La Palma, la isla bonita

Vista De La Palma
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 7 diciembre 2011 11:00

En la parte noroccidental del archipiélago de las Canarias, a 85 kilómetros de Tenerife, se encuentra la isla de la Palma, comúnmente conocida como la Isla Bonita o Isla Verde, por sus exuberantes bosques verdes y extraordinarias bellezas naturales.

La isla se distingue de las demás por el verdor de sus montes y la abundancia de agua, siendo La Palma la única isla canaria que tiene arroyos o pequeños ríos, muestra de ello son los manantiales donde existen los únicos arroyos de aguas transparentes. Los de la Caldera de Taburiente y Marcos y Corderos en los Sauces son los manantiales más importantes, así como los del barranco del Río en Santa Cruz de La Palma.

Origen histórico

La conquista de La Palma para España comienza el 29 de Septiembre de 1492 con el desembarco en las playas de Tazacorte de las tropas comandadas por Alonso Fernández de Lugo, terminando la misma el 3 de Mayo del año siguiente.

Los primitivos pobladores llamaban a su isla Benaohare y estaba dividida en 12 cantones o señoríos que gobernaban otros tantos señores. El último rey palmero en someterse a los invasores fue el indómito Tanausú, que gobernaba el reino de Aceró (Caldera de Taburiente). Tras los fallidos intentos de los castellanos de adentrarse en la Caldera para reducirle, Fernández de Lugo mandó a un tal Juan de Palma, pariente de Tanausú ya cristianizado, para convencer a este de que saliera por el paso de Adamacansis para hacer un pacto de caballeros. Así lo hizo Tanausú fiel a su palabra de caballero, y fue capturado en una emboscada en el lugar conocido hoy como El Riachuelo, en las proximidades de La Cumbrecita.

Una vez concluida la conquista, con la incorporación de la isla de La Palma a la corona de Castilla, comienzan a llegar a ella, castellanos, mallorquines, catalanes, portugueses, italianos, flamencos... atraídos por las riquezas de esta tierra. Todas estas gentes y los pocos indígenas que seguramente quedaron, forman el tronco de la población palmera actual.

Ya en el siglo XVI la isla adquiere una notable pujanza, los trapiches o ingenios azucareros tienen una gran actividad. También se exportaban notables cantidades de vino Malvasía, miel y otros productos. Se instalan los primeros astilleros y el puerto de Santa Cruz de La Palma desarrolla una intensa actividad comercial, con enlaces marítimos a Europa y América. Esta prosperidad de la isla atrae a famosos piratas y corsarios de la época, como el francés Jambe de Bois (Pata de Palo), que en 1553 saqueó e incendió Santa Cruz de La Palma, destruyendo importantes monumentos y archivos de la ciudad.

En pleno siglo XVIII el puerto de Santa Cruz es considerado el tercero del imperio, después de Amberes y Sevilla. De él son despachados buques para América y en la capital palmera se crea el primer juzgado de Indias. Mención especial merece la construcción naval favorecida por la abundancia de madera en los bosques de la isla. A poco de la conquista se instalaron los primeros astilleros, que mantuvieron una gran actividad hasta los años 40 de este siglo.

En el siglo XIX se introduce en la isla el cultivo de la cochinilla (parásito de las tuneras) para hacer tintes, que vino a significar una importante fuente de ingresos para los campesinos. También resurge de nuevo la caña de azúcar, que se había abandonado y se traen las primeras plataneras. Ya en pleno siglo XX se extiende de tal forma el cultivo del plátano que en la actualidad es la base primordial de la economía palmera, con unas exportaciones superiores a los 130 millones de kilos. Otros complementos a la economía insular son, la ganadería caprina, la pequeña industria tabaquera, el vino, el cultivo del aguacate y una joven industria turística. Hay que resaltar la labor del agricultor palmero, que con un esfuerzo sobrehumano ha puesto en regadío fértiles tierras, donde antes había solo campos de lava estériles, buscando el agua en las entrañas de la isla y transportando la tierra desde lejanos lugares. Tienen los palmeros merecida fama de ser expertos agricultores, no sólo en su tierra sino fuera de ella, donde el emigrante isleño ha dejado huellas palpables de su paso.

Clima

El clima es muy variable teniendo en cuenta que las alturas de esta isla superan los 2000 metros sobre el nivel del mar en un corto perímetro de 706 kilómetros cuadrados. Así, existen dos zonas bien diferenciadas, una al nordeste favorecida por los vientos alisios húmedos, y otra al sudeste mucho más seca y soleada.

La Palma es la isla más favorecida por las lluvias debido a su peculiar relieve, las borrascas atlánticas son las más frecuentes. En la parte nororiental, es frecuente la llamada "lluvia horizontal", una caída de agua en forma de goteo, por el contacto con los árboles, de gran importancia para los acuíferos. La franja costera del sudeste es la menos lluviosa.

Flora y vegetación

A pesar de la mano depredadora del hombre desde la conquista, la isla conserva aún importantes vestigios de vegetación. Los más importantes son los bosques de Laurisilva del norte, como El Cubo de La Galga y El Canal. Los Tilos están declarados como reserva de Biosfera y protegidos por la Unesco. También el pino Canario puebla gran parte de la isla y desde hace años está prohibida su explotación, por lo que esta especie, que vive incluso en terrenos muy pobres, se está extendiendo a tierras que le fueron usurpadas en otra época.

La flora endémica de esta isla está compuesta por 70 especies, otras 104 son endemismos canarios y 33 macaronésicos. El resto hasta llegar a 774 especies son introducidas o espontáneas. Entre los endemismos palmeros destacan los Bejeques, de los que existen varias clases: Cardoncillo, Violeta o Pensamiento de la cumbre, el Tajinaste...etc. Del legendario y famoso Drago, endemismo de la Macaronesia, quedan en la Palma una notable cantidad, la más importante de Canarias. Pueden verse bellos ejemplares de este singular árbol en las Breñas, Garafía, Punta Gorda... Pero los montículos más interesantes están en La Tosca (Barlovento) y en Butacas (Las Tricias).

La Caldera de Taburiente

Situada en el mismo centro geográfico de La Palma, La Caldera de Taburiente comprende una gran depresión rodeada de abruptas paredes que sobrepasan los 2.000 metros de altura, destacando el Roque de Los Muchachos que con sus 2.426 metros es el punto más alto de la isla.

En este lugar, declarado Parque Nacional en 1954, el paisaje palmero adquiere, a lo largo de sus 4.690 hectáreas, entidad única.

Cubierta de pinos, surcada por barrancos por los que discurren riachuelos de aguas puras y transparentes, es fuente permanente de inspiración para geólogos, vulcanólogos, botánicos y zoólogos.

El agua ha ido modelando el relieve durante siglos. Si en su interior el conjunto forma un espectáculo increíble, no menos admirable es contemplar La Caldera de Taburiente desde los miradores naturales que se localizan en el exterior (Cumbrecita, Bejenado, Los Andenes).

La Caldera representa principalmente al ecosistema del Pino canario, teniendo además una enorme importancia las comunidades de Roquedos por el alto número de especies endémicas que presentan. Además de flora el Parque Nacional posee otros recursos todos ellos dignos de mención como son:

El espectacular paisaje, donde en un circo de cumbres de 8 kilómetros de diámetro hay desniveles de 2.000 metros con una red dendrítica de arroyos y torrentes que nos manifiestan una fuerte erosión hídrica.

Las formaciones geológicas de alto interés que nos llevan desde los componentes del complejo basal: lavas almohadilladas, magmáticas plutónicas, diques basálticos, aglomerados y roques; a las series más modernas de la pared, donde se perciben: coladas, diques de basalto recuerdo de las antiguas chimeneas, conos volcánicos y sus zonas de influencia y restos de erupciones explosivas por acumulación de piroclastos de llamativos colores.