ANKARA, 26 Abr. (Reuters/EP) -
Irán ha convocado este martes al embajador suizo, que vela por los intereses de Estados Unidos en Teherán, con la intención de condenar el dictamen del Tribunal Supremo estadounidense que ratifica que unos 2.000 millones de dólares provenientes de fondos iraníes congelados sean usados para indemnizar a las familias de los fallecidos en ataques cuya autoría recae sobre Teherán.
Irán, que considera que la sentencia es un ultraje, advirtió este lunes de que hará todo lo posible por llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para evitar la distribución de dinero.
"Irán ha trasladado su fuerte objeción ante el dictamen se produjo durante el encuentro entre el funcionario iraní y el embajador suizo. Las autoridades iraníes han subrayado que la resolución se ha producido en contra de los acuerdos bilaterales y en contra del Derecho Internacional", ha informado el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado recogido por la agencia de noticias iraní ILNA.
El embajador suizo representa los intereses de Estados Unidos en Teherán, donde Washington no ha reabierto su Embajada desde su cierre tras la crisis de los rehenes de Irán en 1979, cuando 52 norteamericanos fueron retenidos durante 444 días en el edificio de la Embajada poco después de que se iniciara la revolución iraní.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos consideró que el Congreso no incurrió en un abuso de autoridad al aprobar en 2012 una ley para poder distribuir 265.000 millones de dólares provenientes de fondos congelados iraníes entre las familias afectadas por ataques llevados a cabo por la República Islámica. La sentencia afectaría a las 241 familias de los soldados estadounidenses que perdieron la vida como resultado de los ataques contra el cuartel del Cuerpo de la Marina de Estados Unidos en Beirut en octubre de 1983.
El presidente iraní, Hasan Rohani, ha criticado firmemente las hostilidades de Estados Unidos hacia Irán a pesar de que Teherán llegó a un acuerdo nuclear con las potencias en 2014.
Los aliados moderados de Rohani esperan que la relación entre Washington y Teherán mejore tras el acuerdo nuclear y la consecuente retirada de las sanciones. Las autoridades iraníes, sin embargo, han descartado la posibilidad de que se produzca una normalización de las relaciones con Estados Unidos.
