Actualizado 29/04/2011 14:00

Charo Zarzalejos.- Urkullu en Madrid.

MADRID, 29 Abr. (OTR/PRESS) -

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, ha estado en Madrid. Llegó en plena vorágine por la eventual ilegalización de las listas presentadas por la coalición Bildu. Imposible soslayar la actualidad y Urkullu no la esquivó. Al contrario. El presidente del PNV se mostró radicalmente partidario de la comparecencia de esta coalición en las próximas elecciones municipales. Puso en valor los pasos dados por quienes la integran y auguró que una eventual ilegalización traería consigo "una situación más desagradable que la de hace cuatro años", cuando se ilegalizaron parte de las listas presentadas por ANV.

Sin embargo, lo más llamativo, por novedoso, del discurso de Urkullu fue el aviso que lanzó al Gobierno: el PNV podría reconsiderar su actual compromiso "institucional", si, finalmente, las listas de Bildu fueran ilegalizadas. La verdad es que Urkullu no lo dijo con excesiva convicción, ni concretó ese anuncio, de manera que el Ejecutivo haría bien en no tomárselo demasiado en serio. Sería la primera vez en la historia en la que el PNV se mostrara tan solidario con la izquierda abertzale.

El Gobierno no debe tomárselo muy en serio, pero lo cierto es que el mero anuncio de una supuesta ruptura en su apoyo al Ejecutivo de Zapatero, compromete al PNV, no ante Zapatero, pero si ante la propia izquierda abertzale que con seguridad, si son ilegalizados, reclamaran del PNV que lleve a la práctica el velado anuncio realizado por Urkullu. "Reconsiderar" sus relaciones con el Gobierno sólo puede ser interpretado en clave de ruptura al apoyo que hasta ahora le vienen dando. Si el PNV llegara a romper su actual pacto con el Ejecutivo se debería a otros motivos que tendrían que ver con el no cumplimiento de lo acordado en diciembre del año pasado, acuerdo que se basaba fundamentalmente en el desarrollo estatutario pero no como respuesta a la impugnación de Bildu.

Urkullu en Madrid ha dicho, además, que la posición de Rubalcaba, asegurando que Bildu está en la estrategia de ETA, se debe no sólo a la presión del PP, sino a "su propia situación como posible candidato" del PSOE. Urkullu no sólo no soslayó la actualidad, sino que marcó territorio ante lo que pueda ocurrir. Y es que el PNV está en condiciones de hacerlo. Mimado por Zapatero en Madrid, con inmensas cuotas de poder en el País Vasco pero sin el desgaste de gobernar en tiempos de crisis y con la convicción de que gobierne quien gobierne en 2012 ellos van a ser necesarios, los nacionalistas de Urkullu se pueden permitir casi todos los lujos, máxime cuando las encuestas que circulan entre los partidos vascos auguran para el PNV un aumento en voto y en porcentaje en el conjunto de los territorios vascos.

Urkullu que se queja de que tanto PP como PSOE usan el terrorismo como arma electoral, ha entrado de lleno en campaña. La ha comenzado en Madrid dando un aviso al Gobierno de Zapatero y avisando al PP de Rajoy que pese a que "el futuro esta por escribir" el presente hace muy difícil pensar en posibles pactos. "Rajoy sabrá que necesidades tendrá", sentenció un Urkullu que se comunica con el líder del PP, también por correo electrónico.