La Costa Amalfitana, sensualidad eterna bajo el sol

Begoña Marco
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Actualizado: martes, 17 diciembre 2013 20:41

Por Begoña Marco

   Sus sinuosas curvas, su aroma a limoneros y el sol que dora las fachadas de sus pueblos son algunos de los elementos que hacen que el que pisa una vez la Costa Amalfitana no quiera abandonarla.

   A escasos kilómetros de la bulliciosa ciudad de Nápoles, los diminutos pueblos esparcidos por los 50 kilómetros que conforman la carretera conocida como Nastro Azzuro (cinta azul) guardan el embrujo especial de aquellas cosas que por ser muy escasas son más deseadas, un hechizo que siempre ha atraído a artistas, bohemios y bon vivants.

    La mejor forma de llegar a la zona es en barco surcando el mar Tirreno, pero si no es posible, hay que hacerse con un coche pequeño, dejar atrás Salerno e ir disfrutando de la belleza del mar que roza los acantilados.

   Tras pasar Maiori y Minori, la primera parada es Amalfi, una localidad que en el siglo XII se convirtió en la capital de la República del mismo nombre.

   Más allá de las aventuras marítimas de los habitantes de este enclave, a día de hoy Amalfi es una localidad turística en la que puede llegar a ser complicado hacerse con una mesa para cenar un sábado del mes de agosto, pero que no se puede dejar de lado.

   Amalfi y su diminuta vecina Atrani guardan el encanto de los pueblos italianos tradicionales y ofrecen deliciosos platos recién salidos del mar. No hay muchos edificios emblemáticos para ver, pero Amalfi guarda una joya: el Gran Hotel Convento Amalfi.

   Siguiendo la curvilínea carretera plagada de belenes, en Conca dei Marini se esconde la Gruta dello Smeraldo, una excursión en la que disfrutar de su agua de reflejos verdes y sus estalactitas y estalagmitas.

   La siguiente parada obligatoria es Furore, un lugar donde un grandioso fiordo cobija una pequeña playa en la que los lugareños toman el sol rodeados de barcas de pescadores.

   De ahí se llega a Praiano, donde destaca la iglesia de San Gennaro y sus villas con vistas al mar. Justamente ahí se encuentra Marina di Praia, una pequeña playa donde se esconde Il Pirata, un bar con hamacas en el que disfrutar de un día de sol.

MAGIA EN POSITANO.

   Otro de los mágicos pueblos que hay que visitar en esa carretera es Positano, compuesto por centenares de casas de color pastel que se apilan en la montaña como si lucharan por no caer al mar.

    Es el pueblo más pintoresco de todos y sus calles son famosas porque se han grabado películas como 'Bajo el sol de la Toscana' con Diane Lane o 'Solo tú' con Marisa Tomei y Robert Downey Jr. Además, Steinbeck escribió sobre ella en Harper's Bazaar tras visitarla en 1953.

   Ravello es la guinda de la zona, no sólo por su belleza desgarradora, sino porque se encuentra justo en la cima de los acantilados, en la montaña, sobre Amalfi. Esta localidad tiene un encanto especial por sus vistas, sus jardines y las majestuosas villas que conforman el pueblo.

   Además, es conocida por su festival de música clásica creado en honor a Richard Wagner, uno de los múltiples artistas que ha visitado la localidad a lo largo de los años.

CAPRI, UN LUGAR DE CONTRASTES.

   Si uno visita la Costa Amalfitana no puede dejar de lado Capri, que ha sido musa de personajes tan dispares como el emperador Tiberio o la industria del cine.

   Capri es un lugar de extremos. Está rodeada de mar pero no tiene casi playas, por lo que si quieres disfrutar de la isla al cien por cien, hazte con un barco con el que visitar cosas tan maravillosas como Il Faraglioni, unas rocas gigantescas que emergen del mar y que ya forman parte de la iconografía de la isla.

Compuesta principalmente por limoneros y roca, Capri recibe su nombre de las cabras que la poblaban en el pasado y que ahora han dejado paso al glamour del pueblo de Capri y el relax de Anacapri.

   La primera, extremadamente chic, está repleta de cafés, sofisticadas boutiques y hoteles de lujo. Su centro neurálgico es la plaza Umberto I, repleta de terrazas y lugar donde se encuentra 'La Parissienne', la tienda que vio nacer los pantalones 'capri' que hizo famosos Jaqueline Onassis.

   Anacapri es una localidad mucho más rural situada a los pies del  Monte Solaro y una buena parada para ir al faro de Punta Carena.

   Pero vayas a una o a otra Capri es el lugar perfecto para descansar antes de volver a la vida real en la agitada y canalla Nápoles, un final perfecto para un viaje por la eternamente sensual Nastro Azzurro.