Blanca Portillo encarna a una Virgen María "humana" en un monólogo en el Teatre Lliure

La actriz Blanca Portillo en la obra 'El testamento de María'
JOSEP AZNAR
Actualizado: miércoles, 4 marzo 2015 14:48

El cineasta Agustí Villaronga dirige el texto del dramaturgo Colm Tóibín

BARCELONA, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

La actriz Blanca Portillo da voz a la versión de la historia de Jesús de la Virgen María con el monólogo 'El testamento de María' del dramaturgo Colm Tóibín (Irlanda, 1955), que "la convierte en ser humano, reflejando su miedo, su rabia y su impotencia", ha explicado la protagonista este miércoles en la rueda de prensa de presentación de la obra, que acogerá el Teatre Lliure entre el 5 y el 22 de marzo.

El cineasta Agustí Villaronga ha dirigido y adaptado un montaje en el que Portillo revive a una Virgen María y "trae al mundo real algo que pertenece a la iconografía universal", dando voz a una versión de la historia que no sale en los textos, la de una madre que ve a su hijo volver convertido en un líder y morir por sus convicciones.

El monólogo se estrenó en 2011 en Dublín y dio lugar a una novela --que posteriormente contó con la voz de la actriz Meryl Streep en su formato de audiolibro-- y su versión española vio la luz a cargo del actual equipo en el marco del Festival Grec 2014 de Barcelona

Portillo ha recordado, desde el respeto hacia la fe, que los evangelios fueron escritos por personas que no estuvieron presentes, y ha añadido que, a pesar de ser ficción, "es muy plausible que ocurriera", para María, lo que narra la obra de Tóibín.

VIAJE A LAS PROFUNDIDADES DEL DOLOR

El texto reconstruye momentos de la vida de Jesús, como las Bodas de Caná --la primera vez que vio a su hijo haciendo un milagro-- o la resurrección de Lázaro, y en los sentimientos de impotencia de la madre han destacado, también, una gran extrañeza hacia un hijo que ha parido pero que en algunos momentos no la reconoce como tal.

La actriz está acompañada, en lo que ha descrito como "un viaje a las profundidades de un dolor enorme", de la escenografía de Frederic Amat, que ha compuesto los decorados como un retablo y ha utilizado estanterías antiguas de la tienda de Barcelona Ribes & Casals, el sitio al que ha explicado que trabajadores del mundo del teatro como él acostumbran a ir a comprar telas.

"La escenografía es una obra de arte por sí misma, pero Amat ha conseguido también que sea útil, que acompañe la interpretación", ha señalado Portillo.

La actriz ha confesado que, antes de estrenar la obra, temía que los creyentes se sintieran ofendidos, pero se ha encontrado que no ha sido así, y que se ha encontrado con que todo el público viaja con ella por las emociones de la obra.

También ha descrito que el texto plantea una reflexión sobre el hecho de morir, y dejar morir a los demás, por unas ideas.