El delegado regio apela a la igualdad contra la violencia de género y cree que España debe "seguir luchando junta"
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ha apelado este viernes al Apóstol Santiago "inmigrante", "refugiado" y "perseguido" para pedir que la Europa de valores "derivados del cristianismo, el humanismo y la ilustración" sea "compatible con la acogida de los que huyen de los variados tipos de barbarie" y que "no olvide los errores del pasado".
Así lo ha dicho durante la ofrenda al Apóstol con motivo del acto de Traslación de sus restos que, como cada 30 de diciembre, ha acogido la Catedral de Santiago, y en el que Núñez Feijóo ha actuado como delegado regio.
Al inicio de su invocación, el presidente gallego ha recordado que el Apóstol fue también "un refugiado" y un "inmigrante" que "cruzó el mar buscando el más allá", al igual que "muchos compatriotas" gallegos "surcaron otros mares aguardando un mundo mejor".
El Apóstol, ha recordado Feijóo, "fue víctima de la intolerancia que sigue estando presente" en la actualidad "con otras formas y lenguajes", frente a lo que "hizo de la predicación, de la palabra, su gran herramienta", como hoy hacen "los defensores de la libertad y del entendimiento".
Núñez Feijóo ha dicho ante la imagen del Apóstol que es necesario que "esa utopía real llamada Europa siga siendo espacio de paz, libertad y prosperidad para los Europeos", de modo que "pueblos diferentes puedan convivir, creencias distintas puedan dialogar y lenguas variadas puedan comunicarse", algo que está en la esencia europea.
No obstante, ha hecho hincapié en la necesidad de que la "cohesión de Europa" en torno a "valores derivados del cristianismo, el humanismo y la ilustración, sea compatible con la acogida a los que huyen de los variados tipos de barbarie" y ha pedido al Apóstol que los europeos "no olviden los errores del pasado".
ESPAÑA DEBE "SEGUIR LUCHANDO JUNTA"
Durante la ofrenda, el delegado regio también ha indicado que el Apóstol contempla desde su "hogar catedralicio" una España que "aspira a afrontar sus problemas sin excluir a nadie y contando con todos" y ha pedido por esa "España constitucional" que "tiene que seguir luchando junta para garantizar que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades", independientemente de "donde nazcan o donde elijan vivir".
En torno al sepulcro del Apóstol, ha apuntado, el pueblo "se agrupó" creando "comunidades, naciones y grandes unidades de convivencia". "Esa tradición popular se convertirá en Galicia, en España y en una idea de Europa que surgen en el Camino Xacobeo de la mano de los peregrinos", ha apostillado.
Por ello, ha tomado la recientemente elegida como Palabra del Año 2016 en Galicia, "irmandade" para elogiar la actitud de los gallegos y de Galicia, que "demuestra que lo diverso no tiene por qué ser conflictivo, que la defensa de lo propio no necesita enemigos, que la pertenencia a varias culturas es algo enriquecedor y que un territorio geográficamente pequeño puede estar humanamente presente en todo el mundo". "Le pedimos que nos permita ser como somos en una España igualitaria y justa", ha zanjado.
MARGINACIÓN Y VIOLENCIA DE GÉNERO
Durante su intervención, Núñez Feijóo ha tenido espacio para recordar que palabras como "vínculo, red o conexión" son "las nuevas formas que adoptan los viejos caminos", unas nuevas rutas que "pueden emplear peregrinos que añoran la verdad" o "iracundos empeñados en difundir la mentira".
Por eso, ha pedido la protección del Apóstol para que haga posible "que los Caminos de Santiago virtuales" cuenten también "con su Praza do Obradoiro y con su Pórtico de la Gloria".
Del mismo modo, el delegado regio ha pedido por el "drama de la marginación y de la exclusión social", recordando que "los poderes públicos tienen el deber de servir de voz a aquellos que, además de padecer una dolorosa situación, carecen de recursos para hacerse oír".
Finalmente, ha apelado a los "anhelos de igualdad" que se "revelan" contra la violencia de género y su "discriminación social y laboral", ya que, en una cultura como la gallega, "cualquier violencia o discriminación afecta a la dignidad de todos".
