Crónica Canadá.- La corrupción y las cuestiones territoriales tensan la recta final de la campaña electoral

Actualizado: sábado, 21 enero 2006 21:09

Los conservadores liderados por Harper podrían rozar una mayoría absoluta que les evitaría tener que pactar con los separatistas del Bloc Quebecois

MONTREAL (CANADA), 21 Ene. (Para EUROPA PRESS, Francisco CABEZUELO) -

Los líderes de los diferentes partidos políticos aprovechan este último fin de semana de la campaña electoral antes de la cita con las urnas del lunes para elegir a los 308 nuevos miembros del Parlamento de Canadá para quemar sus últimos cartuchos, con acusaciones de corrupción, descalificaciones personales, y las eternas tensiones territoriales internas, al tiempo que buscan consolidar el apoyo de sus electores, y hacerse con el voto de los todavía indecisos.

La mayoría de las encuestas publicadas dan como ganador, salvo un vuelco de última hora en el electorado, al Partido Conservador (PC), liderado por Stephen Harper, un economista de 46 años, casado y con dos niños, que podría convertirse en los próximos días en el nuevo primer ministro de Canadá. Harper podría incluso rozar la mayoría absoluta, dando fin de este modo al mandato del actual primer ministro, Paul Martin, veterano parlamentario y abogado de 67 años de edad, al que las encuestas alejan cada vez más de la reelección, y cuya formación, el Partido Liberal (PL), sufre el desgaste de 12 años en el poder.

Los conservadores cuentan con una intención de voto aproximada del 41 por ciento, mientras que los liberales se quedan en un 25, seguidos del Nuevo Partido Demócrata (NDP) que se harían con el 17 por ciento de los votos. Los independentistas de Québec agrupados en el Bloc Quebecois (BQ) contarían con el 12 por ciento. Los conservadores serían la mayor fuerza en el Parlamento de Ottawa superando en 10 ó 12 escaños a los liberales.

Consciente de la volatilidad de las encuestas ante posibles cambios de última hora en la opinión pública, Stephen Harper, ha dado órdenes internas a los miembros de su partido de no dar más ruedas de prensa y evitar el contacto directo con periodistas. Según afirma este sábado el rotativo 'The Globe & Mail', uno de los de mayor difusión en Canadá, Harper ha pedido a sus candidatos que no den más ruedas de prensa y se abstengan de dar opiniones personales sobre temas polémicos como el matrimonio entre personas del mismo sexo o el aborto.

Mientras tanto, en uno de sus últimos mítines este fin de semana en Toronto, Harper ha vuelto a hacer hincapié en los mensajes centrales de su campaña: necesidad de cambio en el Gobierno para reactivar la vida política del país, claridad en las cuentas públicas, recorte de impuestos y nuevos esfuerzos en la lucha contra el crimen organizado y la delincuencia. "Si los liberales vuelven a ser reelegidos, este país seguirá perdido sin rumbo", declaró Harper, quien recordó los graves escándalos de corrupción del Partido Liberal, caído en desgracia desde que en 2004 se descubriese un escándalo de corrupción en las filas del PL.

CORRUPCION Y TENSIONES TERRITORIALES

Esta vez la corrupción se une al eterno problema de la tensión territorial entre las diferentes provincias y el independentismo en Québec, la principal región francófona del país, ya que los nuevos comicios tienen lugar después de que Martin se convirtiera en el primer mandatario canadiense en perder una moción de censura, que fue presentada a finales de noviembre por la oposición, tras darse a conocer el informe de una comisión de investigación parlamentaria que denunciaba la malversación de fondos por parte del PL desde 1995.

Ese año tuvo lugar el segundo referéndum de independencia de Québec, celebrado bajo el Gobierno de los liberales, liderados por el entonces primer ministro Jean Chrétien, y en el que Martin era ministro de Economía. El Gobierno decidió lanzar un programa para promocionar el sentimiento de unidad nacional canadiense en la región de Québec. Sin embargo, 72 de los 180 millones de dólares destinados a este proyecto fueron desviados a empresas cercanas a los liberales o acabaron directamente en las arcas del PL. El referéndum se resolvió con una escasa diferencia, el 50,6% contra el 49,4%. La consulta fue ganada por los partidarios del "no" a la independencia.

Tras esta apretada victoria, el Gobierno de Ottawa ha potenciado una línea dialogante y constructiva, y ofreció a los separatistas de Québec algunas enmiendas del Acta Constitucional para permitir la asunción de competencias adicionales, pero el Bloc Quebecois rechaza estas propuestas y desde entonces pide un nuevo referéndum, tomando nota de que el primero sobre la cuestión, el de 1980, había arrojado un resultado mucho menos ajustado (el 59,6% del federalismo contra el 40,4% del independentismo). Los separatistas, insatisfechos, con los dos resultados en su contra, consideran que a la tercera va la vencida.

A pesar de los constantes intentos del BQ por avanzar hacia la independencia, el mundo empresarial y la opinión pública están dando la espalda a esta opción. Esta misma semana, el rotativo francófono 'La Presse', el de mayor difusión en la provincia de Québec, y donde desde hace nueve años los conservadores no logran sacar ningún diputado federal, sorprendió a todos sus lectores a través de uno de sus editoriales, en los que manifestaba su apoyo a un nuevo Gobierno federal del Partido Conservador. En los últimos comicios, separatistas y liberales se han repartido alrededor de los 75 escaños de la circunscripción electoral de la provincia francófona.

FINAL DE CAMPAÑA

Por su parte, Paul Martin, que este fin de semana intenta arañar votos en las circunscripciones atlánticas del país, ha intentado en todo momento de la campaña evitar hablar de estos escándalos para no aumentar el previsible descalabro electoral de su partido. Martin ha lanzado un mensaje de riesgo y miedo alertando contra el programa de cambios propuestos por Harper y los conservadores, a los que ha llegado a calificar de "separatistas". Para Martin, "Canadá no quiere el cambio que Harper está proponiendo".

Por su parte, el tercer gran partido, la formación socialdemócrata del Nuevo Partido Demócrata (NDP) y su líder, Jack Layton, desde la región pacífica de la Columbia Británica, al igual que los conservadores, ha convertido a Martin en el centro de sus críticas, recordándole los escándalos de corrupción en su partido, con varias alusiones directas y personales.

Debido a que no todos los sondeos coinciden en otorgar a Harper una mayoría absoluta, parece que para lo que servirá la votación del lunes es para determinar si los conservadores conseguirán más de 154 diputados para gobernar en solitario, o si necesitará los apoyos del Bloc Quebecois. Hasta ahora, los liberales contaban con 133 escaños, los conservadores con 98, los separatistas de Québec con 53, y los socialdemócratas con 18. Además, había cuatro diputados independientes y dos vacantes.