Actualizado: lunes, 22 julio 2013 11:38


BERLÍN, 22 Jul. (Reuters/EP) -

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha afirmado que el derrocamiento del expresidente egipcio Mohamed Mursi, que tuvo lugar a principios de julio, es una muestra de la debilidad del Islam político.

"Creo que, a largo plazo, los regímenes islamistas radicales van a fracasar, ya que no ofrecen la emancipación adecuada que se necesita para desarrollar un país económica, política y culturalmente", ha dicho, en una entrevista concedida al semanario alemán 'Welt am Sonntag'.

En este sentido, ha destacado que él pensaba que el islamismo no está capacitado para hacer frente a la revolución de la información ni a la economía global, al tiempo que ha apuntado que el mismo "va hacia el medievalismo en medio de una oleada de modernidad".

Por otra parte, ha resaltado que el tratado de paz entre ambos países permanece intacto, en medio de una oleada de ataques por parte de los grupos armados presentes en la península del Sinaí contra las fuerzas de seguridad apostadas en la zona.

Los Acuerdos de Camp David --firmados en 1979 por los entonces presidente egipcio, Anuar el Sadat, y primer ministro israelí, Menachem Begin, mediante los cuales Egipto e Israel firmaron la paz-- prohíben a Egipto desplegar a sus Fuerzas Armadas o armamento pesado en las regiones norte y este de la península.

La península del Sinaí, limítrofe con Israel y la Franja de Gaza, alberga a numerosos grupos islamistas que han intensificado en los últimos dos años sus ataques contra policías y soldados, aprovechando el vacío de seguridad dejado por la caída del Gobierno de Hosni Mubarak.

La violencia se ha recrudecido desde el golpe de Estado contra Mursi, miembro de la organización islamista Hermanos Musulmanes. Los milicianos han atacado bases de las fuerzas de forma prácticamente diaria y han matado al menos a 15 personas.