Madrid, 14 de marzo de 2017.-
Todo cambia. Esa es la única realidad inexorable. Con el paso del tiempo, los años van quedando atrás, juntos con costumbres que se quedan anticuadas y formas de ver el mundo, que dan a paso a nuevas versiones de la realidad marcadas por los ojos del que mira.
Generación tras generación mutamos el prisma con el que nos acercamos a la realidad, adaptándola a los nuevos tiempos y las nuevas corrientes culturales, filosóficas, políticas y sociales que nos toca vivir.
Con la crisis que vivimos los españoles, uno de los paradigmas más revolucionarios a los que nos hemos atrevido a dar el salto es al cambio de concepto de la vivienda. Junto con los modelos de familia, que han cambiado significativamente desde la época de nuestros abuelos, las viviendas se han ido adaptando a esta nueva forma de vivir y, sobre todo, a los escasos recursos económicos que posee el ciudadano medio.
En una época en la que el futuro es cada vez más incierto en todos los planos, laboral, sentimental y económico, ya no se busca tanto la obra tradicional, viviendas que se iban construyendo a lo largo de toda una vida para conformar el hogar de una familia que no mutaba representativamente, si acaso iba aumentando con el pasar de los años. Ahora lo queremos todo y lo queremos ya, porque solo vivimos el día a día, pues el mañana no nos pertenece.
Los dos motivos principales que nos llevan a buscar otro techo donde vivir, son los dos expuestos: la crisis económica y la mutabilidad. Acceder al tipo de obra tradicional es caro y no compensa frente a los nuevos modelos de casas prefabricadas de hormigón, que además se montan en una semana, con lo que le ganamos tiempo al tiempo, son más ecológicas, limpiando un poco nuestras conciencias, y no dejan suciedad y residuos, ahorrándonos esfuerzos extras.
Algunos escépticos frente a este tipo de vivienda tienen su origen en creencias infundadas sobre la durabilidad de estas casas y los altos costes de mantenimiento. Si bien es cierto, que otras viviendas prefabricadas en otros materiales, como las de madera, requieren unos costes elevados para mantenerlas en buen estado, eso no ocurre con las de hormigón y, además, su durabilidad en el tiempo es muy alta, sin darnos complicaciones y ofreciéndonos muchas ventajas, como un coste mucho más bajo.
Para estar seguros de que no nos equivocamos al elegir este tipo de construcción, nada mejor como depositar nuestra confianza en la práctica consolidada a lo largo del tiempo, como la que tienen en su haber los profesionales que encontramos a través de este enlace; Casas Prefabricadas 30 Años de Experiencia- The Concrete Home. Esta empresa de casas prefabricadas en Madrid te ofrece todas las garantías de que la casa de hormigón que elijas no te defraudará, ni a la hora de la entrega, cumpliendo los plazos y ampliamente con tus expectativas y las calidades y acabados ofrecidos, ni tampoco con el paso de los años, cuando compruebes que los temores a un posible deterioro eran infundados.
Cambian las casas por fuera, cambian las casas por dentro
Si bien es cierto que el cambio sufrido por la casas en su construcción ha sido muy significativo en los últimos años, no lo es menos la gran transformación que han sufrido la distribución de las mismas. Desde los modernos loft, a las casas minimalistas, de vanguardia o a las que optan por un estilo tradicional, pero sumamente cuidado.
Las habitaciones en las que se distribuye nuestra vivienda cobran una especial relevancia y todas son complementadas con numerosos detalles, para hacernos sentir cómodos en ellas y que atiendan a nuestros gustos personales, pues el sentido de la belleza se ha extendido ampliamente en nuestra sociedad, abarcando todos los campos. Queremos una casa que se preste a la contemplación y al disfrute, unidos a la practicidad de sus elementos.
No importa cuál sea nuestro estilo y nuestros gustos, nada se deja al azar o el descuido, todo está perfectamente conjugado en armonía, conjugando perfección estética y confort.
Para nuestro salón, queremos un sofá cómodo, tipo cheslong, abatible o tradicionales. Son vitales para el merecido descanso, al igual que ocurre con nuestros dormitorios, que deben tener camas cómodas, con buenos colchones que permitan el descanso y deben ser vestidas una ropa de cama que esté a la altura del conjunto.
Para eso nada mejor que contar con una buena tienda de ropa de cama online, que nos ofrezca calidad a un solo click, sin tener que desplazarnos, ahorrándonos tiempo y dinero que podremos invertir en ropa de cama ecológica para el dormitorio y ropa sostenible y orgánica para el hogar, porque no hay nada mejor para sentirse bien doblemente, por el confort que nos aportan sus componentes naturales y por la satisfacción de estar aportando nuestro granito de arena al cuidado del medio ambiente.
Afortunadamente, la vida cambia y nosotros con ella. Con el devenir de los tiempos mutamos para adaptarnos, sabiendo que todo pasa, que nada vuelve y que en eso consiste vivir.
Emisor: Promonet SL
