BARCELONA, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
El juzgado Contencioso Administrativo 5 de Barcelona ha aceptado a trámite la demanda interpuesta por la asociación de vecinos del Baixador de Castelldefels contra el Ayuntamiento por omisión del deber de cumplimiento de la normativa acústica de los chiringuitos de la playa.
Fuentes del Col·lectiu Ronda de abogados, que representa a la asociación, han explicado a Europa Press que el consistorio no cumple ordenanza que obliga a un máximo de decibelios de los chiringuitos, que están "a escasos metros de las viviendas" y, pese a que no que no era su intención judicializar el asunto, dicen no haber encontrado otro remedio ante la pasividad del consistorio.
Los vecinos hicieron sonometrías, debido a que el Ayuntamineto se negaba a realizarlas, y demostraron que la música de los chiringuitos estaba a 90 decibelios en lugar de los 60 establecidos por la normativa local.
"La contaminación acústica que producen es equivalente a tener una discoteca al aire libre a 80 metros de casa", ha comparado el colectivo en un comunicado.
Los vecinos han afeado que desde el Ayuntamiento se trate de transmitir que los vecinos quieren cerrar los chiringuitos de la playa y suprimir puestos de trabajo.
"No tenemos nada en contra de los chiringuitos, al contrario", han explicado argumentando que estos establecimientos constituyen uno de los principales atractivos de la zona y una fuente de riqueza y ocupación para el municipio que hay que proteger.
Por lo que han reiterado que es necesario desvincular el negocio del chiringuito del volumen excesivo de la música: "Chiringuitos sí, discotecas al aire libre, no".
