UE.- Los líderes europeos buscarán a partir de hoy un acuerdo sobre estímulo fiscal y cambio climático

Actualizado: jueves, 11 diciembre 2008 9:32

Ofrecerán garantías a Irlanda para preparar el camino a un segundo referéndum sobre el Tratado de Lisboa

BRUSELAS, 11 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE buscarán en la cumbre que comienza hoy en Bruselas un acuerdo sobre el plan de estímulo fiscal de 200.000 millones de euros propuesto por Bruselas para sostener la demanda y combatir la recesión económica. También deben encontrar un compromiso sobre el paquete de medidas para poner en práctica los objetivos que se ha fijado la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático, el denominado triple 20 para 2020 (20% de reducción de emisiones, 20% de cuota de renovables y 20% de ahorro energético).

Teniendo en cuenta lo complicado de la agenda, la cumbre comenzará antes de lo normal, a las 15:00 horas, con el tradicional encuentro de los líderes europeos con el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Poettering. Éste se quedará además para discutir el primer punto de la agenda, qué solución darle al Tratado de Lisboa, que se encuentra bloqueado por el 'no' en el referéndum celebrado en Irlanda en junio.

Tras escuchar al primer ministro irlandés, Brian Cowen, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, presentará a sus colegas propuestas sobre "una vía común a seguir para lograr el objetivo de la entrada en vigor del Tratado", según explicó en la carta de invitación remitida a sus homólogos europeos.

Los líderes europeos ofrecerán a Irlanda garantías adicionales de que se respetará la neutralidad militar irlandesa, que los temas de fiscalidad seguirán sometidos a la regla de unanimidad y que la UE no abordará la cuestión del aborto. Además, aceptarán que no se reduzca la talla de la Comisión como prevé el Tratado de Lisboa sino que siga habiendo un comisario por país, algo que su propio presidente, José Manuel Durao Barroso, ha dicho que aceptará. A cambio, Cowen podría abrir la puerta a convocar un nuevo referéndum.

A continuación, los dirigentes abordarán el paquete de medidas sobre cambio climático. Sarkozy destacó que las negociaciones entre los Veintisiete y con la Eurocámara "han progresado considerablemente" durante las últimas semanas y que en la mayoría de los temas ya se han encontrado "compromisos aceptables para todos".

Por ello, las discusiones de los líderes europeos se centrarán en las "cuestiones clave" que todavía están abiertas: qué hacer para evitar deslocalizaciones de empresas europeas a terceros países con criterios menos estrictos de lucha contra el cambio climático (las denominadas fugas de carbono), qué compensaciones ofrecer a los países de la ampliación por el mayor esfuerzo que les supondrá reducir emisiones, y la duración de las derogaciones que se ofrecerán a los nuevos socios para que sus empresas eléctricas no tengan que subastar desde el principio el 100% de los permisos de emisión.

El acuerdo que se perfila consistiría en permitir que la mayoría de las industrias comunitarias (el 90%) sigan recibiendo gratis los derechos de emisión, y no introducir un sistema de subastas como pretendía la Comisión, al menos hasta que haya un acuerdo internacional contra el cambio climático en el que estén presentes Estados Unidos y China, según informaron fuentes diplomáticas. Se busca así contentar sobre todo a Alemania, aunque la mayoría de Estados miembros y también la Eurocámara están dispuestos a aceptarlo, según las fuentes consultadas.

Sólo el sector eléctrico tendrá que pagar por el 100% de los permisos a partir de 2013, algo que no gusta a los países de la ampliación. La solución más probable consistirá en ofrecer a los nuevos socios un periodo transitorio, de manera que su sector eléctrico sólo deba pagar en 2013 el 50% de los derechos y llegar al 100% en 2016.

La enorme reducción en el porcentaje de subastas no afectará a los objetivos de reducción de emisiones, pero sí pondrá en riesgo el mecanismo de solidaridad diseñado por Bruselas para ayudar a los países de la ampliación a cumplir los objetivos. La Comisión había propuesto que cada país se quedara con el 90% del dinero recaudado en las subastas y que el 10% restante se repartiera atendiendo al PIB per cápita para reforzar la solidaridad con los países más necesitados. Este mecanismo permitía que España recibiera el 102% del dinero.

Alemania y Reino Unido se oponen a este fondo de solidaridad, mientras que los países de la ampliación exigen que se aumente. Así, por ejemplo, Eslovaquia ha propuesto modificar este sistema de reparto para que cada Estado miembro se quede con el 85% del dinero y que el 5% extra se destine exclusivamente a los países de la ampliación, lo que perjudicaría a España, que recibiría cerca de 100 millones de euros al año, según las fuentes consultadas.

Al margen de este enfrentamiento entre los antiguos 15 Estados miembros y los países de la ampliación, la otra gran incógnita de la cumbre será la posición de adopte Italia. Su primer ministro, Silvio Berlusconi, ya amenazó en la última reunión de octubre con vetar todo el paquete por considerarlo demasiado costoso para la economía italiana.

RESPUESTA A LA CRISIS ECONÓMICA

Tras la tradicional foto de familia, los líderes europeos abordarán a partir de las 20:00 horas en la cena, con la participación del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, la crisis económica y la respuesta que debe dar la UE. Sarkozy destaca en su carta que la crisis económica requiere de la UE "una respuesta unida, fuerte, rápida y coordinada, dejando a cada Estado miembro juzgar cuáles son las medidas mejor adaptadas a su situación nacional".

Esta respuesta debe comportar "medidas inmediatas" para contrarrestar la desaceleración, pero también debe preparar el futuro de Europa a más largo plazo, favoreciendo inversiones en sectores como la I+D o las energías verdes. A la vez, debe garantizarse la estabilidad presupuestaria "a largo plazo". "Debemos acordar un plan de reactivación que responda a todas estas exigencias", señala Sarkozy.

Se espera que los Veintisiete den su visto bueno a la propuesta de la Comisión Europea de poner en marcha un plan de estímulo fiscal equivalente al 1,5% del PIB comunitario (200.000 millones de euros) para sostener la demanda y combatir a la recesión. También acordarán que corresponde a los Estados miembros adoptar medidas por valor del 1,3% del PIB --aunque este porcentaje es una media porque cada país deberá hacer un esfuerzo acorde con su situación económica-- mientras que el presupuesto comunitario pondrá el 0,2% restante.

Aun así, siguen los desacuerdos sobre cómo llevar este plan a la práctica. Muchos países consideran que Alemania está siendo demasiado prudente y que su situación presupuestaria le permitiría un plan de estímulo más ambicioso que redundaría en beneficio de todos. El propio Durao Barroso ha dicho que a su juicio todos los países deberán revisar al alza sus esfuerzos en 2009 ante la gravedad de la situación económica.

También hay discrepancias sobre qué medidas concretas adoptar. Destaca el rechazo general que ha suscitado la decisión de Reino Unido de rebajar el tipo de IVA normal del 17,5% al 15% para estimular el consumo. Ningún otro país seguirá este ejemplo. No hay acuerdo tampoco sobre la propuesta de Bruselas de generalizar el tipo de IVA reducido a los servicios que requieren mucha mano de obra ni a los bienes y servicios ecológicos.

Finalmente, los Estados miembros rechazan la propuesta de la Comisión de utilizar 5.000 millones de euros de dinero no gastado del presupuesto comunitario, fundamentalmente de ayudas agrícolas, para invertir en interconexiones, ahorro energético y energías renovables.

Todos los flecos pendientes de las discusiones del jueves volverán a abordarse en la sesión del Consejo Europeo del viernes, que podría prolongarse durante toda la tarde e incluso la noche para lograr un acuerdo.