El viñador Fernando Mora, Master of Wine
GABI ORTE / CHILINDRON.ES
Actualizado: miércoles, 6 septiembre 2017 9:58

ZARAGOZA, 6 Sep. (EUROPA PRESS) -

El viñador aragonés Fernando Mora, de la Denominación de Origen (DO) Campo de Borja, y radicado en Ainzón es uno de los catorce nuevos Master of wine, MW, nombrados por el Institute of Masters of Wine, IMW, radicado en Londres.

En la actualidad son apenas 369 los profesionales que disponen de este prestigioso título en todo el mundo, trabajando en 29 países. Entre ellos enólogos, compradores de vino, periodistas, gestores de bodegas, distribuidores, educadores y académicos.

De ellos, dos son españoles, Pedro Ballesteros, que lo consigue hace unos años, y el propio Fernando Nora. Otros dos residen en España, el recién titulado Andreas Kubach, alemán, y el escocés Norrel Robertson, afincando en Calatayud. De esta forma, dos de los cuatro MW españoles residen en Aragón.

UNA VOCACIÓN IRRESISTIBLE

Fernando Mora es el fundador de Bodegas Frontonio y en 2015, dos años después, lanza un nuevo proyecto en Campo de Borja llamado Cuevas de Arom.

Siendo ingeniero especializado en la industria eólica se vuelva en el campo del vino y hace todo lo posible para convertir su afición en su profesión. En esta búsqueda por convertirse en productor planta 28 cepas en el jardín de sus abuelos en Alagón y adquiere un equipo para hacer su propio vino en casa.

Su primera vendimia es en 2008 en Valdejalón; en 2013 crea las Bodegas Frontonio, una microbodega ubicada en Épila donde producen vinos únicos. Se trata de un proyecto que persigue recuperar las viejas garnachas en una zona con escasa estructura productiva.
Trabajan unas 25 hectáreas con viñedos de secano.

En 2015 obtiene el Diploma Wine & Spirit Education Trust. Actualmente compagina este trabajo con la asesoría enológica, las catas y la formación.

EL INSTITUTE OF MASTERS OF WINE

El Institute of Masters of Wine (IMW) se crea en 1953 por los comerciantes de vino británicos para mejorar su formación. En aquel año sólo seis de los 21 candidatos superaron el examen y en la actualidad el número de aprobados sigue siendo mínimo, menos de un 10 por cuento anual.

Tiene sedes en tres continentes y examina candidatos en todo el mundo. A diferencia de enólogos o sumilleres, un Master of Wine cubre todos los campos de especialización del mundo del vino. De la viticultura, pasando por la producción, elaboración, distribución, gestión y comercialización del producto.

Un candidato a MW debe demostrar su capacidad de análisis, síntesis y pensamiento crítico. *El Instituto no es una universidad ni un MBA, así que da por hecho que el aspirante viene con el temario estudiado. Si en el examen preguntan cómo gestionarías el pH durante la vinificación, no empieces a explicar qué es el pH. Lo que queremos ver es como pones en práctica todo lo que sabes, no cuanto sabes*, ha explicado el MW español Fernando Ballesteros en una nota de prensa.

Es necesario cumplir tres requisitos previos para solicitar la admisión al programa MW: estar vinculado al mundo del vino, tener el diploma WSET u otra titulación especializada y superar una prueba de acceso teórica y una cata a ciegas.

Los candidatos deben aprobar el programa de estudios que incluye un primer nivel -Stage 1-, con seminarios residenciales y cursos, que finaliza en la evaluación (con pruebas de cata de 12 vinos y dos ensayos teóricos). Cuentan con el apoyo de un MW que hace de tutor durante su periplo de estudio.

Si se supera se accede al segundo nivel -Stage 2-, de nuevo con seminarios residenciales y cursos y que finaliza en el examen de Master of Wine, con una parte teórica -la redacción de cinco ponencias- y otra práctica -tres catas de doce vinos cada una-, a lo largo de cuatro días.

Al completar ese nivel, solo queda enfrentarse a la redacción de un trabajo de investigación/divulgación en inglés, con entre 6000 y 10 000 palabras, sobre un tema a elección del candidato.

LARGO CAMINO

"A lo largo de toda la formación, la redacción de ensayos que plasmen las reflexiones críticas antes citadas es crucial. Todo está orientado a analizar desde un conocimiento profundo de los mercados y características de los vinos las cuestiones que se plantean. Pensamiento crítico, dejando dogmas a un lado, para obtener conclusiones y tomar decisiones", ha relatado.

Es un camino largo, un mínimo de tres años, con un presupuesto de unos 16.000 euros, solo en matrículas, derechos de examen y seminarios presenciales, a lo que hay que sumar las muestras de vino para catar y los gastos de viajes y alojamiento.

Al final quedará probado que el nuevo MW conoce y comprende todos los aspectos relacionados con el vino y que tiene capacidad para comunicarlos claramente, además de adherirse a un código ético de conducta, cuyo incumplimiento puede acarrear la expulsión del IMV, como ya ha sucedido en varias ocasiones.

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