Se obligará a los países a criminalizar los viajes al extranjero para integrarse en grupos radicales
MADRID, 13 May. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Europa, la organización paneuropea que reúne a 47 Estados miembros del continente, prepara nuevas medidas legales para la lucha contra los combatientes extranjeros, aquellos terroristas que viajan a países en conflicto para hacer la yihad.
Este perfil de terrorista es la principal preocupación de las fuerzas y cuerpos de seguridad occidentales, por el riesgo que implica el que regresen a sus lugares de origen más radicalizados y con experiencia militar.
De hecho, para hacer frente a este fenómeno, los países miembros del Consejo de Europa preparan una actualización (protocolo adicional) de la Convención europea para la prevención del terrorismo, tratado internacional firmado por 44 de los 47 socios de la organización.
Los ministros de Exteriores de la organización están llamados a aprobar el nuevo protocolo en la reunión anual que celebrarán el próximo día 19 de mayo en Bruselas, en la que la presidencia belga del Comité de Ministros del Consejo de Europea cederá el testigo a Bosnia y Herzegovina, ha anunciado este miércoles el Consejo de Europa en un comunicado.
El nuevo protocolo, precisa la organización, obligará a los países a criminalizar la asociación voluntaria a grupos terroristas, recibir entrenamiento terrorista y viajar al extranjero con el deseo de integrarse en grupos radicales.
MÁS COOPERACIÓN
El documento incluirá también medidas para reforzar la cooperación internacional en la materia, como la creación de una red de contactos que permita a los países compartir información con mayor rapidez.
Junto al protocolo adicional, los ministros deberán adoptar una declaración sobre la manera de hacer frente al extremismo y radicalismo religioso que conduce al terrorismo, así como un plan de acción con medidas para combatir la radicalización en escuelas, prisiones y en Internet.
El Consejo de Europa es una institución paneuropea creada en 1949, que hoy reúne a 47 Estados miembros y que no guarda relación alguna con las instituciones de la Unión Europea, aunque coopera con ellas. Su institución más conocida es el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, con sede en Estrasburgo, y que garantiza a 800 millones de europeos el derecho a un último recurso.
