Actualizado 09/02/2016 17:26

Denuncian la agresión a tres guardias civiles en el control Barrio Chino de Melilla

MELILLA, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -

   La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha mostrado este martes su absoluto rechazo al último caso de agresión a tres agentes en el control del Barrio Chino de Melilla y ha criticado que no se trata "de un hecho aislado, sino de una tónica general que se viene desarrollando con frecuencia en el mencionado control".

   Según ha informado en un comunicado, la agresión comenzó cuando un ciudadano marroquí intentó acceder a Melilla a través de este control y un agente le requirió su documentación y comprobó que este ciudadano tenía una orden de búsqueda y captura con ingreso inmediato en prisión.

   Al proceder a su detención, según ha añadido la AUGC, "se originó una multitud de porteadores que intentaban evitar la acción del guardia civil y comenzaron a tirar de esta persona para llevársela". Dos guardias de la compañía de Seguridad Ciudadana intentaron ayudar a su compañero a realizar la detención, pero fue cuando "comenzaron a golpear y apalear a los guardias civiles, que resultaron heridos y con múltiples contusiones".

   "Diariamente se producen altercados entre los porteadores y casi siempre una ambulancia tiene que acudir al lugar para atender a los heridos", aunque en ocasiones es por caídas o accidentes, "otras muchas es por peleas, donde no titubean a la hora de agredirse entre ellos y a los guardias civiles con piedras, botellas e incluso navajazos", ha criticado la asociación, que ha lamentado "la desidia total que se muestra por parte de la Delegación del Gobierno, de la Ciudad Autónoma y de los mandos de la Guardia Civil".

   "Estas situaciones son consecuencia de la decisión tomada hace unos años por un capitán de escoger a varios porteadores habituales de la zona para que hicieran de interlocutores de los guardias civiles a la hora de indicar a los demás porteadores dónde y cómo debían acceder al control y dónde debían permanecer", según ha explicado la AUGC, que ha añadido que la principal razón para esta medida era el idioma.

   A estos porteadores se les proporcionó una gorra con un número serigrafiado, de ahí el hecho de llamarles "gorrillas" y, "como agradecimiento por sus labores", la AUGC ha aseverado que "se les permitía que introdujeran en Marruecos dos o tres bultos sin tener que esperar la cola establecida".

   "El problema es que ahora los gorrillas son contratados directamente por el empresario, quien para asegurarse de que su mercancía va a pasar les paga más dinero a ellos y ya no son un par de bultos los que pasan, sino furgonetas enteras", ha añadido la citada asociación, que ha considerado que "a tal extremo ha llegado esta figura prostituida que el empresario se planta justo al lado del control y va indicando al jefe del operativo de la guardia civil qué furgonetas son las suyas y el número que tienen que pasar".

   Desde la AUGC han destacado que el requisitoriado "es también uno de estos ciudadanos marroquíes que trabajan en la frontera para la Guardia Civil", por lo que atribuye a los mandos la responsabilidad de autorizar "como ayudantes a personas con antecedentes penales".

   Así, han recordado que el 21 de enero entregaron un escrito dirigido al Delegado del Gobierno solicitando el cierre del control de barrio chino hasta que se asegure la seguridad de los agentes.

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