Crónica Kosovo.- Belgrado dice que la partición de Kosovo no es "aceptable" y generaría "efecto en cadena" en la región

Actualizado: jueves, 24 abril 2008 12:20

Una parte del actual Gobierno en funciones considera que la independencia de Kosovo es un "precio muy alto" por entrar en la UE

BELGRADO, 24 Abr. (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Leyre Guijo) -

El Gobierno serbio no considera "aceptable" una partición de Kosovo. Así de tajante se muestra el ministro serbio para Kosovo, Slobodan Samardzic, que rechaza las "especulaciones" que ha habido en este sentido desde el 17 de febrero sobre el deseo de Belgrado de anexionarse las zonas serbias de Kosovo, y justifica esta postura subrayando que continuar con la "fragmentación" en los Balcanes sólo serviría para provocar un "efecto en cadena" y que otras regiones pidieran a su vez la independencia, como podría ser el caso de la República Sprska en Bosnia.

"La partición para nosotros no es aceptable", explicó Samardzic en un encuentro en Belgrado con periodistas españoles, puesto que "en la región hay muchos candidatos a la separación y podría haber una reacción en cadena tanto en Serbia como fuera". En este sentido, citó el caso de la entidad serbia de Bosnia --la República Sprska--, así como la minoría albanesa en Montenegro o en Macedonia quienes, dijo, "podrían buscar los mismos privilegios" que los albanokosovares.

Además, subrayó, "también se plantea la cuestión práctica de por dónde se divide" Kosovo, puesto que aunque existe una mayor presencia serbia en la zona al norte del río Ibar, también hay enclaves serbios en otras zonas de Kosovo y "la mayoría de los refugiados escaparon de la zona al sur" del río por lo que "sería técnicamente imposible". A esto habría que sumar, añadió, el que "sería muy complicado gobernar" de ahí el que el Ejecutivo serbio tenga "muchos motivos por los que estar en contra de la partición".

Sin embargo, sí se quiere que los serbios de Kosovo no se sientan abandonados. Por eso, explicó, Belgrado sigue controlando los municipios al norte del río Ibar y las instituciones serbias, sobre todo en materia educativa y sanitaria, están presentes también en los enclaves del sur. Asimismo, el Gobierno serbio quiere que los 130.000 serbios que residen actualmente en Kosovo puedan votar en las elecciones parlamentarias del próximo 11 de mayo --al igual que lo hacen los serbios que residen en España por ejemplo-- pero también que elijan a sus representantes locales en aquellos lugares en los que actualmente no están presentes las autoridades "ilegales" albanokosovares, entre otras cosas porque los serbios boicotearon las elecciones kosovares de noviembre pasado, precisó.

En este punto, se mostró especialmente crítico con el papel que está jugando la Misión de la ONU en Kosovo (MINUK) y en particular con su jefe, Joachim Ruecker, al que acusó de haber tomado abiertamente partido "a favor de la independencia de Kosovo".

Según Samardzic, Ruecker renunció en agosto pasado a su competencia para la convocatoria de elecciones en Kosovo, que cedió a las autoridades de Prístina, y ahora que Belgrado le ha pedido que convoque elecciones municipales en las zonas serbias no ha dado una respuesta. Por ello, reclamó al representante de la ONU que "demuestre que realmente la MINUK es políticamente neutral y convoque las elecciones municipales en Kosovo".

Tras ellas, precisó, habrá "unas autoridades de facto sobre el terreno", que la ONU podría o no reconocer, y que actuarían de forma independiente a las autoridades kosovares, lo cual genera una situación complicada, admitió. Por ello, aclaró, "debemos encontrar una solución negociada" que no sea la independencia de Kosovo y recordó que Belgrado estaba dispuesto a ofrecer a esta región una "amplia autonomía" en la que se cederían la mayoría de las competencias y establecer "un sistema asimétrico como el que existe en la región de Vojvodina".

PAGAR EL PRECIO

En opinión de Samardzic, "Serbia no puede pagar el precio (de la independencia) porque en los años 90 hubo violaciones de los Derechos Humanos en Kosovo y perder una parte de su territorio". Con él coincide también el viceprimer ministro serbio, Bozidar Djelic, quien aseguró que "Serbia no ha pretendido nunca que (el ex presidente yugoslavo Slobodan) Milosevic no existió, que los kosovares no sufrieron y que los criminales de guerra tienen que ser detenidos".

Como el ministro para Kosovo, Djelic se mostró partidario de que serbios y albanokosovares alcancen "un acuerdo histórico" que permita resolver esta cuestión siendo conscientes de que "todo el mundo tiene que ceder". "No se puede encontrar una solución sostenible para Kosovo sin Belgrado", advirtió. Ahora bien, en Serbia parecen tener todos claro que es muy difícil que los 38 países que han reconocido la independencia ilegal de Kosovo vayan a dar marcha atrás.

Samardzic y Djelic forman parte del actual Gobierno en funciones serbio, pero cada uno es miembro de los dos grandes partidos que conforman la coalición gubernamental: el primero del Partido Democrático de Serbia (DSS) del primer ministro Vojislav Kostunica, y el segundo del Partido Democrático (DS) del presidente Boris Tadic. Kosovo fue precisamente el detonante de la crisis de Gobierno que llevó a la ruptura de la coalición y a la convocatoria de elecciones anticipadas, pero el telón de fondo lo puso el proceso de adhesión de Serbia a la Unión Europea.

Tadic y su partido están dispuestos a seguir adelante con el proceso y a firmar el Acuerdo de Asociación y Estabilización (AAE) con la Unión Europea si finalmente los Veintisiete se lo ofrecen antes de las elecciones, mientras que Kostunica considera que la UE debe aclarar cuál es realmente su posición respecto a Serbia, si cree que Kosovo forma parte o no de ella, antes de firmar el acuerdo y ha acusado a los Veintisiete de intentar 'engañar' a Belgrado ofreciendo firmar el AAE, puesto que ello significaría reconocer implícitamente que Kosovo ya no forma parte de Serbia.

Por ello, y aunque respecto a Kosovo no parece haber fisuras entre ambos partidos, Samardzic y Djelic sí divergen en cuanto a la necesidad de que Belgrado suscriba antes del 11 de mayo el AAE. "Comenzamos a negociar el AAE como un único país y ahora resulta muy problemático firmarlo sin Kosovo", opinó Samardzic, reclamando a la UE que "aclare cuál es su posición sobre Kosovo" y acusando a los Veintisiete de haber asumido "el papel de la OTAN" en la antigua provincia serbia y entrado en el "juego geoestratégico" en el que Estados Unidos ha incluido a Kosovo.

Por su parte, Djelic defiende que se firme el AAE cuanto antes y que, tras la victoria de su partido que da por segura en las elecciones, Serbia "siga adelante con su integración europea". De hecho, tal como recuerda la directora general para la UE del Ministerio de Exteriores serbio, Milica Delevic, si finalmente los ministros de Exteriores de la Unión deciden el próximo lunes en el consejo de Luxemburgo ofrecer a Serbia la firma del AAE, "éste se firmará porque la mayoría del Gobierno está de acuerdo y porque se ha dado autorización al propio Djelic para que lo firme".

VICTORIA DE LOS RADICALES

Los serbios no parecen tener muchas esperanzas en que pese a las presiones que se están ejerciendo sobre Países Bajos, que se opone a la firma del acuerdo de asociación hasta que Belgrado no coopere plenamente con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), se consiga finalmente firmar el documento antes del 11 de mayo.

También son conscientes de que cabe la posibilidad de que sea el Partido Radical de Vojislav Seselj --quien es cabeza de lista de su formación pese a estar detenido en el TPIY-- el que gane estas elecciones, en buena medida por la frustración, el descontento e incluso humillación que sienten los serbios tras la pérdida de Kosovo y ante las evasivas de la UE.

Si se produjera esta victoria, existe el temor entre las fuerzas pro europeas de que los radicales detengan el proceso de integración europea durante un tiempo indefinido.