MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, ha informado este viernes de que en la última jornada se han registrado 422 fallecidos, lo que supone el cuarto día consecutivo de descenso en la cifra de muertos por coronavirus, la más baja desde el pasado 1 de abril.
No obstante, ha alertado durante su rueda de prensa diaria de que el número de decesos en el estado ha ascendido ya a 16.162. A pesar de esta cifra, ha recalcado que la región avanza en una "buena dirección" en la lucha contra el virus.
En este sentido, ha destacado que el número de hospitalizados ha descendido por undécimo día consecutivo, según informaciones del diario local 'The New York Times'. Así, son más de 3.000 menos los pacientes ingresados en la última semana, un descenso del 25 por ciento desde que se registró el pico de la epidemia el pasado 13 de abril.
Además, el número de pacientes intubados --y por lo tanto los que más riesgo tienen de no recuperarse-- ha caído por duodécimo día consecutivo. Sin embargo, Cuomo ha expresado su preocupación por el hecho de que los hospitales sigan registrando nuevos ingresos.
"Estamos en una línea recta y esto es preocupante", ha manifestado en relación a la tasa, que bajó un 35 por ciento entre el viernes y el martes, pero desde entonces únicamente ha descendido cinco puntos porcentuales.
El flujo de pacientes refleja el hecho de que el estado aún registra unos 6.000 nuevos casos de coronavirus al día, una cifra inferior a la registrada durante la primera semana de abril, cuando el saldo era de unos 11.000 infectados al día. En total son 271.590 los contagiados en Nueva York.
Horas después de que el alcalde de la ciudad homónima, Bill de Blasio, pidiera al estado extender una moratoria sobre los desahucios hipotecarios, Cuomo ha asegurado que estudiará la medida.
Por otra parte, el gobernador ha vuelto a criticar al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, por sugerir que los estados deberían declararse en bancarrota en vez de recibir ayudas federales. Según Cuomo, los estados no pueden permitírselo.
