Dominio de la Vega escenifica un 'Lujo silencioso' para poner en valor la comida con cava

Experiencia "lujo del Silencio" Dominio de La Vega
DOMINIO DE LA VEGA
Actualizado: martes, 8 noviembre 2016 15:35

VALENCIA, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

La bodega valenciana Dominio de La Vega apuesta por que el cava se disfrute a lo largo de toda una comida y no solo en el postre, y para ello ha elaborado una experiencia gastronómica, 'Lujo Silencio', que invita a degustar desde las sensaciones y emociones que trasmiten el amor por el detalle y la pasión que rige la filosofía de los propietarios de estos caldos.

El 'Lujo Silencioso', organizado en colaboración con el restaurante Sucede, ha consistido en una puesta en escena de la transmisión de sensaciones inherentes al mundo de la enología, y en concreto del cava de Dominio de la Vega, en colaboración con la gastronomía del chef Miguel Ángel Mayor, basado en el respeto por las materias primas y sus procesos.

Esta cata, a modo de acto conducido por el periodista y presentador, Juanjo de la Iglesia y al que han asistido representantes de la gastronomía valenciana, expertos sumilleres y prescriptores, ha contado con la participación de la artista Raquel Rodrigo, un referente en street-art, que ha asumido el reto de representar el silencio a través de diferentes manifestaciones sensoriales, asociando los valores de la bodega a una instalación efímera que simboliza la permanencia, consistencia y elegancia en una obra realizada con seda dorada sobre latón, representativa del lujo silencioso.

Los comensales han podido compartir el silencio al aislarlos de forma alternativa con auriculares por los que se podía oír música diferente para trasladar la importancia del silencio como el elemento clave en la excelencia de los cavas de Dominio de la Vega y su elaboración, de la misma manera que la maduración, la crianza o la fermentación se trabajan en silencio, en un largo tiempo de espera. El evento ha estado arropado por las ruinas de las distintas civilizaciones que habitaron la ciudad de Valencia, que envuelven las salas del restaurante.

La experiencia se ha iniciado con una acercamiento a la esencia misma de la vid representada en uva osmotizada, sentir olfativamente el aire de la viña, o degustar un cóctel elaborado con madera de barrica acompañados, en todo momento, de los sonidos e imágenes más internos de la tierra.

LA RAÍCES SON LA BASE ESENCIAL

El enólogo de la bodega, Daniel Expósito, ha explicado que, "sin duda, esta experiencia supone la expresión material de su trabajo, y en general de una bodega donde las raíces son la base esencial, la manera de expresar la experiencia acumulada, el trabajo de años de reflexión que, junto a un terroir único, reflejan el carácter propio de Dominio de la Vega".

La propuesta gastronómica ha estado armonizada con los cavas de Dominio de la Vega Cuveé Prestige, Brut Reserva Especial y Brut Reserva Especial Rosé que conforman la gama alta de la bodega valenciana. Todos ellos son reserva, con una crianza sobre lías igual o superior a 22 meses, elaborados con las variedades Chardonnay, Macabeo y Pinot Noir; cada uno de ellos con características y peculiaridades propias, que se elabora parcela a parcela, en cantidades limitadas, sin tratamientos agresivos, y respetando al máximo las cualidades naturales de cada fruto.

Los caldos han sido acompañados un menú elaborado para la ocasión en el que, entre otras cosas, se ha podido degustar, percebe humeboshi, ostra y nopal, nécoras y lentejas, Filamentos de Navaja, Pulpito de tierra y Cuerpo de Bogavante con caviar Sudachi así como pichón, rábanos, tallos en vinagre de frambuesa y helado frito de calabaza.

Con esta iniciativa Dominio de la Vega ha iniciado un proyecto orientado hacia el mundo de la gastronomía, el arte, el diseño, la moda y la cultura en general que pretende trasladar una filosofía de vida, marcada por experiencias y emociones que transmitan el amor por el detalle, la pasión y el saber hacer de sus fundadores.

En esta iniciativa se han asociado con Sucede, ubicado en Caro Hotel, que apuesta por una gastronomía cosmopolita, de alcance universal, pero que pone todo su acento en lo local, de la mano del chef Miguel Ángel Mayor, discípulo de Ferran Adrià en el Bulli (2009-2011) y colaborador hasta 2015 de el Bulli Foundation, antes de hacerse cargo de este restaurante.