R.Unido.- El médico condenado por los ataques fallidos a Glasgow y Londres en 2007 afronta una pena de 32 años de cárcel

Actualizado: miércoles, 17 diciembre 2008 15:29

El segundo imputado, que quedó libre de cargos, luchará contra su deportación para continuar su "brillante carrera" como neurólogo

LONDRES, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -

Uno de los dos médicos del Sistema Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) condenado por haber intentado perpetrar atentados en Londres y Glasgow en junio de 2007 afronta una pena de prisión de 32 años después de que ayer fuese declarado culpable por el jurado del tribunal londinense de Woolwich.

El juez dio a conocer hoy la sentencia para Bilal Abdullah, de 29 años, por idear una conspiración para asesinar con coches bombas junto a Kafeel Ahmed, quien falleció por las quemaduras que sufrió por entrar al volante de un coche en llamas en el aeropuerto de la ciudad escocesa. Por contra, el segundo de los imputados, Mohammed Asha, de 28 años, quedó libre de cargos, si bien se enfrenta a una posible deportación.

En su intervención de hoy, el juez Mackay calificó a Abdullah como un "extremista religioso y un intolerante" que defendía la visión más extrema del Islam y, por ello, aseguró: "Todas las evidencias lo hacen un hombre muy peligroso que presenta un alto riesgo de provocar serios daños a los británicos con su actual posicionamiento". Una situación que, sumada a las "circunstancias de los delitos" por los que ha sido condenado por el tribunal, "hace que la única setencia posible sea de por vida".

Por su parte, la titular de Interior británica, Jacqui Smith, consideró que la prisión para Abdullah demuestra la "seria y prolongada amenaza" a la que Reino Unido hace frente en forma de terrorismo, después de que los atentados fallidos representasen, precisamente, su estreno en el cargo que había asumido un día antes nombrada por el nuevo primer ministro, Gordon Brown.

El propio Abdulla, de origen iraquí pero nacido en las islas, había admitido en su intervención en el proceso que, según la definición de la legislación británica, podía ser considerado "un terrorista", si bien añadió que tanto el Gobierno de Reino Unido como su Ejército debería tener la misma calificación por sus acciones en Irak.

SIN CARGOS, PERO RIESGO DE DEPORTACIÓN

Por su parte, el abogado de Mohammed Asha leyó un comunicado en su nombre tras conocerse la sentencia de Abdullah en el que su cliente, natural de Jordania, aseguraba que las acusaciones que pesaron sobre él durante este tiempo han "arrasado" con su vida y con la de su mujer y su hija de dos años. Así, durante el proceso había reiterado que aunque conocía a los autores de los ataques fallidos, no tenía conocimiento de sus intenciones de atentar.

Por ello, consideró que, en su caso, no se había hecho justicia, puesto que, a pesar de que ha quedado libre de cargos, afronta la posibilidad de la deportación de las islas, ya que el visado con el que contaba en base al programa de alta formación para inmigrantes expiró durante el tiempo que se prolongó el proceso, que interrumpió una brillante carrera como neurólogo en el Hospital Universitario de North Staffordshire.

Los dos hombres estaban imputados por haber preparado dos coches con gasolina, bombonas de gas y clavos que habrían aparcado en un área espcialmente populosa del West End londinense el 29 de junio de 2007, tan sólo dos días después de que Gordon Brown tomase el relevo de Tony Blair como nuevo primer ministro británico.

FALLOS

No obstante, las detonaciones preparadas para funcionar mediante control remoto a partir del uso de teléfonos móviles fallaron en ambos vehículos, lo que no impidió una evacuación masiva de cientos de personas cuando se descubrió el primero de ellos en el exterior del club 'Tiger, Tiger', un local de varios pisos situado en la céntrica calle de Haymarket que se encontraba completo en el que era el último viernes del mes de junio.

El segundo turismo, estacionado en las proximidades, fue inadvertidamente remolcado hasta un depósito de coches antes de que se descubriese el contenido explosivo y se redujesen los riesgos. El fallo del ataque en Londres los llevó a modificar la manera de viajar a Glasgow para llevar a cabo el atentado del aeropuerto, que preveía entrar a alta velocidad en la terminal, pero se quedó varado en la entrada.

Bilal Abdullah, un especialista en diabetes que trabajaba en el hospital Royal Alexandra de la ciudad escocesa de Paisley y que durante el juicio fue descrito por sus colegas como un "médico extraordinario", fue detenido el día después de que el todoterreno en llamas cargado con bidones de gas y petróleo irrumpiese en la terminal del aeropuerto de Glasgow.

El supuesto conductor, Kafeel Ahmed, falleció como consecuencia de las quemaduras, mientras que Asha, de origen jordano que había estado empleado en un hospital de Cambridge, fue arrestado posteriormente ese mismo día en la autovía M6.