MADRID, 21 Feb. (EUROPA PRESS) -
La plataforma Aula Segura ha realizado un manual de gestión y seguridad en las TIC, que se desarrolla en su primera fase en la Federación de Centros Religiosos de la Enseñanza, y que otorga las herramientas jurídicas y tecnológicas para que los centros educativos puedan usar Internet con libertad y seguridad.
En ese sentido, el abogado especialista en seguridad en Internet, Carlos Represa, ha explicado, en declaraciones a Europa Press, que a través de ésta iniciativa se ha creado un reglamento interno de gestión y seguridad de los colegios para el uso seguro de las nuevas tecnologías.
Entre algunas de las medidas que se llevan a cabo ha citado el sistema de protección perimetral de la Red del colegio a través del Firewall gestionado y la protección total frente a intrusiones, virus, malware de todo tipo, entre otros. Asimismo, se trabaja en los sistemas de protección interior de redes y equipos del colegio y se realizan auditorías de seguridad continuas tanto de redes y equipos como de la web del colegio.
Así, ha explicado que otorgan al profesor unos protocolos "estrictos" escritos para que ellos sepan que hacer en cada momento además de una parte formativa que se lleva a cabo fundamentalmente enseñando a navegar al profesor. Igualmente, ha destacado que la "mejor" forma de enseñar a los niños los riesgos de las redes sociales es en las mismas.
Del mismo modo, ha advertido de que "un profesor no puede decir a un niño que se meta en un buscador de Internet porque puede llevarle a meterse a páginas peligrosas o de contenido no apropiado y de esta forma incurriría en responsabilidad civil". De ahí que "si se enseña al profesor a que valore la seguridad y legalidad de las páginas el niño navegará de forma segura".
"El que piense que la tecnología va a dar seguridad a los niños, ni entiende de tecnología, ni entiende de seguridad", ha asegurado Represa. A su juicio, en la escuela 2.0 hay "muchos agujeros" y ha explicado que "el principal problema es que los señores que han lanzado este programa deberían haberse encargado previamente de la seguridad y seguramente de haberlo hecho no habría las estadísticas de pornografía infantil que hay".
En esa línea, ha manifestado lo "fácil" que es que el niño en un descuido de sus datos haga algo que no deba porque "nadie le ha enseñado". Por ello, considera que la formación no debe limitarse al contexto educativo sino que se debe llevar a casa y otorgar a los padres las herramientas necesarias.
