Actualizado: martes, 23 enero 2018 15:34

SEVILLA, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

   El funcionario acusado de vejar y abusar sexualmente entre los años 2012 y 2014 de cinco internas de la cárcel de mujeres de Alcalá de Guadaíra (Sevilla), durante la celebración del juicio, visto para sentencia, en la Sección Séptima de la Audiencia Provincial, ha negado los hechos y ha apuntado a la "animadversión" de la directora del centro penitenciario hacia él como "desencadenante" de la investigación por estos hechos.

   Cabe recordar que la Fiscalía solicitaba inicialmente siete años y medio de prisión y 18 años y seis meses de inhabilitación por presuntamente vejar y abusar de cinco reclusas, dos de las cuales no han testificado este martes, por lo que el Ministerio Público ha retirado de su escrito de acusación dos delitos contra la integridad moral y la responsabilidad civil en estos casos.

   En su escrito de acusación, el fiscal atribuía al investigado cinco delitos contra la integridad moral --tras finalizar la sesión de este martes los ha reducido a tres--, un delito de abuso sexual y un delito de actividades prohibidas a los funcionarios, por los que pedía un año de prisión y dos años y tres meses de inhabilitación para empleo o cargo público por cada uno de los cinco delitos contra la integridad moral; dos años y medio de cárcel y siete años y tres meses de inhabilitación por el delito de actividades prohibidas a los funcionarios, y el pago de una multa de 7.200 euros por el delito de abuso sexual.

   De igual modo, reclamaba que, en concepto de responsabilidad civil, el acusado y la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, en su condición de tercero responsable civil directo, indemnizará con un total de 6.500 euros a las cinco internas, rebajadas por la ausencia de dos de las víctimas en las testificales.

   Durante el interrogatorio, el funcionario ha negado "todo" y ha reconocido que las internas declararon contra él "por presión" de la directora. En este sentido, ha expuesto tres "desencadenantes" de la "animadversión" de la directora contra él. Esto es, una queja presentada por el trabajo ejercido por una funcionaria "ajeno" a sus atribuciones; la inclusión de una interna, a petición de la jefa de servicio "por presión de la directora", en un parte realizado por una pelea múltiple de reclusas y cuya participación "yo no vi", ha afirmado el funcionario --con expediente disciplinario desde el 19 de noviembre de ese año con suspensión provisional de funciones--.

   El tercer hecho es el documento firmado por funcionarios para denunciar supuestos tratos de favor por parte de la dirección a Isabel Pantoja, ingresada en 2014 en la prisión de Alcalá. Según ha apuntado el acusado, la directora de la prisión "me lo adjudicó" a mí, aunque "ya no estaba en el centro".

CARTAS Y REGALOS

   El acusado, a preguntas de la Fiscalía, ha defendido que la relación del funcionario con las internas "no sólo es vigilar", sino "participar en la reinserción y reeducación" de éstas, con las que ha reconocido que compartía juegos que él mismo organizaba o "regalaba" postales, discos o camisetas e, incluso, se carteaba con ellas.

   Según el investigado, "no es una infracción" hacer esto, si bien ha reconocido que "no es usual". L.F.A.G., de otro lado, ha negado haber recibido masajes por parte de una interna, pero sí ha reconocido que una reclusa "le puso una tira de depilación" en el cuello.

   La primera de las víctimas ha testificado a través de videoconferencia y ha señalado que el investigado le hizo "daño" durante su estancia en la prisión. Además, ha relatado que éste "enseñaba" a sus compañeras "películas porno y fotos" en el móvil, que el encausado introducía en el interior de la cárcel.

   Al regreso de esta reclusa a la prisión en la Navidad de 2013/2014, según ha señalado, el funcionario le dijo: "Ahí viene esa machorra". "Aquí viene la tortillera de mierda", fue otras de las expresiones del funcionario hacia esta víctima, que ha añadido que el procesado "no estaba bien". La primera víctima, como las otras dos que han testificado, han negado "presión" de la directora de la cárcel para que declarara contra el funcionario y que le prometiera tratos de favor.

   La segunda víctima en testificar, M.C.S., ha expuesto "perjuicios" en su estancia en prisión por declarar contra el funcionario, conllevando traslados a Valencia y Huelva y con funcionarios que "me estaban esperando". Ha explicado que la relación con el investigado al principio era "de amigos".

   "Me rozó el pecho, me cogía el culo, me amenazaba con partes exagerados", ha relatado la interna, que ha señalado otras conductas del funcionario como que éste tomaba el sol en el patio de la prisión con la "camisa desabrochada". Además, ha confesado que el investigado le propuso que "le hiciera una felación" cuando estaban solos en la "capilla" de la cárcel, donde "me intentó besar y tocar el pecho por fuera".

   M.C.S., que ha tenido que interrumpir su declaración al relatar los hechos entre lágrimas, ha expresado: "Me quedé helada y muerta". También en el periodo entre enero y marzo de 2014 el investigado se introdujo en las duchas compartidas cuando ella se encontraba allí y le tocó el culo en la fila para entrar al comedor o durante una visita de sus padres a la prisión, según ha narrado.

   Esta víctima, que ha confesado tener "una depresión como un caballo", ha señalado que el investigado primero fue "un amigo" y después "el infierno".

"BUSCABA PROVOCAR"

   A continuación, la tercera víctima ha resaltado que L.F.A.G. "era abierto, llamaba la atención y buscaba provocar e intentaba tener algo sexual con ellas". En su declaración, esta víctima, que ha reconocido haber llamado cuando ya se encontraba en libertad al investigado, ha narrado como en el verano de 2014 el investigado entró en la ducha mientras se encontraba allí y le dijo "que culo más bonito tiene".

   Otra interna, sobre las que las víctimas han dicho que tenía una relación con el funcionario, incluso sexual, ha negado estas relaciones, así como haber recibido regalos. Por su parte, dos funcionarios compañeros de L.F.A.G. también han negado haber visto los hechos investigados.

   María Isabel Cabello, la directora de la cárcel de Alcalá, ha comparecido como testigo y ha apuntado las advertencias por su comportamiento que hizo al funcionario, del que ha comentado que tenía "un exceso de confianza" con las reclusas. "Sus compañeros y jefes de servicios me comentaban que sus actuaciones eran no normales, aunque después se echaban atrás cuando le pedía que me lo pusieran por escrito", ha asegurado.

   Según Cabello, está "prohibido" hacer regalos y meter el móvil en el interior de la cárcel, y es "escandaloso dejarse depilar", algo que supo por las internas, como los demás hechos investigados. "Se saltaba todas las indicaciones", ha señalado la directora sobre el encausado, al tiempo que ha rechazado "cualquier complot o animadversión" contra él, o tratos de favor y cambios en los grados de las reclusas.

ALEGATO FINAL

   En su intervención final, el fiscal, que ha pedido una sentencia condenatoria, ha señalado que ha quedado "probado" los hechos imputados al funcionario, que suponen delitos contra la integridad moral, actividades prohibidas a los funcionarios y el abuso sexual, a través de tocamientos. Así, señala que la idea del "complot" no se sostiene y las actuaciones de éste son "inadecuadas", haciendo "lo que le daba la real de las ganas" por su condición de funcionario. Por su parte, el letrado defensor ha solicitado una sentencia absolutoria para su representado, pues no han quedado acreditado los hechos.

   En su alegato final, L.F.A.G. ha manifestado que la directora del centro e Instituciones Penitenciarias son "parte interesada" en su condena. "Es muy fácil decir que un funcionario abusó de reclusas, un titular que lo ha perseguido estos años", ha lamentado, denunciando por último una "persecución" a los funcionarios en la prisión por apoyarlo.

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