Un estudio concluye que la Policía tiene tendencia a "parar" a minorías y que sospechan más de ellas

Actualizado: lunes, 5 junio 2006 20:08

MÁLAGA, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -

El criminólogo Daniel Wagman ha concluido en su estudio 'Discriminación policial' que la Policía "tiene tendencia a parar minorías" y que "sospechan más de los inmigrantes, a los que puede detener con menos pruebas". Así, expuso que en 2002, el 28% de los detenidos fueron inmigrantes o extranjeros, pero las condenas en los juzgados por crímenes a inmigrantes representaron el 10%.

Para este estudio se realizaron 60 entrevistas a agentes de distintos cuerpos de seguridad de Madrid, Málaga y Barcelona; dos gitanos españoles, dos payos y nueve inmigrantes que habían sido parados por la Policía el año pasado, 10 grupos de discusión --tres de gitanos españoles, dos grupos de payos españoles y cinco de inmigrantes--.

Según este trabajo, que se incluye en el Boletín Criminológico del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología, la discriminación policial implica que la policía para e identifica a una persona basándose en el criterio de su raza o etnia, lo que a juicio de Wagman representa "una mala práctica policial por ser arbitraria, suponiendo una clara violación de los derechos humanos fundamentales".

Así, destaca que estos colectivos "marginados", en su papel de víctimas de delitos, suelen perder confianza en la Policía y la ven con miedo. Además, expone que "los recursos efectivos de las fuerzas de seguridad se acaban concentrando en labores de vigilancia exhaustiva de delitos visibles, fáciles y detectables, pero en la mayor parte de las ocasiones de menor gravedad".

"Todo ello repercute en un aumento de las detenciones de personas pertenecientes a un grupo minoritario, aunque concurran menos pruebas de actividad delictiva que en ciudadanos españoles payos", afirma.

Wagman precisó que aunque en términos generales entre las minorías encuestadas predominaron las quejas, así como los sentimientos de indignación y miedo a las autoridades, también se recogieron experiencias sobre el buen trato de la policía hacia ellos. Además, los entrevistados mostraron dudas acerca de si las actuaciones policiales se encuentran influencias por su trayectoria personal o por el propio contexto institucional del sistema policial.

La mayoría de los entrevistados afirmaron haber sido parados de forma arbitraria, sin que se les diese ningún tipo de explicación, e incluso, haber sufrido abusos. Los que denunciaron el maltrato descubrieron más adelante que, a su vez, la policía les denunció por desacato o por la resistencia a la autoridad.

"No puede parar a una persona aleatoriamente por la calle, tienen que tener algún motivo", aseguró Wagman, al tiempo que consideró que la legislación española es "ambigua" y "la Policía rara vez tiene que explicitar la motivación por la que paran a alguien en la calle". En este sentido, indicó que muchas veces las paradas están motivadas por el nerviosismo del sospechoso, aunque éste puede estar motivado por cualquier cuestión que no sea un hecho delictivo en sí, o por el mismo miedo que las autoridades puedan dirigirse a ellos.

Por todo ello, en las conclusiones destaca que "se puede afirmar que hay indicios de discriminación policial en España, aunque no podemos medir su grado" porque "en lo que respecta a las retenciones en la vía pública, utiliza sistemas de cupos que implican una tendencia a parar más gente en situación de desventaja social".

MEDIDAS

Asimismo, señala que las medidas para reducir esta práctica tienen que estar dirigidas a otras muchas instituciones de la sociedad que influyen en la actuación policial, como los políticos, los medios de comunicación, las asociaciones vecinales o los comerciantes.

Para Wagman, es necesario que las fuerzas del orden mejoren sus protocolos de actuación a la hora de realizar una parada en la calle, una supervisión "más exhaustiva" de los procedimientos, incluyendo evaluaciones externas; diseñar sistemas de recogida de datos en torno a las paradas, incluyendo las nacionalidades y los fenotipos, y promover reuniones con los miembros de la comunidad en las que participen las minorías. También hace falta, según el criminólogo, más formación policial en materia de derechos humanos.