Científicos estadounidenses reclutan presos "aprendices" de científicos para el proyecto de "cárceles verdes"

Actualizado: miércoles, 8 octubre 2008 16:07

Animan al acercamiento de los investigadores y de sus objetivos a toda la población

BARCELONA, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -

Científicos procedentes del Estado de Washington (Estados Unidos) presentaron hoy en el Congreso Mundial de la Naturaleza su proyecto de "cárceles verdes" de reclutamiento de "aprendices", que desde 2005 ha logrado extenderse a tres centros penitenciarios más y recibir fondos gubernamentales para su mantenimiento.

En declaraciones a Europa Press, la ecóloga Nalini Nadkarni explicó que, a través de National Geographic, el Evergreen State College y el correccional de Washington han recibido un total de 300.000 dólares para extender el proyecto a tres cárceles, todas en el mismo Estado.

Uno de estos centros es íntegramente de mujeres; otro es una cárcel de "máxima seguridad", y el tercero es un gran centro que reúne a unos 2.000 presos. Son prisiones que Nadkarni calificó de "reto".

"Los reclutas no tienen acceso a la naturaleza ni al uso de su cerebro, pero son muy inteligentes", opinó. "Queremos enseñarles oficios 'verdes' para su reinserción profesional", manifestó, y concretó que ahora forman a los presos en actividades como instalación de paneles solares, jardinería sostenible y conservación del musgo.

Nadkarni expresó su deseo de que este proyecto "en expansión" se convierta en un "modelo" para el país y el mundo, y que implique la incursión de los científicos hacia otras poblaciones --como escolares y jubilados-- para llamar la atención sobre la investigación del cambio climático.

40 AÑOS DE REGENERACIÓN

Nalini Nadkarni inició sola un proyecto de recuperación del musgo de la zona del Pacífico noroeste en el que implicó a la población penitenciaria, ya que existía el problema de que los habitantes lo arrancaban para sus hogares y éste tarda 40 años en regenerarse.

Para ello, enseñó a los presos a diferenciar especies y a cultivarlas mediante "mucha confianza y autonomía". Según Nadkarni, el proyecto "mejoró la atmósfera de la cárcel", porque pronto empezaron a implicarse todos los reclutas y se introdujo la programación de una charla mensual sobre asuntos medioambientales.

"Se sentían bien porque colaboraban en un proyecto importante", comentó, y detalló que los reclutas empezaron a reciclar, a plantar sus verduras y a tomar una "actitud sostenible".