Actualizado: jueves, 16 noviembre 2017 7:15

MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

El ministro de Exteriores de Líbano, Yebran Basil, ha afirmado este miércoles que las autoridades de Arabia Saudí no deben actuar contra el país si tienen un problema con Irán o el partido-milicia chií libanés Hezbolá, respaldado por Teherán.

"Nuestro primer ministro no es Hezbolá y yo no soy Hezbolá. Si Arabia Saudí tiene un problema con Irán, que lo resuelva con Irán, no con Líbano y los libaneses", ha dicho, en referencia a la crisis política desatada tras la renuncia por sorpresa de Saad Hariri desde Riad.

Basil ha indicado que está intentando solucionar la situación de forma "bilateral", resaltando que Beirut quiere "restaurar la situación normal", según ha informado el portal local de noticias Naharnet.

Así, ha vuelto a reclamar el retorno de Hariri a Líbano para que explique la situación, argumentando que es "anormal" que el primer ministro se encuentre en una situación "ambigua" tras anunciar que volverá al país.

"No hay razón que explique por qué no ha vuelto a Líbano, y las convenciones internacionales garantizan su libertad de movimiento. Para superar este dilema, que se permita a nuestro primer ministro volver a su país y expresar libremente su opinión", ha remachado.

Las declaraciones de Basil han llegado horas después de que el presidente libanés, Michael Aoun, dijera que el hecho de que Hariri no haya vuelto al país tras dimitir el 4 de noviembre desde Riad demuestra que está retenido en Arabia Saudí junto a su familia.

"Nada justifica la ausencia del primer ministro Saad Hariri doce días después del anuncio de su dimisión", defendió Aoun en un mensaje en Twitter. "Consideramos que está retenido contra su voluntad y detenido", añadió, subrayando que "eso constituye una violación de la Convención de Viena y de la Carta de Derechos Humanos".

En este sentido, instó a Hariri a regresar al país para poder discutir los motivos de su renuncia, o retirarla, y poder resolver la crisis en la que se ha visto sumido el país.

Hariri dijo que dimitía porque temía por su vida y apuntó a un plan de Hezbolá, su socio de Gobierno, y a Irán. Sin embargo, el Ejército libanés manifestó que no tenía informaciones sobre la existencia de ningún complot contra él.

Tras estas afirmaciones de Aoun, Hariri publicó un nuevo mensaje en su cuenta de Twitter negando encontrarse detenido. "Estoy perfectamente bien y si Dios quiere volveré en los próximos días. Calmémonos", sostuvo el primer ministro dimisionario, que el martes ya había anunciado en esta red social que volvería en un par de días a Líbano.

EL PAPEL DE ARABIA SAUDÍ

Fuentes cercanas al político libanés aseguraron, en declaraciones durante el fin de semana a la agencia británica de noticias Reuters, que presentó su dimisión forzado por Arabia Saudí por negarse a enfrentarse al partido-milicia chií libanés Hezbolá.

Estas fuentes indicaron que Arabia Saudí ha decidido que el primer ministro --aliado de Riad desde hace años e hijo del asesinado ex primer ministro Rafik Hariri-- debe ser apartado.

Fuentes libanesas aseguraron que Riad desea reemplazar a Saad Hariri por su hermano mayor Bahaa como principal líder político suní de Líbano. Asimismo, dijeron que Bahaa se encuentra en Arabia Saudí y que las autoridades han pedido a miembros de la familia Hariri que viajen para jurarle lealtad, a lo que se habrían negado.

El Gobierno saudí ha rechazado en varias ocasiones que haya forzado a dimitir a Hariri, y por el momento no se han pronunciado sobre las informaciones sobre las condiciones de su llegada, la confiscación de su teléfono o los posibles planes para reemplazarle por su hermano mayor.

Sin embargo, fuentes cercanas a Hariri recalcaron que antes de su viaje a Riad el jueves 2 de noviembre les aseguró que se encontrarían durante el fin de semana en la localidad egipcia de Sharm al Sheij, donde estaba previsto que se reuniera con el presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi.

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