MADRID, 3 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Gobierno de Siria ha vuelto a pedir este viernes al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y a la Secretaría General que tomen medidas "firmes e inmediatas" para evitar los ataques de Israel sobre su territorio, que también ha reclamado que el organismo "condene".
En una carta enviada por el Ministerio de Exteriores sirio, después de que el Ejército haya denunciado varios ataques aéreos atribuidos a las fuerzas israelíes contra los alrededores de la capital, Damasco, el Ejecutivo sirio ha señalado que lo ocurrido esta madrugada "viene a completar una serie de violaciones y crímenes de Israel contra Siria y su pueblo", al tiempo que ha tildado el ataque de "cobarde".
En la misiva, recogida por la agencia de noticias SANA, el Ejecutivo sirio ha advertido de las "peligrosas repercusiones de sus ataques", que lleva a cabo con "falsos pretextos que no guardan relación con la realidad, su continuo apoyo a las organizaciones terroristas, su continua ocupación de tierras árabes y su brutal represión de las legítimas aspiraciones de las masas árabes en los territorios ocupados", donde ha incluido a los Altos de Golán.
La cartera de Exteriores siria ha agregado que "responsabiliza plenamente" a Israel "por estos crímenes" y ha afirmado que los "repetidos" ataques "no desanimarán al Gobierno de cumplir con su deber constitucional de continuar combatiendo a todas las organizaciones terroristas que continúan causando estragos en Siria y cuyo destino será el fracaso".
Por todo ello, ha reclamado al Consejo de Seguridad y la Secretaría General de la ONU que cumpla con las responsabilidades adquiridas en el marco de la Carta de Naciones Unidas, "la más importante de las cuales es mantener la paz y la seguridad internacionales, condenar y detener los flagrantes ataques israelíes, responsabilizar a Israel y tomar medidas firmes e inmediatas para evitar que se repitan".
El Ejército de Israel ha llevado a cabo decenas de bombardeos en Siria argumentando que actúan para evitar el establecimiento de bases iraníes en el país y el envío de armas al partido-milicia chií libanés Hezbolá por parte de Teherán.
