IOWA (ESTADOS UNIDOS), 31 Ene. (Reuters/EP) -
Las elecciones de Estados Unidos de este año parecen estar progresando de manera que 2016 se convierta en el año de los votantes cabreados, en un momento en el que los estadounidenses desencantados están golpeando al 'establishment' impulsando las campañas presidenciales de dos candidatos muy diferentes: el magnate multimillonario y polémico Donald Trump y el autodeclarado socialista Bernie Sanders.
En torno a un 73 por ciento de los votantes que acudirán a las urnas en los comicios de noviembre creen que Estados Unidos va por el camino equivocado, y estos votantes desafectos conforman una mayoría en las bases de apoyo para ambos candidatos: el 87 por ciento, del lado de Trump, y el 54 por ciento, del de Sanders, según los datos extraídos de un sondeo elaborado por Reuters/Ipsos.
Los dos se veían muy lejos de grandes rivales como Jeb Bush o Hillary Clinton hace tan sólo unos meses, pero ambos han visto crecer su popularidad a medida que se acerca el verdadero inicio de la carrera hacia la Presidencia, con el 'caucus' de Iowa de este domingo.
Parece que ambos lo podrían hacer bien en Iowa, pero incluso si pierden, el fervor que han generado ha dado la vuelta a la carrera presidencial e, incluso, a la política estadounidense.
La agencia Reuters define a estos estadounidenses cabreados como aquellos más blancos, más pobres, menos educados y con menos probabilidades de apoyar a un candidato que ya haya estado involucrado en política. E independientemente del partido que apoyen o hayan apoyado, desconfían de Hillary Clinton tras más de dos décadas en el punto de mira.
En donde difieren estos votantes es en la identificación de la raíz de los problemas del país. Por un lado, los que apoyan a Sanders insisten en la desigualdad de ingresos y en la asistencia sanitaria como principales problemas; por el otro, los seguidores de Trump culpan a la inmigración y a los terroristas extranjeros, según el sondeo.
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