Crónica Sudán.- Miles de desplazados huyen de las secuelas de los combates entre Gobierno y rebeldes

Actualizado: domingo, 5 octubre 2008 18:15

Los voluntarios de ONG, amenazados por robos y asaltos a mano armada en las localidades más aisladas

MADRID, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -

Semanas de combates entre Gobiernos y rebeldes en la provincia de Darfur norte han imposibilitado a los voluntarios humanitarios atender a los miles de desplazados de la región, obligados a buscar cobijo en bosques y montañas cercanas, según informa la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN, mientras los trabajadores humanitarios intentan realizar su labor entre robos y asaltos a mano armada de rebeldes y bandas criminales.

Los enfrentamientos terminaron hace más de tres semanas, pero la violencia ha proseguido en la zona de manera esporádica. La semana pasada se registraron no menos de cuatro robos a punta de pistola y tres secuestros en recintos y vehículos de organizaciones humanitarias, según los datos manejados por las ONG.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CIRC), que había enviado sendos equipos a las zonas de Disa y Birmaza, en esta región de la conflictiva provincia sudanesa, descubrió que la mayoría de los residentes habían abandonado sus hogares para buscar comida y refugio. Sin embargo, otros se encuentran completamente expuestos.

"Están en medio de ninguna parte, ni en un pueblo, ni cerca de un pozo, ni en un campo, nada", declaró el director del CIRC en Darfur Norte, Giuliano Vascotto. "Ésta es la minoría que nos preocupa", añadió. La presencia de la CIRC hubiera sido más efectiva si no hubieran robado dos coches del equipo cerca de Kutum, una ciudad cercana a estos puntos.

"Los combates todavía están frescos", explicó el director del Programa Mundial de Alimentos (PAM, por sus siglas en inglés), Laurent Bukera. "Más que moverse a lugares donde se puedan identificar, en realidad la gente se está escondiendo. Los que se desplazan no están llegando a campos de refugiados, todavía", indicó.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA), Gregory Alex, declaró a este respecto que "existen personas ahí fuera que necesita ayuda, pero no hemos sido muy capaces de hablar con ellos". Reconoció que la información con la que cuentan es escasa. "Ni sabemos cuántos han huido, ni cuantos pueblos se encuentran vacíos, ni si han sido destruidos o no", indicó.

De entre 1.000 a 2.500 nuevos desplazados han llegado al campo de Kalimando (Dar al Salam, al sur de la capital de Darfur Norte, El Fasher), según la Oficina. La ONG Acción Contra el Hambre confirmó por su parte la llegada de unas pocas decenas de desplazados al pueblo de Shangil Tobaty, al sureste de Jazan Tungur.

Varios pueblos en la zona de Tabit también se han visto afectados por estos desplazamientos. En total, se cree que hasta cerca de 20.000 personas se han visto desplazas hasta el área de Fanga, a los pies de las montañas Jebel Marra. A ello hay que sumar entre 10.000 y 15.000 desplazados en Disa y Birmaza.

Alex resumió la situación indicando que la violencia había "estrangulado" la labor de la comunidad humanitaria hasta el punto que se termina preguntando que "para cuando la ayuda llegue a estos lugares, quizás sea demasiado tarde".

La Misión de Naciones Unidas en Darfur (UNAMID) intentó en dos ocasiones visitar dos asentamientos en Disa y Birmaza. En ambas ocasiones, los helicópteros de la misión fueron objeto de varios ataques, y tuvieron que regresar. Desde el aire, no obstante, las fuerzas de paz a bordo pudieron ver a varias personas escondidas en las montañas, según explicó el portavoz de la misión, capitán Shumani Matenda.

EFECTOS DE LA VIOLENCIA

Uno de los civiles desplazados, Abdulá Isshac, indicó que había permanecido escondido hasta una semana entera en las montañas antes de llegar al campo de refugiados de Tawila, en el norte de la región.

Isshac recordó cómo se encontraba trabajando en una granja de Jazan Tungur, cuando los soldados del Gobierno asaltaron el pueblo de Masal. En ese momento huyó a las montañas, donde permaneció una semana. Antes de viajar al campo de refugiados, pasó delante de su antiguo hogar, ahora destrozado, saqueado y quemado hasta los cimientos. Las tropas del Gobierno regresarían una vez más al pueblo, obligando a la gente a huir de nuevo, algunos a Tawila, otros a El Fasher y otros, de nuevo, a las montañas.

"Los soldados decían que estaban buscando rebeldes, decían que no querían dañar a la gente, pero los rebeldes no se encuentran en el pueblo, sino en las montañas", añadió.

Mientras, en la ciudad de Tabit, en el este, Mohamed Ahmad declaró que la mayoría de los habitantes se encuentran durmiendo al raso a unos pocos kilómetros a las afueras del pueblo, muchos de ellos en los lechos secos de los ríos. "Nos dan miedo los bombardeos", declaró. Durante el día, los hombres regresan al pueblo para buscar comida, pero por la noche duermen fuera.

Los líderes del campo de Zamzam explicaron a los representantes del PAM que algunos de los desplazados que regresan lo hacen de forma ocasional, siempre a sus granjas; pero cuando vuelven a estallar los enfrentamientos, se ven obligados a regresar a sus hogares. "Si la gente no es capaz de recolectar sus cosechas al regresar, van a enfrentarse a un serio problema", declaró Vascotto.

VOLUNTARIOS BAJO EL FUEGO

En el mes de agosto, la cifra de voluntarios fallecidos ascendía ya a 11. Otros 155 fueron secuestrados, 208 vehículos secuestrados, y 22 cargamentos de ayuda desvalijados o saqueados. Los que necesitan ayuda, no la pueden recibir.

Como consecuencia de estos ataques, las ONG han reducido drásticamente sus efectivos en la zona. Por ejemplo, la alemana German Agro Action suspendió temporalmente la distribución de comida a 450.000 personas después de que varios de sus trabajadores fueran secuestrados.

Otra ONG, GOAL, relocalizó su plantilla en El Fasher, después de que su recinto en Kutum fuera asaltado la pasada semana. En Julio, Médicos Sin Fronteras en España cerró sus oficinas en Tawila y Shangil tras ser objeto de varios robos a mano armada.