de tomar a los rehenes. Personal de los Ejércitos francés y estadounidense han respaldado a las fuerzas de seguridad burkinesas en su operación para retomar el control del hotel durante la madrugada del sábado.
Francia cuenta, habitualmente, con hasta 200 soldados de las fuerzas especiales desplegados en el país como parte de la 'Operación Barkhane', dedicada a luchar contra el yihadismo en el Sahel, mientras Estados Unidos tiene un contingente de unos 75 soldados.
Si bien mucha gente no sólo en el país sino en toda la región quedó sorprendida con el ataque, ya había signos de que la situación de seguridad en el país, de mayoría musulmana aunque con una gran diversidad religiosa, se estaba deteriorando.
Cynthia Ohayon, analista del Grupo de Crisis Internacional en África occidental, ha afirmado que había "signos de alerta" y que "si existe un elemento de sorpresa es el hecho de que no haya ocurrido esto antes".
Ohayon asegura que no es una coincidencia que este tipo de incidentes no hayan ocurrido hasta que el ahora expresidente, Blaise Compaoré, hubiera sido derrocado del poder. La salida del líder, que el pasado noviembre cedió paso a Kaboré, el primer líder nuevo de la nación africana en décadas, ha puesto fin, con toda probabilidad, a una conveniente relación entre Burkina Faso e insurgentes que, hasta entonces, habían protegido el país, según explica la analista.
"Compaoré tenía muchas conexiones con grupos islamistas y rebeldes y ayudó a liberar a rehenes, además de que algunos de los miembros del grupo tenían casas en Uagadugú", ha añadido.
AMENAZA YIHADISTA
AQMI se ha atribuido el atentado, el primero de carácter yihadista ocurrido en Burkina Faso, un país con una gran diversidad religiosa pero con mayoría musulmana (60 por ciento).
Burkina Faso vive sumido en la inestabilidad desde 2014, cuando las protestas populares obligaron a Compaoré a abandonar la Presidencia. La Embajada francesa ya advirtió en diciembre a sus ciudadanos en contra de viajar a algunas zonas del país.
Horas antes del asalto al Splendid, una veintena de hombres armados ha atacado una unidad de la Gendarmería en la localidad de Tinakof, en el Sahel. Dos personas han muerto --un gendarme y un civil-- y otras tantas han resultado heridas --dos gendarmes--, una de gravedad.
LA COMUNIDAD INTERNACIONAL, DE LUTO
Tras el ataque, la Alta Representante de Política Exterior y Seguridad Común de la Unión Europea, Federica Mogherini, se ha solidarizado con el país y ha asegurado que "Burkina Faso y, con ella, la comunidad internacional" están de duelo, "golpeados por un ataque terrorista que ha dejado numerosas víctimas".
En su comunicado, Mogherini ha presentado las "sinceras condolencias" de la UE a las víctimas, a los familiares y a todo el pueblo burkinés.
