El Liceu resaltará el conflicto bélico de 'Il trovatore' mediante 'Los desastres de la guerra' de Goya

Boceto virtual de la escenografía de 'Il trovatore'
GRAN TEATRE DEL LICEU
Actualizado: lunes, 3 julio 2017 15:26

Proyectará los cuadros en 12 pantallas e incorpora el personaje de Goya en la acción

BARCELONA, 3 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Gran Teatre del Liceu de Barcelona resaltará del lunes 17 al sábado 29 de julio el conflicto bélico existente en la ópera 'Il trovatore' de Guiseppe Verdi utilizando la serie de grabados de Francisco de Goya 'Los desastres de la guerra'.

"En 'Il trovatore' siempre se olvida un elemento muy importante, que es el conflicto: toda la obra pasa alrededor de una guerra civil aunque no llega a verse. Si lo pones conscientemente en un universo de guerra, todo adquiere mucho más sentido y coge otra dimensión", ha explicado el director de escena, Joan Anton Rechi, este lunes en rueda de prensa.

Rechi considera que, de esta forma, se hace más fácil representar una obra con una trama rocambolesca y con escenas difíciles de encajar, y encontró en Goya la forma de mostrar el conflicto partiendo de la base de que una de las escenas iniciales de 'Il trovatore' pasan en Zaragoza.

La presencia de Goya es doble: mediante la proyección de 120 de sus obras en una escenografía formada por 12 pantallas, principalmente parte de los grabados 'Los desastres de la guerra', y a la vez con la inclusión de Goya como un personaje más, que se mueve entre un papel de observador y uno activo pero sin texto, interpretado por Carles Canut.

Protagonizan este montaje Artur Rucinski y George Petean como Conde de Luna; Kristin Lewis y Tamara Wilson como Leonora; y Marco Berti y Piero Pretti en el papel de Manrico; mientras que Ekaterina Gubanova ha renunciado al papel de Azucena y será sustituida por Marianne Cornetti y Larisa Kostyuk.

MONTAJE RECICLADO

La escenografía y algunos elementos del vestuario están reciclados del Trovatore que produjo el mismo Liceu en 2009, una acción de "responsabilidad" para Rechi de aprovechar al máximo los recursos de los que se dispone para reducir los elevados costes de las producciones operísticas.

El reciclaje de la caja escénica del 2009, hecha de columnas, ha consistido en repintarlas con la paleta de Goya, desde la más oscura hasta la más luminosa, pasando por tonos terrosos, mostrando que "los personajes están en un agujero del que no pueden salir, ven que tienen el cielo al alcance de la mano pero no pueden llegar a él", ha descrito Rechi.

Habrá siete tules colgados del techo, colocados de forma asimétrica, y que irán subiendo y bajando a lo largo de la representación: actuarán de lienzos donde se proyectarán los grabados, ya sea con un cuadro en cada tul o proyectando la misma imagen en todos, creando una "sensación de profundidad muy grande, como si los grabados cobrasen vida".

En el fondo habrá tres pantallas para que "el ojo perciba que hay una imagen detrás de la escena, pero no esté muy definida, de forma que el fondo quede empastado con el resto de la escena", ha definido el videocreador Sergio Gracia, responsable de las proyecciones.

Gracia ha hecho un tratamiento de los grabados para resaltar partes de los cuadros: "No son animaciones, pero sí un poco de movimiento para remarcar con partes del grabado lo absurdo de la guerra", ha apuntado.

El vestuario, a cargo de Mercè Paloma, ha quitado peso a los uniformes: "Las guerras son hombres con armas en la mano", ha explicado Paloma, que también ha diseñado vestidos menos historicistas con excepciones como Leonora, inspirada en la Duquesa de Alba.