MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Malí ha cifrado este miércoles en 440 los civiles y 150 los militares muertos en los tres primeros meses de 2019 a causa del deterioro de la situación de seguridad, especialmente en el norte y el centro del país.
El ministro de Seguridad, Salif Traoré, ha señalado en una comparecencia ante la Asamblea Nacional que la inestabilidad se ha extendido desde el norte hacia el centro del país y ha detallado que en el balance de militares muertos figuran los de la 'Operación Barkhane' que lidera Francia y los 'cascos azules' de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA).
"Estamos enfrentándonos a gente que no tiene fe ni respeta la ley y que quiere destruir nuestro país, pero no se lo pondremos fácil", ha sostenido, según ha recogido el portal maliense de noticias aBamako.
Asimismo, ha manifestado que las autoridades han desplegado más de 15.000 efectivos para intentar controlar la situación, antes de reclamar a los representantes políticos que "no hagan el juego a los terroristas".
"Cada uno debe jugar su papel y todas las propuestas son bienvenidas. Los terroristas deben ser combatidos allá donde se encuentren", ha señalado Traoré, quien ha pedido además "un mandato más robusto" para la MINUSMA.
Las declaraciones del ministro han llegado horas después de que el Ejército de Malí anunciara una "intensificación" de sus operaciones en el centro del país para poner fin a la violencia en esta zona, marcada por un incremento de los ataques de grupos yihadistas y la violencia intercomunitaria.
Además del número de atentados ejecutados por grupos yihadistas, el centro de Malí ha sido escenario de un repunte de las tensiones intercomunitarias, que llegaron a su máximo hace cerca de dos semanas con la matanza de cerca de 160 peul en Ogossagou.
Según los datos publicados recientemente por Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED), los ataques contra civiles y las muertes ocasionadas por los mismos se han multiplicado en los últimos cinco meses en el Sahel, en particular en Malí, Burkina Faso y Níger.
En Malí, se han registrado 145 ataques contra civiles en el periodo analizado por ACLED, en los que han muerto 547 personas, lo que supone un incremento del 150 y del 311 por ciento respectivamente en comparación con el mismo periodo un año antes.
El balance de víctimas aumentó en marzo como consecuencia del ataque contra una localidad fulani por parte de presuntos milicianos dogon en el centro del país que dejó al menos 160 muertos el 24 de marzo.
