CÁDIZ, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil de Cádiz ha rescatado a medio centenar de animales de una perrera ilegal ubicada en la localidad de Chiclana y en las que estaban hacinados sin agua, alimentación adecuada y las más elementales condiciones de habitabilidad.
Tras la intervención del Seprona, los 42 perros, tres gatos, un caballo, un ponny y un asno han quedado bajo el cuidado de distintas protectoras de animales locales y, una vez obtenido el mandamiento judicial de entrada y registro para la finca donde se ubicaba la perrera, al propietario se le imputó un delito contra la flora, la fauna y los animales domésticos, estando prevista su declaración en sede judicial.
La actuación del Seprona de Chiclana de la Frontera, según ha informado la Guardia Civil en un comunicado, es el resultado de diversas denuncias presentadas por distintas administraciones, asociaciones de protectoras de Animales y vecinos de la zona por un posible caso de maltrato animal que se estaría produciendo en una finca de Chiclana y propiedad de J.R.P.
Todas estas denuncias han venido a respaldar las distintas actuaciones realizadas por parte de los guardias civiles del Seprona, que llevaban varios años denunciando los hechos de forma administrativa, por lo que una vez recopilada toda la información relativa al lugar donde se encontraban los animales se presentó a la titular del Juzgado de Instrucción nº 4 de los de Chiclana una solicitud de entrada y registro de la finca en cuestión y que fue concedida para la mañana del pasado día 6 de febrero.
La Guardia Civil ha relatado que los agentes se encontraron "un escenario desolador para cualquiera" ya que en el interior se encontraban 42 perros de distintas razas y tamaños "en un estado de total abandono, sin el más mínimo aseo, sin agua, sin alimentos y con el testimonio de un saco de pan duro lleno de moho como único sustento para los animales, los cuales se encontraban entre sus propios excrementos encerrados en distintas jaulas y algunos de ellos sin ni siquiera ver la luz".
Los guardias civiles, apoyados por agentes de la Policía Local, fueron sacando uno a uno a los animales de aquel lugar, comprobando que la práctica totalidad de ellos carecían de microchip de identificación, y debiendo buscar agua en viviendas cercanas ya que los animales se encontraban prácticamente deshidratados.
