La autora de 'Fuego Azul' apela a la tolerancia entre culturas, frente a la exaltación de la Reconquista

Ana Alonso, En La Plaza La Escandalera De Oviedo.
EUROPA PRESS
Actualizado: sábado, 9 julio 2011 13:28

La trilogía analiza la convivencia de musulmanes, cristianos y judíos en la España medieval, con protagonismo para Asturias y su mitología

OVIEDO, 9 Jul. (EUROPA PRESS) -

Ana Alonso, autora junto con Javier Pelegrín de la novela de literatura fantástica juvenil 'Fuego Azul', que estos días se está presentando en Asturias, destaca el llamamiento a la tolerancia y la convivencia entre las culturas como una de las claves de la obra, ambientada en la época de la Reconquista. Así, critica la exaltación "errónea" que se ha hecho de este periodo, principalmente en la época de la dictadura franquista, y especialmente en Asturias.

La coautora de la obra, nacida en Tarrasa pero leonesa de residencia y sentimiento, se expresó en este sentido en declaraciones a Europa Press, durante su visita a Asturias para presentar la novela. 'Fuego Azul' es la primera de las tres narraciones que compondrán la trilogía 'Yinn', que combina la narración histórica, basada en la época medieval de la Península Ibérica, con componentes mitológicos.

Se trata de una historia de aventuras marcada por la relación entre un joven guerrero y caballero noble leonés cristiano, Diego, y una chica musulmana de Isbiliya (la Sevilla islámica), Sahar, que se ve obligada a adentrarse en el territorio reconquistado para salvar la vida de su padre. El relato transcurre en el contexto de los conflictos políticos que enfrentaron a la reina Urraca de Castilla, al rey Alfonso de Aragón, al regidor de Galicia, Alfonso Raimúndez y al obispo Gelmírez, además de otros nobles feudales.

Personajes reales y ficticios confluyen con seres mitológicos, como los Yinn de origen árabe premusulmán (en los que está basado célebre genio de 'La lámpara de Aladino') o con tradiciones esotéricas hebreas. En el segundo libro de la trilogía, 'Luna roja', a publicar el próximo año, una 'xana' asturiana será una de las protagonistas.

La novela realiza continuas alusiones a Asturias, y especialmente al condado de Lena. Además, el capítulo decisivo de la trama se desarrolla en Oviedo. Este episodio se basa, según la autora, en la visita de la reina Urraca a Oviedo en junio de 1120.

Así recuerda que "Asturias es uno de los lugares donde menos convivencia hubo (entre musulmanes y cristianos)". "Fue el comienzo, donde se gesta el impulso de los pueblos del norte que al final dará lugar a la identidad de los pueblos cristianos, es donde comienza La Reconquista; no podía dejar de aparecer (Asturias, en la historia)", añade.

No obstante, la escritora ha querido destacar el "llamamiento a la tolerancia" del que se impregnan las páginas de la novela que ha escrito junto con Javier Pelegrín. "Es un mensaje de tolerancia, de respeto a las diferencias", señala, para añadir que "estos personajes cuando se conocen tienen una reacción inicial de desconfianza hacia lo desconocido, pero luego surge la amistad y la confianza. Es un mensaje necesario en nuestros días", considera.

LA RECONQUISTA

Preguntada, en este sentido, por la visión que, especialmente en Asturias se ha dado del periodo de la Reconquista, la autora considera que "hubo muchos años en los que se ensalzó quizá demasiado y con una interpretación bastante errónea". "Durante la dictadura", explica, "se abusó mucho de intentar reivindicar la historia de España muy vinculada a la religión", y "quizá hizo que se asociase la Reconquista a una serie de valores que hoy en día están muy pasados de moda".

"Cualquiera que se acerque a la Edad Media, con curiosidad y sin prejuicios, se da cuenta de que la historia es mucho más compleja de lo que nos contaban cuando éramos más pequeños", opina.

Así, a su juicio, la Reconquista, "no fue simplemente la cuestión de que un pueblo se defiende de otro. Estaba todo muy mezclado, ni siquiera está claro que hubiese entre los habitantes de la Península un sentimiento de invasión en el momento en el que se produjo (la llegada de los musulmanes), ni tampoco que viesen como libertadores a los cristianos que iban avanzando desde el norte".

"La reconquista", concluye, "es más una lucha de familias nobiliarias, una lucha feudal, entre señores, unos musulmanes, y otros cristianos, que estaban defendiendo sus privilegios, y en ese marco histórico se producen encuentros muy interesantes entre culturas muy distintas".

Fruto de esta exaltación, cree que ha habido un periodo en el que se olvidó la etapa musulmana de la península, un periodo "muy desconocido para el público juvenil" al que dirige la novela. "Hubo muchos años de convivencia de culturas que se dieron en la península, y que pueden llamar a la imaginación de los jóvenes". A su juicio, "hay que recuperarlo sin idealizarlo".

Recuerda, por ejemplo que "muchas veces, las familias que ejercían el poder en la España musulmana y en la cristiana, estaban emparentadas", y como ejemplo señala el de Abderramán III que "tenía más antepasados cristianos emparentados con los reyes de Navarra, que antepasados relacionados con la cultura árabe". "Más que un problema de pueblos, de razas o de gentes, era un problema de poderosos y de gente sometido", señaló.