La venta de falsificaciones provocó la pérdida de unos 67.000 empleos en España en 2017

El teniente Lorenzo Gómez
EUROPA PRESS
Publicado: domingo, 17 junio 2018 11:18

BARCELONA, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

La venta de falsificaciones provocó la pérdida de aproximadamente 67.000 empleos en España en 2017 y generó unas pérdidas económicas de unos 8.000 millones de euros en el mismo periodo de tiempo, ha explicado el jefe del Área de Delitos contra el Patrimonio de la Unidad Orgánica de Policía Jucidial de la Guardia Civil de Barcelona, el teniente Lorenzo Gómez.

En una ponencia en el congreso de detectives privados de Barcelona Detcon2018 celebrada esta semana, ha indicado que los datos son estimaciones pero que "muy poca gente" está concienciada sobre la problemática, y ha destacado que España es el segundo mercado de falsificaciones en la Unión Europea, solo superado por Italia.

También ha afirmado que las falsificaciones, a pesar de que tienen un "reproche social escaso", pueden servir para financiar otras actividades criminales.

La Guardia Civil actúa contra las falsificaciones a través de la inspección de patrullas fiscales en mercados ambulantes, tiendas regentadas por ciudadanos de origen oriental o comercios en zonas turísticas y de juguetes, ha detallado.

Otras vías también son las inspecciones en contenedores en el Puerto o las investigaciones, que según ha concretado, algunas de las más importantes en las que ha participado han contado con el apoyo de la actuación de detectives privados.

El sector más afectado es el textil, seguido por los medicamentos, cosméticos, neumáticos y baterías, y el comercio mundial de falsificaciones mueve al año unos 338.000 millones de euros, ha detallado.

La tendencia actual de los falsificadores es importar productos no acabados, "en blanco", para perfeccionarlos una vez recibidos en el lugar de destino, y ha puesto como ejemplo la intervención de 57.000 chapas de diferentes marcas para terminar la confección de bolsos falsificados.

Ha indicado que este material fue hallado el 1 de marzo en un contenedor en el Puerto de Barcelona, que tenían como destinatario una sociedad registrada en la misma ciudad y que sigue la investigación sobre este caso.

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