¿Por qué en Peñafiel se remojan al ritmo del chúndara?

Imagen de un 'chúndara' del año 2016
AYUNTAMIENTO DE PEÑAFIEL
Actualizado: lunes, 14 agosto 2017 16:23

VALLADOLID, 14 Ago. (EUROPA PRESS) -

En la última década, las Fiestas de San Roque de Peñafiel (Valladolid), se han hecho famosas en la provincia y buena parte de la Comunidad e incluso del norte de España por el pasacalles conocido como 'Chúndara', en el que cientos de persona recorren las calles del centro de la localidad de la Ribera del Duero mientras los vecinos les lanzan cubos de agua para refrescarse o, si no hace calor, empaparse hasta los huesos.

Cada año se suelen celebrar tres de estos pasacalles, los días 15, 16 y 17 de agosto, a partir de las 17.00 horas para recorrer al ritmo del 'Chúndara' --una versión acelerada del pasodoble 'La Entrada', del alicantino Miguel Esquembre-- las calles Derecha al Coso, La Parra y Don Juan Manuel hasta llegar a la Plaza del Coso para dar comienzo al festejo taurino que se celebra cada uno de esos días.

Para encontrar los orígenes de esta tradición festiva, el Ayuntamiento peñafielense se remonta a la década de 1950, cuando comenzó a celebrarse esta "procesión laica" como un recorrido que estaba encabezado por las autoridades para dirigirse a los festejos taurinos. En aquella época, el trayecto se recorría en apenas diez minutos y los participantes llegaban perfectamente secos a la pintoresca Plaza del Coso.

Pero con el paso de las décadas, los más jóvenes convirtieron la 'procesión' en un evento mucho más festivo y los vecinos de las calles que recorren comenzaron a lanzar agua con cubos, calderos o incluso mangueras quizás para aplacar los ánimos o para refrescarlos cuando aprieta el calor de agosto.

Así, en la actualidad, el desfile ya no tiene presencia institucional pero ha mutado en un evento que, si el tiempo acompaña, puede contar con miles de personas que tararean el pasodoble --de ahí el nombre onomatopéyico de 'Chúndara'-- y se remojan con el agua que llega desde las ventanas y balcones o con el 'calimotxo' o cualquier otra bebida que llevan ellos mismos.

Con todo ello, lo que en su día implicaba poco más de un cuarto de hora de recorrido, en ocasiones puede dilatarse durante varias horas, con el correspondiente retraso del festejo taurino que debería comenzar a las 18.30 horas.

En cuanto al curioso nombre del 'pasacalles', como ya se ha apuntado, corresponde a la onomatopeya de los primeros acordes de la marcha, que son coreados por los participantes en la mojada popular. El son corresponden a la composición llamada 'La Entrada', del músico natural de Villena (Alicante) Quintín Esquembre.

La pieza, según diversas fuentes, se compuso en torno a 1925 para el desfile de la Entrada de en las fiestas de Moros y Cristianos de la ciudad del interior alicantino como un homenaje del autor a su localidad natal. En los años 50, la composición, que ya se tocaba en festejos taurinos y populares de diversos lugares de España, se eligió en Peñafiel para acompañar el desfile de las autoridades.

Con el paso de los años, las bandas y charangas que la interpretan en Peñafiel han ido acelerando el tempo de la pieza para adaptarlo al frenesí de fiesta y remojones e incluso se ha instalado una repetitiva letra que acompaña a la música a modo de estribillo con la frase 'Viva el pijo del Tío Bernardo'.

Con todos estos ingredientes de música, fiesta, agua y, en los últimos tiempos, alcohol, el 'Chúndara' se ha convertido ya en un reclamo turístico de las fiestas de Peñafiel por encima incluso de sus tradicionales encierros urbanos o de los festejos taurinos en la plaza del Coso.

No obstante, algunos peñafielenses reniegan ya de la tradición de su propio pueblo, pues entienden que se ha convertido en un festejo para las "borracheras" de los visitantes, que incluso, sin llegar a los niveles de la 'tomatina' de Buñol, llegan desde fuera de España. En todo caso, otros muchos jóvenes de la localidad continúan participando en la festiva tradición.