JJOO.-El Dalai Lama pide el fin de las protestas contra los Juegos y está dispuesto a ir si mejora la relación con China

Actualizado: miércoles, 21 mayo 2008 18:54

Resta importancia al formato de su entrevista con Brown y asegura estarle "agradecido" por su "preocupación" por el Tíbet

LONDRES, 21 May. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -

El Dalai Lama apeló hoy al pueblo tibetano a abandonar las protestas promovidas contra los Juegos Olímpicos como contestación a la ocupación que China mantiene desde el siglo pasado, y aseguró que aceptaría una invitación para asistir al evento deportivo que el próximo verano se celebrará en Beijing en caso de que permitiese mejorar las relaciones con el Ejecutivo de Hu Jintao.

En una rueda de prensa ofrecida en Londres con motivo del viaje de diez días que ayer inició a Reino Unido, el líder religioso pidió "respeto" al recorrido de la antorcha olímpica, en un contexto en el que el su Gobierno en el exilio ha propuesto también en su página web suspender las protestas contra la ocupación que regularmente se registran ante las embajadas de China, al menos durante un mes, mientras el país afronta las consecuencias del terremoto de Sichuán, que ha acabado con la vida de más de 40.000 personas.

El comunicado colgado en Internet recoge la recomendación en la que el propio líder religioso propone "explorar las posibilidades de relaciones amistosas" entre ambos territorios, mientras que en su intervención de hoy ante miembros de las dos cámaras del Parlamento británico insistió en la necesidad de poner fin a la polémica relacionada con los Juegos, una apelación dirigida "particularmente a los tibetanos" ante la previsión de que la antorcha recale en Lhasa entre el 20 y el 21 de junio. "No deberían trastornar la visita", declaró.

Así, recordó que "desde el principio" dejó "claro el pleno apoyo a los juegos" y añadió que, ya que el emblema es "parte de ellos, hay que respetarlo y protegerlo", en especial a la vista de los episodios registrados en algunas de las escalas por las que ha pasado, particularmente Londres y París, donde el recorrido hubo incluso de ser interrumpido. Además, aseguró que estaría dispuesto a asistir a su celebración en Beijing, si bien reconoció que su presencia es improbable: "No he tenido ninguna indicación acerca de una invitación".

No obstante, destacó que "algunos chinos" reclaman su presencia y, por ello, añadió que "si la situación en el Tíbet fuese a mejorar y hubiese una solución a largo plazo" estaría "preparado" para asistir, en respuesta a las voces del Gobierno chino que reiteradamente lo acusan de promover las protestas contra la cita deportiva que tendrá lugar el próximo mes de agosto.

POLÉMICA EN REINO UNIDO

A mayores, aprovechó su intervención ante los medios de comunicación para restar trascendencia a la polémica que rodea su visita a Gran Bretaña debido a que no será recibido por el primer ministro, Gordon Brown, en el número 10 de Downing Street como sí habían hecho algunos de sus antecesores, como Tony Blair, sino en la residencia oficial del Arzobispo de Canterbury, interpretado por los activistas pro Tíbet y parte de la clase política como una concesión al Gobierno chino: "Expreso mi aprecio al primer ministro por mostrar una preocupación genuina por el Tíbet".

Así, insistió en que su presencia en las islas "es no política" y consideró que son los medios de comunicación los que "politizan", si bien confirmó que "desde luego" en el encuentro que el proximo viernes mantendrá con Brown prevé "trasladar las gracias" por su atención al conflicto de su pueblo. Por su parte, el portavoz del mandatario también ignoró la importancia del lugar de la cita y subrayó: "Hasta donde nos preocupa, la cuestión aquí es la reunión y el hecho de que va a tener lugar".

Además, recordó que las últimas dos ocasiones en las que el líder religioso estuvo en Reino Unido "no se entrevistó con el por entonces primer ministro", aunque en esta ocasión las citas políticas no se ceñirán al actual inquilino del número 10 de Downing Street, ya que el Dalai Lama también prevé sentarse con el líder conservador, David Cameron, o el propio Príncipe Carlos, conocido por su apoyo a la causa tibetana, si bien su portavoz avanzó que entre las cuestiones que se pondrán sobre la mesa figurarán "intereses en materias espirituales".