MADRID, 27 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado este lunes que ha aprobado la posible venta de hasta cien sistemas de defensa costera por valor de 2.370 millones de dólares (poco más de 2.000 millones de euros) a las autoridades de Taiwán, días después de que el Gobierno de Pekín mostrará su malestar con Washington por otra entrega de armamento valorada en 1.800 millones de dólares (1.500 millones de euros).
Según un comunicado emitido por la Agencia de Seguridad y Cooperación del Departamento de Defensa, la Oficina Representativa Económica y Cultural de Taipei en Estados Unidos (TECRO, por sus siglas en inglés) "ha solicitado comprar hasta cien sistemas de defensa costera Harpoon que constan de hasta 400 misiles lanzados desde superficie RGM-84L-4" y otros "cuatro misiles de ejercicio RTM-84L-4".
La venta, explica, también incluiría "411 contenedores, cien unidades de transporte lanzador del sistema de defensa costera Harpoon, 25 camiones de radar, repuestos, equipos de apoyo, documentación técnica, personal y equipos de capacitación, asistencia técnica de contratistas y del Gobierno de Estado Unidos, y otros elementos logísticos".
"Esta proposición de venta sirve a los intereses nacionales, económicos y de seguridad de Estados Unidos", dice el comunicado, pues se "respaldan los esfuerzos continuos del destinatario para modernizar sus Fuerzas Armadas y mantener una capacidad defensiva creíble", con el objetivo de que Taiwán mejore su seguridad y "la estabilidad política, militar, económica de la región".
El Gobierno de Taiwán ha expresado este martes a Washington su más "sincera gratitud" por sus intenciones de hacer efectiva esta posible venta, que en caso de producirse sería el cuarto paquete armamentístico que la Casa Blanca, bajo la dirección del presidente, Donald Trump, consigue colocar a las autoridades de la isla.
Estas nuevas pretensiones de Washington se producen pocas horas después de que China anunciara sanciones contra empresas armamentísticas estadounidenses como respuesta a este estrechamiento de las relaciones entre la Administración Trump y las autoridades de Taiwán, pues de acuerdo con la retórica de Pekín, estos acuerdos violarían el principio de "una sola China".
