MADRID, 14 May. (EUROPA PRESS) -
La ONG Greenpeace y la Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC Barcelona) exigieron hoy al Gobierno la prohibición total de las bombas de racimo. Ambas organizaciones recuerdan que "el Ejecutivo español tiene la ocasión de demostrar su compromiso con la paz mediante la prohibición total de este tipo de armamento en el ámbito nacional, y con su apoyo a un Tratado integral en el internacional, demostrando que pone los derechos de las víctimas por encima de los intereses empresariales", apuntan ambas organizaciones.
Las bombas de racimo consisten en una bomba "contenedor" que al abrirse en el aire dispensa entre decenas y cientos de submuniciones. Son armas de saturación de área, que tienen un efecto indiscriminado pues no distinguen entre los blancos civiles y militares. Esto las hace especialmente peligrosas cuando se usan en los conflictos armados actuales, que se libran en prácticamente todos los casos en zonas habitadas y, en ocasiones, en zonas urbanas.
El 98% de sus víctimas son civiles, especialmente niños, que resultan atraídos por sus colores brillantes y sus formas similares a las de un juguete, recuerdan. "Las industrias del sector, y aquellos que defienden su utilidad, aseguran que los avances técnicos pueden lograr unas tasas de error --es decir, de submuniciones que no explotan-- menores al 1%, mejorando así la seguridad para los civiles", alerta Greenpeace y CMC Barcelona, que añaden que "sin embargo, esto nunca se ha demostrado en la práctica y en todos los casos las tasas de error han sido mayores".
Este lunes, 19 de mayo, arranca en Dublín la Conferencia Diplomática sobre bombas de racimo, de la que deberá salir el texto de un Tratado Internacional que prohíba este tipo de armas. Unos 70 gobiernos ya han confirmado su asistencia, entre ellos el español. Sin embargo, y según denuncian, una parte de los estados participantes está tratando de "edulcorar" el contenido del Tratado, de forma que ciertos tipos de bombas que "supuestamente" presentan avances técnicos queden excluidas del mismo.
PAPEL AMBIGUO DE ESPAÑA.
"España ha venido jugando en este proceso un papel ambiguo. Por un lado, dice poner las consideraciones humanitarias en primer lugar, pero por otro, no es partidario de prohibir ciertos tipos de armas con supuestos avances técnicos y que coinciden con las que fabrican algunas empresas españolas. Esto no es aceptable", asegura en este sentido el representante de Justicia i Pau, Jordi Calvo.
"Esta no debe ser la posición de un Gobierno que dice apostar por la paz y los Derechos Humanos, ya que así demostraría que da más prioridad las consideraciones humanitarias y los derechos de las víctimas que a los intereses de las empresas", añade.
Hoy se presenta en Madrid el manifiesto 'Stop bombas de racimo', promovido por Greenpeace y la CMC Barcelona y que mas de 150 personalidades de la sociedad civil han apoyado. Entre ellos, escritores como Javier Moro, Maruja Torres o Rosa Regás; personajes del mundo de la música como Alejandro Sanz, Nacho Cano o Sara Baras; actores y actrices como Imanol Arias, Carmelo Gómez, Lucía Jiménez, o Daniel Guzmán; periodistas como Iñaki Gabilondo y el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.
Además, lo apoyan profesores y catedráticos de distintas universidades, centros de estudios sobre paz y conflictos de España y otros países, y organizaciones de desarrollo, DDHH, comercio justo, medio ambiente, etc. Además, casi 6.000 personas han firmado ya el manifiesto a través de la web, cuyas firmas serán entregadas a los ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa, principales involucrados en el proceso de Oslo.
"Éste es un clamor que el Gobierno no puede desoír. El Gobierno español debe escuchar la voz de la sociedad civil y las instituciones y adoptar una postura clara dirigida a la prohibición de todos los tipos de bombas de racimo", concluye en este sentido el director de Greenpeace, Juan López de Uralde.