Asesino de Alba: "Siento mucho lo que sucedió. Ahora soy otra persona. Estoy arrepentido y quiero pedir perdón"

Actualizado: viernes, 26 octubre 2007 17:54

La fiscal eleva a 20 años de prisión su solicitud de pena para Gabriel Privado por un delito de asesinato y otro de robo

MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

"Siento mucho lo que sucedió. Ahora soy otra persona. Estoy muy arrepentido y quiero pedir perdón. Y no deseo a nadie pasar este rato" El asesino confeso de Alba Martín, la joven de 17 años que apareció degollada hace tres años en el Parque de Pradolongo (Usera), dio hoy con estas palabras por concluido el juicio celebrado por la Audiencia Provincial de Madrid contra Gabriel Privado, toxicómano de 33 años.

El jurado popular encargado de enjuiciar el crimen dará a conocer este lunes su veredicto de culpabilidad o inocencia. Sobre la mesa tienen una amplia variedad de pruebas irrefutables que demuestran la autoría de Gabriel, como las pruebas de ADN --su perfil genético se detectó en los restos de sangre de la ropa de la joven y en su cabello-- o la propia declaración policial en la que se autoinculpó del asesinato.

Pero los once miembros tendrán ahora que dilucidar si Gabriel mató a Alba porque quería robarla o si actuó enajenado bajo los efectos de las drogas, que llevaba consumiendo desde 24 horas antes del crimen. También tendrán que concluir si el asesinato fue alevoso o, por el contrario, la víctima tuvo la oportunidad de defenderse de su agresor.

En sus conclusiones, la fiscal Patricia Fernández modificó su calificación jurídica, al estimar que "la forma y circunstancias" de la muerte de Alba exceden de un delito de homicidio y constituyen un asesinato, con la agravante de alevosía. Elevó así la pena de 14 años de prisión inicial por el primer delito a 16 años de cárcel por el segundo, que junto a la de robo con violencia, de 4 años, la solicitud final quedó en 20 años de prisión.

PRUEBAS DE LA FISCAL

La fiscal desmenuzó en su informe la totalidad de las pruebas de las que dispone para sustentar su acusación. Entre ellas, aludió al informe de la autopsia que da cuenta de que el hombre asestó por detrás a la chica dos puñaladas mortales: una en la espalda que le atravesó el pulmón y otra en el cuello que le seccionó la arteria carótida y la vena yugular.

También se refirió a la prueba de ADN. El perfil genético del asesino se encontró en los pantalones vaqueros y en la chaqueta que llevaba Alba el día de los hechos. También se detectó su ADN en la mochila de la joven, así como en las prendas que había en su interior y en los mechones de pelo ensangrentados que rodeaban su cadáver.

Según la fiscal, Gabriel "sabía perfectamente lo que hacía porque escondió las pruebas, el arma homicida y a sí mismo". Tras acabar con la vida de Alba, el acusado se desprendió de las pruebas que le podían incriminar. Primero abandono el cuchillo jamonero en unos arbustos, a unos 70 metros del Parque.

Después, se dirigió a un descampado próximo a la estación de Renfe de Orcasitas, donde se deshizo de su camiseta y de la chaqueta del chándal. Luego, lanzó detrás del muro de la estación de Orcasitas su anorak, en cuyos bolsillos había una prenda interior de mujer y su propio móvil, y la mochila de Alba impregnada de sangre. Por último, se dirigió a casa de su tía Joseja, donde llegó con el torso desnudo y el cuerpo repleto de arañazos.

"A Gabriel se le han respetado los derechos de un juicio justo con todas las garantías. Pero Alba Martín está muerta y no tiene derecho a la vida", concluyó la miembro del Ministerio Público.

PSICOSIS TRANSITORIA

Por su parte, las acusaciones particulares, que representan a los padres de Alba, Ana María y Gregorio, reclamaron al tribunal una condena de 25 años de prisión por un delito de asesinato y otro de robo con intimidación, con la agravante de abuso de superioridad.

En sus respectivos informes, los abogados cuestionaron que Gabriel hubiera consumido cocaína las horas previas al crimen, puesto que sólo existe su palabra para confirmar esta versión. No obstante, el hombre está bajo tratamiento desde 2002 y actualmente recibe ayuda en el programa de Proyecto Hombre en la prisión madrileña de Soto del Real.

Además, criticaron un informe psiquiátrico, realizado a instancias de la defensa, que aseguraba que Gabriel sufrió una psicosis transitoria por intoxicación por la ingesta de drogas y alcohol. Según el documento, el acusado dormía con un cuchillo, rectaba por su casa y pasaba horas detrás de los arbustos escondido.

Por su parte, el abogado defensor, Marcos García Montes, reclamó a la Sala que le aplique la eximente completa o incompleta por enajenación mental transitoria por drogadicción y que se tengan en cuenta las atenuantes de confesión, colaboración --dio una muestra de saliva-- e dilaciones indebidas del procedimiento.

"No hablamos de locura, sino de un trastorno mental transitorio por psicosis toxicómana", subrayó García Marcos, que sustentó su afirmación en varias citas de manuales psiquiátricos. Además, descartó que el móvil del crimen fuera el robo, ya que el cadáver de Alba apareció con sus anillos, una pulsera y un reloj plateado, entre otros objetos.

NO RECUERDO

En la primera sesión, Gabriel aseguró que no recordaba nada de lo que sucedió la tarde del 5 de marzo porque desde el día anterior había consumido "elevadas cantidades" de alcohol y drogas. "No recuerdo lo que pasó. Sabía que había hecho algo mal, pero no sabía el qué. Mi conciencia no estaba tranquila", manifestó.

El procesado, que admitió ser toxicómano, sólo se acordaba de que un día antes había salido del trabajo y se había ido "al bingo, a varios bares y a pillar cocaína". "No me acuerdo cómo llegué ahí ni de dónde saqué el cuchillo. No sé ni quién es Alba", dijo.

Además, señaló que desde abril de 2004 se encontraba por propia voluntad bajo supervisión médica, pero admitió que seguía consumiendo cocaína. "Es una adicción que arrastró desde los 17 años. En dos días no puedo dejar de consumir", apuntó.