El CICR denuncia que un millón de rohingyas "viven en la miseria" tanto en Birmania como en Bangladesh

Campo para desplazados internos en Rajine
REUTERS / SOE ZEYA TUN
Actualizado: martes, 3 julio 2018 12:40

MADRID, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, ha denunciado este martes que un millón de rohingyas "viven en la miseria", tanto en el estado birmano de Rajine, de donde proceden, como en los campamentos para refugiados de Bangladesh, a donde han huido en masa, y ha reclamado voluntad política para acabar con una "situación intratable".

Maurer ha realizado estos días una visita a Rajine y otra a Cox Bazar, principal destino de los refugiados rohingyas en Bangladesh, en la que ha constatado que, tras un año de crisis humanitaria, la situación es pésima a ambos lados de la frontera. "Un millón de personas viven en la miseria, como rehenes de una profunda contradicción", ha declarado.

"Me he reunido con los que se quedaron y con los que se fueron y está claro que la gente está sufriendo en los dos lados. No tienen casa, no tienen electricidad, no tienen letrinas, no tienen cuidados médicos. Hay muy pocas opciones para que consigan un ingreso que les permita superar las condiciones de emergencia", ha relatado.

En Cox Bazar, las condiciones de vida "violan la dignidad humana" y la llegada del monzón amenaza con empeorar las cosas. Sin embargo, el escenario en Rajine "no es mucho mejor". "Apenas queda algo. La vegetación está ganando terreno rápidamente", ha comentado. Así, "no pueden quedarse y tampoco pueden volver".

"Si miro el panorama actual, no puedo ayudar pero pienso: ¿En 20 años nos encontraremos exactamente en el mismo lugar, con una gran cantidad de gente intentando sobrevivir con una existencia desesperada?", ha planteado, subrayando que "la ayuda humanitaria por sí misma no resolverá este problema".

Maurer ha destacado la respuesta de todos los actores humanitarios, incluido el CICR, si bien ha alertado de que están bajo una enorme presión porque los recursos empiezan a escasear. "Un mejor futuro para esta gente requiere soluciones políticas inclusivas, inversión económica y un fuerte compromiso con el Derecho Internacional Humanitario y los Derechos Humanos", ha sostenido.

Las condiciones para el retorno implican "garantizar la libertad de movimiento, el acceso a los servicios básicos, actividad económica y, lo más importante, confianza en la situación de seguridad para los retornados", ha señalado el jefe de la organización humanitaria. "La gente necesita respuestas duraderas y esperanza sobre el futuro", ha remachado.

Maurer, que ha rehusado "repartir culpas", ha instado a ambos países y a la comunidad internacional a no permitir que los niños rohingyas en Birmania y en Bangladesh "se conviertan en una nueva generación que vive en condiciones de emergencias". "Les debemos evitar este resultado. Por razones humanitarias, algo debe cambiar", ha reclamado.

La crisis estalló en agosto de 2017, cuando el Gobierno birmano lanzó una ofensiva militar en respuesta a varios ataques de insurgentes rohingyas contra las fuerzas de seguridad. Cerca de cien personas murieron y decenas de pueblos quedaron reducidos a cenizas. Cerca de un millón de rohingyas cruzaron la frontera a Bangladesh para huir de la violencia.

Bangladesh ya acogía miles de rohingyas que han ido llegando a cuentagotas en los últimos años por lo que denuncian como una persecución por parte de las autoridades birmanas. Birmania considera que los rohingyas, una minoría étnica de fe musulmana, son descendientes de inmigrantes ilegales de Bangladesh, por lo que no les reconoce como ciudadanos, desponjándoles así de todo derecho.

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