Edificios destruidos en Duma, en Ghuta Oriental
REUTERS / BASSAM KHABIEH
Publicado: martes, 13 febrero 2018 21:07

GINEBRA, 13 Feb. (Reuters/EP) -

Un enviado de Naciones Unidas ha confirmado que la organización trabaja para tratar de lograr un alto el fuego en Siria, de cara a contener la escalada de violencia en lugares como Ghuta Oriental o la región de Idlib, y ha apuntado que el acuerdo es "muy posible".

El vicecoordinador de la ayuda humanitaria para la crisis siria, Ramesh Rajasingham, ha enfatizado que ya se trabaja "en todos los frentes" y "al máximo nivel" para tratar de parar los combates. "Si hay voluntad, se puede hacer sin duda, y eso es lo que Naciones Unidas está buscando en todas sus iniciativas políticas", ha explicado.

Rajasingham ha subrayado, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters, que el acuerdo, que debería llegar de forma "inmediata", es posible. "Ya lo hemos hecho antes, no es una quimera", ha añadido, a pesar de la falta de avances políticos para resolver el conflicto iniciado en marzo de 2011.

Una de las situaciones que más preocupa a la ONU es la de Ghuta Oriental, un enclave situado a las afueras de Damasco y donde unas 400.000 personas estarían atrapadas por el asedio impuesto por el régimen de Bashar al Assad.

Rajasingham ha advertido de que hay personas muriendo "innecesariamente" y que "podrían ser salvadas". Hasta ahora, las agencias de Naciones Unidas y las ONG tan sólo han logrado evacuaciones puntuales, pero se teme que haya miles de personas en situación límite por falta de alimentos y medicinas.

El enviado de la ONU también ha lamentado la situación de la región de Idlib, situada en el noroeste de Siria y donde se da "una catástrofe en todos los sentidos", desde el ámbito humanitario al militar pasando por el sanitario y el político.

Según Rajasingham, es necesario que en la zona vuelva a regir el alto el fuego que ya pactaron en 2017 Rusia, Turquía e Irak, gracias al cual los hospitales siguieron funcionando y se evitó más desplazamientos. Desde diciembre, más de 330.000 personas han abandonado sus hogares en esta zona, lo que eleva la cifra total por encima de los dos millones, ha advertido.

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